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Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad del genial Masami Kurumada. Los personajes extras como el buen Adalgiso, la oficial, y similares sí son de mi pertenencia ^^. Disfruten el fic.
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Lecciones de manejo
Señales Divinas: La Radio no miente.
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Barrio de Kolonaki, no lejos de donde Mascara acababa de vender a su amigo...
- Aioria.... Si sueltas el freno es más fácil...
El auto daba tumbos y tumbos porque Aioria y sus nervios le hacían mover los pies en automático así que pisaba ambos pedales a la vez y alternaba al sentir el parón.
- Cierto... cierto... -y aunque afirmaba no paraba de hacer lo mismo.
- Aioria vas a matar a este pobre auto de un ataque... Mira, para un momento....
Aioria así lo hizo y volteó a ver a su hermano mayor como esperando algún consejo caído del cielo... o un sermón...
- Aioria... sé que estás nervioso... Pero tienes que coordinar tu cabeza con tus pies o no vas a lograr nada.
- Lo intento pero... Ah...-Suspiró dejando caer su frente sobre el volante, Aioros tenía razón, debía soltarse más o no conseguiría nada.
- Mira, baja para que yo pueda estacionar el auto.
Luego de haber dejado aparcado el auto, Aioros había llevado a Aioria al parque que estaba enfrente y le había comprado un helado. Casi como cuando eran niños. Y el 'casi' aplica dada la poca posibilidad que tenían de salir del santuario a pasear. Pero Aioros siempre se las ingeniaba para buscar esos cinco minutos de hermanos que todo chiquillo necesitaba. Subía a la concina del templo principal y conseguía algún postre que llevaba a su hermano cuando este estaba cansado y sentía que no podría con el entrenamiento o que jamás lograría dominar alguna técnica.
En esos momentos, Aioros lograba hacer que Aioria olvidara todo, y se sintiera como un chiquillo casi normal, luego del postre jugaban un rato y entonces con ánimos renovados, Aioria intentaba de nuevo. Esos momentos, ese apoyo moral siempre habían dado excelentes resultados en el león. Y eso no tenía por qué haber cambiado, pensó sabiamente el mayor. Aioria siempre sería su hermanito menor, aunque ya fuera todo un hombre.
Aioria aceptó el helado, y se sentó en una banca junto a su hermano a comerlo. Mientras el mayor desvió la mente de su hermano Aioria lejos de las lecciones de manejo.
- ¿Recuerdas aquellas tardes en el coliseo?...
- ¿...?
- Me refiero, cuando eras un niño, cuando entrenábamos juntos y luego conseguíamos algún postre y jugábamos por las tardes...
- Oh, sí... -dijo con nostálgica sonrisa- ...Eran mis momentos favoritos... no sabes... como los extrañé cuando te fuiste... Me... sentía muy sólo...
Aioros se le quedó viendo en silencio con una sonrisa suave y mirada comprensiva, mientras el menor picaba su helado con la cucharilla sin comer y mantenía su vista clavada en el vaso.
- Yo siempre estaba ahí... -le dijo Aioros con su voz serena luego de un breve instante de silencio.
Aioria le miró sorprendido.
- Aunque no podías verme, ni sentirme... yo siempre estuve cerca. Mi alma se dividía entre cuidar a nuestra Diosa pero... también a ti.... De verdad lo siento Aioria, te dejé solo.
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Lecciones de manejo
FanficAlgo tan necesario y tan sencillo, ¿qué tan mal puede salir?. Los dorados enfrentarán la misión más mundana pero quizá la más difícil que les haya encomendado su Diosa. No yaoi. Personajes: Dorados, bronceados y colados.