Capitulo Segundo.

686 84 47
                                    






***






Alycia notó un intenso y delicioso olor penetrando a través de su nariz; una mezcla que no pudo distinguir con exactitud pero que igualmente hizo que su estómago gimiera de hambre.

Por un momento quiso creer que estaba en casa y que ese olor era su madre desde la cocina preparando el desayuno como cuando era niña.

Sintió una ligera añoranza; seguía echándola de menos, tanto como el primer día y a veces se sorprendía a sí misma esperando, como lo haría esa misma niña, a que ella volviese a entrar por la puerta como si jamás se hubiese ido.

Sin embargo, la realidad no podía ser otra muy distinta; una realidad que le había empujado a vender su cuerpo, y algo más que su cuerpo, por encima de todos sus valores y sus principios.

Hizo una mueca pensando en lo que su madre pensaría de haber estado allí para presenciarlo; habría puesto el grito en el cielo y luego era probable que no le hubiese hablado en días, semanas e incluso meses aunque, de haber estado allí, su madre jamás lo hubiese permitido y quizás a Alycia tampoco se le hubiese ocurrido esa "genial" idea para solucionar sus problemas... -pensó ladeando du cabeza.





Todo estaba un poco confuso en su mente como en un día nublado, la mañana siguiente a una noche de borrachera; las imágenes iban y venían en su mente a fogonazos, de forma intermitente y muy lejanas.

Había estado tan nerviosa por la subasta, por cómo esa subasta cambiaría su vida, que no había sido capaz de ingerir nada durante varios días y aunque quería pensar que el estrés había sido la principal razón por la que terminaba desmayándose, Alycia sabía que esos ojos, esa sonrisa y esa cifra habían sido el punto y final que la hizo venirse abajo; esa sensación de vértigo seguía mareándola al pensar de nuevo en esa mujer y en todo ese dinero que había ofrecido por ella. No estaba acostumbrada a sentirse tan valiosa o por lo menos no en el sentido estricto de la palabra.

Podía haber sido peor aún, sin duda; haber acabado en brazos de un hombre como ese a quien había mirado directamente a los ojos encontrando más allá de todo, menos nada bueno, pero sin embargo... la suerte o la casualidad habían hecho que esa misteriosa mujer apareciera a tiempo de rescatarla de ese horrible destino; o al menos esa era la sensación que prevalecía en su inmediata memoria antes de desvanecerse  como había deseado... hasta desaparecer.

Pero después de ese inesperado desmayo, en su mente solo hubo silencio hasta ese preciso momento en el que volvía a abrir los ojos lentamente y se encontraba acostada boca arriba sobre una amplia cama que no era la suya preguntándose dónde estaba y cómo habría llegado hasta allí.



Pudo sentir su piel desnuda y sus pies descalzos por debajo de las sábanas lo que hizo que su corazón se acelerara de cero a cien en cuestión de segundos, saltándose algunos latidos en el proceso.

Esa mujer...

¿Había tomado su virginidad estando aún inconsciente?  -se preguntó sintiendo un inesperado calor subir hasta sus mejillas.

Levantó la sábana con cautela y miró su cuerpo. Soltó un suspiro; seguía en su ropa interior, tal y como se recordaba antes de desmayarse.

Se aferró a la sábana cubriéndose hasta la mitad de su cara con un revoltijo de sensaciones nublando su razón, su raciocinio, de una manera tan imprevista como espontánea.

Causa y efecto[[[Elycia AU]]]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang