Capítulo 3

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Pensó que no había escuchado bien cuando su mejor amigo le dijo que habían encontrado a su hijo, el niño al que estuvo buscando durante semanas.
 
— ¿Qué dijiste? — preguntó incrédulo 
 
— Encontramos a Rock Lee — dijo con seriedad el hombre frente a él
 
— ¿Y en dónde está? ¿Puedo verlo? —preguntó el pelinegro emocionado
 
— Gai — volvió hablar el peli plata con un semblante duro y serio — Rock Lee está muerto.

El doloroso crujido de su corazón retumbó en lo más profundo de su ser, sabía que Kakashi jamás se jugaría con algo tan serio como lo era la vida de Lee, sabía que algo andaba mal desde que su amigo le llamo diciéndole que tenía malas noticias. Gai siempre se había caracterizado por ser un hombre fuerte y de buen ánimo pero ahora estaba completamente roto y destrozado llorando de rodillas ante la atenta mirada de su mejor amigo.
 
No podía creerlo, no quería creer que su pequeño Lee había muerto, después de tantas semanas buscándolo era injusto que todo acabará en algo tan horrible como lo era la muerte.

La rabia lo consumía de pensar que alguien se atrevió hacerle daño a su hijo y el temor que debió haber sufrido Rock Lee estando solo llorando mientras gritaba por ayuda, su pecho dolía tanto que pensó que moriría en ese instante, quería verlo, abrazarlo y pedirle perdón por no haberlo cuidado.
 
—Gai — se inclinó ante él mientras le daba fuerzas en un abrazo 
 
—Quiero verlo — dijo entre llanto mientras aceptaba el abrazo de su mejor amigo y rival
 
 —No puedo permitir eso 
 
Separó el abrazo cuando Kakashi terminó de decir aquello, sin saber lo difícil que era para el peli  plata.
 
 —¡¿De qué hablas Kakashi?! ¡¿Como que no puedo verlo?!
 
— Gai cálmate — lo condujo hasta una silla y se inclinó ante él solo para terminar de acabar con lo poco que quedaba del corazón del moreno — El cuerpo de Rock Lee está calcinado, es irreconocible, sacamos exámenes de ADN para comprobar si se trataba de él y los resultados dieron positivo
 
Gai lloró como un niño, hicieron pedazos su corazón y sus sueños. Su mente era una revolución de todo un poco, el mundo se había detenido en ese instante solo para él, no podía respirar y sentía que todo se volvía un hueco negro que lo iba tragando poco a poco y entonces se desvaneció mientras escuchaba la voz de Kakashi volverse cada vez más lejana.

[...]
 
La mañana se había tornado fría y gris, estuvo llorando toda la noche, apretando con dureza las sábanas de la cama en la que se hallaba mientras que su mente lo torturaba con el recuerdo del día anterior.
 
—¿Estás bien? — escuchó decir a la voz que se hallaba en el marco de la puerta. Ni siquiera se giro. Sabía que era aquella rubia.
 
—Quiero irme a mi casa — dijo entre sollozos tratando de ser lo suficientemente claro.
 
—No puedo dejarte ir 
 
Rock Lee se giró sobre la cama, era obvio quien fue el responsable de dejar aquella fea y dolorosa marca en su cuello. En ese instante recordó aquel hombre ordenándole a su hermano una "misión" especial, debía deshacerse de una persona y a cambio recibiría un pago considerable, cuando aceptó, jamás se imaginó que se trataría de un niño.
 
—¿Tienes hambre? — preguntó tratando de ignorar el cuello del menor – Gaara dijo que te diera algo de comer
 
Rock Lee se giró nuevamente y se acostó dándole la espalda a la rubia mientras se cubría de pies a cabeza con las sábanas.
 
— ¡No tengo hambre, solo quiero ir a casa con papá! — gritó rompiendo en llanto otra vez 
 
La rubia se sentía tan mal, no le gustaba para nada el trabajo de Gaara y tampoco le gustaba la idea de estar involucrada en todo eso, pero no tenía más opción. Los problemas nunca les faltaron, el mundo se ponía en su contra y los obligaban hacer cosas malas para sobrevivir. 
 
Era una mujer joven cuidando su propia vida y la de sus hermanos mientras recibían órdenes de personas malas a cambio de dinero, todo para poder subsistir.
 
—Volveré más tarde para ver si tienes hambre
 
Mientras que el pequeño Lee empezaba a llorar rogando porque su padre lo hallará lo más pronto posible y regresar juntos a casa.

[...]
 
Había despertado en la camilla de un hospital, con suero conectado a su brazo bajo la atenta mirada de Kakashi 
 
—Me alegra que hayas despertado, sufriste una descompensación y perdiste el conocimiento — dijo tomándolo de la mano.
 
—Quiero morir — giró su rostro para evitar verlo a la cara mientras sus ojos se llenaban de lágrimas recordando lo que le había pasado a Rock Lee.

Kakashi jamás imaginó escuchar aquellas palabras salir de Gai, era imposible imaginarse a alguien como él, quien tenía tanto aprecio y respeto por la vida, decir que deseaba la muerte. Nada en ese instante le dolía más que ver al fuerte y encantador Gai siento consumido por la tristeza.
 
—No eres el único que se siente así, también es doloroso para mí  
 
Claro que era muy doloroso, no quería hacer sufrir a su amigo pero era algo necesario si quería ser feliz junto a él.

[...]
 
Caminó hasta la cochera en busca de su auto, al adentrarse en el, sintió que algo estaba fuera de lo normal, la mañana estaba especialmente fría ese día. Miró por el retrovisor y lo vió sentado detrás de él con la capucha puesta intentado ocultar su intenso cabello rojo.
 
—¿Se lo dijiste? — dijo la voz de Gaara con un tono frío 
 
—¿Qué haces aquí? — preguntó levemente molesto 
 
—Vine a reclamar lo que es mío
 
—¿Cómo está él? — preguntó devolviéndole la mirada por el retrovisor mientras le entregaba un sobre con algo dentro.
 
—Está "muerto" — respondió en un todo divertido pero a la vez sádico asiento énfasis con sus dedos en la palabra "muerto" mientras recibía el sobre. 
 
— No te atrevas hacerle daño o sino...
 
—¿o sino qué? si no recuerdas fuiste tú quien pago para que lo asesinara
 
—Ya tienes el dinero, ahora lárgate y asegúrate de no volver nunca más por aquí — ordenó con un tono sombrío
 
El pelirrojo bajo del auto pasando frente a la ventana de Kakashi tocándole con los dedos la luna haciendo un gesto de adiós con la mano.  La mirada de Kakashi evidenciaba el odio que sentía por él, ese "mocoso" era un psicópata completamente desquiciado que no le importaba nada más que él.

Recostó su cabeza sobre el timón, no podía creer que había caído tan bajo y pagó para que asesinaran a Rock Lee, si bien fue ese el plan inicial se arrepintió a último minuto. Pará suerte de él, Gaara aún no había terminado su "misión" y ordenó que no lo mataran y solo lo hicieran desaparecer muy lejos. 

Se sentía mal porque sabía que Gaara haría sufrir a Rock Lee y se imaginaba todo lo que el pelirrojo podría llegar hacerle, pero tenía que olvidarse de eso y centrarse solo y únicamente en Gai quien iba a necesitar todo su apoyo para poder superar la "muerte" de Rock Lee.

Continuará...

***

OK! Debo admitir que no edite mucho de este capitulo porque he vuelto al básico editor de mi celular y pues no me ayuda mucho con la edición y la imaginación para explayarme con la narración ni la escritura. Aún así espero que les haya gustado.

Saludos!

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