Un villano de profesor??!

Capítulo diez

—Izuku-Sensei, ¿a dónde nos lleva?—preguntó una peli-rosa mientras miraba atentamente al peli-verde.

—Los estoy llevando a un lugar perfecto para entrenar—les dijo—pero antes, vamos a recoger un paquete.

Eso no era del todo verdad, él y Akane habían planeado un entrenamiento realista para los chicos. Claro, algunos no se habían creído nada de las palabras del peliverde.

Se detuvieron enfrente de un edificio gigante, tenía una pinta tenebrosa.

—Esperen aquí—les dijo.

Se adentró al edificio e hizo como si se fuera a tropezar, esa era la señal de que la prueba había comenzado.

Al entrar, una bomba de humo explotó, haciendo así que los alumnos perdieran su rastro, así, se adentró más en el edificio.

—Podemos iniciar— susurró.

Se escondió en una bodega y fingió estar amordazado y asustado, en ese lugar había una cámara, el plan era simple, fingiría estar de rehén, mientras su cómplice fingiría ser un villano, el propósito de esa prueba era ver cómo actuaban los alumnos ante una situación así.

Los alumnos estaban en shock, algunos entraron a revisar y al darse cuenta de que era un poco seguro todos entraron, cuando todos estuvieron dentro, la puerta del edificio se cerró de golpe, esto alertó a todos los alumnos.

—¿Qué está pasando? —preguntó una castaña con miedo.

Mucho antes de que alguien pudiera contestar, una pantalla enfrente de todos se encendió, dejando ver a su profesor amordazado y amarrado a una bomba.

—Bienvenidos héroes—los saludó una voz fémina—si quieren ver con vida a su compañero deberán superarme, si ganan, les devolveré a su profesor intacto, pero si pierden...

—¿Qué si perdemos? —preguntó Katsuki con su tono de siempre.

—Si pierden, su profesor explotará—dijo la chica como si nada.

Todos se quedaron mudos ante las palabras de la villana.

—¡¡Comencemos!!—.

Una figura se lanzó a ellos y comenzó a atacar, seguida de un montón de siluetas de lo que aparentaban ser gatos, todos atacaban a los alumnos.

—¡Iida, corre y salva a Izuku-Sensei!— gritó la castaña.

El aludido la miró confundido, no dejaría a sus compañeros solos.

—¡¡No los dejaré solos!!—.

—¡¡Hazlo, estaremos bien!!—insistió la chica.

El chico estaba nervioso, su decisión sería primordial en ese momento.

Por otro lado, un peli-cenizo atacaba a las siluetas y las dejaba fuera de combate.

En cuanto todos empezaron a avanzar poco a poco, el cenizo, un rubio y un pelirrojo ya estaban más adelantados.