IV Ese día en la oficina

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Ya conocía este juego, besarla y acariciarla hasta llegar al punto máximo de excitación para que ella pida tener sexo... mis dedos subían y bajaban acariciando suavemente, sentía el calor aumentar mientras mis labios saboreaban los suyos. Su perfume envolvía mis sentidos y mi corazón latía con más fuerza ocasionando firmeza en mi erección, sentir su tersa piel de sus piernas estremesia mis sentidos al saber que estaba viviendo lo que fue una fantasía. Besando su cuello y oreja, metiendo mi lengua traviesa, escuchandola jadear de pasión y bajar hasta sus pechos y los pezones resaltaban sobre la tela como una invitación a comerlos a besos, recline ligeramente hacia atrás el asiento de ella, sentía su respiración en aumento.

Hasta que senti su mano acariciarme sobre mi pantalón. Mi erección que delataba mi excitación y deseo por ella, inmerso entre besos y caricias de pasión, y deseo cada vez más intenso.. lo que ansiaba mis sentidos escuchar de los labios de ella; ¡quiero que me hagas el amor Joaquín!!

Lucía
Sentía unas ganas de que aquel hombre me poseera, que me arrancara aquella falda que tanto estorbaba, olvidarnos del lugar que estábamos.

Entre jadeos y besos, -Joaquin mmmm Joaquín, para, aquí no, mmmm, no podemos hacerlo. Le decía mientras se deboraban entre si. Ella se separaro de los brazos de ese ardiente hombre, que lo ansiaba con locura, capaz de convertir unos de los pecados capitales, lujuria, realidad en aquel coche.

Joaquín ya perdiendo la voluntad, dejándose llevar por la excitación, logró detenerse. No sin antes darle el último beso apasionado y acariciarle el rostro.

-ahhh..uff.. entiendo, disculpame, me deje llevar por mis impulso y sentimientos. Casi suplicando.

-Necesito por favor que nos veamos a solas nuevamente. Necesito explicarte tantas cosas, no pienses que soy sólo un patán que necesita satisfacer sus deseos. Por favor, decime que vas a hacer espacio para vernos.

Mientras Laura se trataba de componer, arreglo su cola de caballo. Compuso su falda, lo miro y dijo:
-primero que haré espacio para poder hablar con vos. Lo que acaba de suceder es algo que se creo entre los dos, no tienes que disculparte. Mejor componente y vayamos a la oficina.

Ella lo mira, Joaquín con media erección, su camisa desprendida, el cabello algo revuelto.

-riendose. Que bien te queda ese carmín rojo.

Joaquín se mira en el retrovisor, tenía sus labios y parte de la barbilla aquel color que a ella tan bien le quedaba. Se ríe y comienza a limpiarse.
-Creo que deberías verte, tu cola de caballo quedó chueca.

Ella se mira y comienza a arreglarse el cabello. Una vez que los dos lograron estar como salieron de la oficina salieron del coche, con miradas insinuantes. Ella, mordiendose los labIos mientras se acordaba y el, con la mirada perdida mirando fijamente el botón de emergencia del ascensor como si allí estuviera reviviendo lo que sucedió hace apenas 10 minutos.

Continuara....

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