El tiempo seguía el minutero del reloj y la mente de Rock Lee estaba en blanco. Sus ojos cansados dejaron de brotar lágrimas y el olvido se colo en su cabeza, estaba ahí, acostado sobre aquella cama sin nada en la mente. Completamente estático, como si el tiempo y el frío no le afectarán en nada, como si lo que sucedía no fuera algo malo, parecía un muerto.Pero no lo estaba.
Solo se tomó un descanso, porque llorar era inútil, gritar era igual de tonto, debía de actuar, luchar y arriesgarse por conseguir una oportunidad para salir.
Es verdad, necesitaba fuerzas, no era sencillo, la incomodidad que sentía sobre su cuerpo al recordar lo que Gaara hizo con él lo atormentaba por momentos. Saber que ese sujeto besó sus labios y tocó su piel era algo extraño que no podía dejar de sentir pero debía de huir, tenía que encontrar la manera de escapar antes de que le sucediera algo peor.
Esperar que alguien viniera a rescatarlo era casi imposible, si lo que Gaara dijo era cierto, entonces su padre debía estar llorando su "muerte".
La cerradura no se veía muy nueva, por lo que forzarla debía de ser fácil, pero necesitaba algo que lo ayudara hacerlo. Observó con detenimiento todo a su alrededor tratando de encontrarlo algún objeto que lo ayudara con tal acción.
Debía de ser muy cuidadoso, si lograba abrir aquella puerta debía asegurarse de no toparse con nadie del otro lado o de lo contrario la pasaría muy mal. Encaminó sus pasos de un lado a otro pensando y pensando.¿Cómo saber si alguien estaba del otro lado?
Entonces utilizó un método sencillo pero infalible que una vez su padre le enseñó. Nervioso por lo que tenía pensado hacer, tocó la puerta.
*Tock Tock*. Fue el sonido retumbando alrededor.
Nada, no había señal de vida.
No quería resignarse, no quería sentirse un cobarde, pero aquella extraña sensación de fastidio e incomodidad lo volvieron asaltar. Se lanzó sobre la cama y se oprimido asimismo para calmar esa angustia que no lo dejaba estar tranquilo. Desesperado y temeroso, se levantó valentonado por sus sentimientos, corrió hacia la puerta y empezó a forzar la llave con pura fuerza bruta.
*Click* fue el sonido que hizo la cerradura de aquella puerta haciéndolo entrar en un estado de transe mientras los nervios le impedían moverse.
El sudor sobre sus manos, los latidos acelerados de su corazón y el pequeño escalofrío sobre su cuerpo, todo se combinó, con mucho cuidado giró la perilla de la puerta no sin antes tragar un poco el seco de su garganta.
Abrió la puerta con lentitud, con demasiado cuidado y las palabras de aquel muchacho surcaron sus pensamientos mientras se invadía de miedo."Si tratas de huir te encontraré y te arrepentirás de haberme conocido"
Comenzó a dudar si sería correcto salir de ahí, se la pensó muy enserio. No quería sufrir daño físico alguno por parte de Gaara, pero era muy tarde para el arrepentimiento. Asomó la cabeza con cuidado mientras miraba ambos lados del pasillo; las demás puertas estaban cerradas y no había nadie en aquel lugar. Sacó medio cuerpo con cuidado y termino por salir con total agilidad cerrando la puerta sin hacer ruido.
En cada paso que daba su corazón se aceleraba más, se paralizó en medio del pasillo al escuchar unos pequeños sonidos. Todo fue parte de su imaginación, soltó el aire retenido en sus pulmones y siguió sigiloso con su huida.Nada lo había preparado para aquel encuentro. No había nada, pero absolutamente nada en que pensar cuando escuchó el gruñido de aquel animal, el feroz perro sólo abrió los ojos para mirarlo y gruñir más fuerte al verlo, mostrándole sus filudos dientes mientras se ponía de pie en sus cuatro patas.
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Curando Las Heridas
FanfictionLa imagen que proyectaba Rock Lee era lo más lindo que sus ojos vieron, tan frágil y débil, sus ojitos negros, su piel acaramelada y esa expresión de total inocencia lo cautivaron. Gaara sintió por primera vez el deseo de poseer a alguien. Quería te...