XI

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El menor se fue de ahí después de ver que su mayor fue enterrado de forma digna y merecida por dar su vida y el padre le prometió ir y dejarle las flores más bellas en su nombre.

Jungkook emprendió un viaje que le llevó treinta y tres mil quinientos noventa y cinco días en limpiar la tierra y cuando lo logró suspiró volviendo al lugar donde había nacido, dejando una rosa blanca en la casa que le vió nacer y crecer.

Donde había pasado también las mejores luchas de almohadas con su persona favorita.

Alargando un suspiro, se retiró y volvió al reino donde el padre estaba junto a su esposa con una beba en brazos y sus otros cuatro niños se llevaban por un año, le recibían con gratitud y felicidad. El moreno pidió tiempo a solas y los menores hicieron reverencia yéndose de ahí a ayudar a su madre que les pidió ayuda con la cena.

—. Volviste muchacho. —Sonrió lleno de orgullo—. ¿Quieres algo? —

—. Descansar... Quiero descansar, siento que mi cuerpo ya no puede más. —El fruto yacía en un bolso que estaba cerca de su abdomen plano y bien trabajado.—

—. Vamos, te preparamos una alcoba para tu regreso. —

Caminaron hasta la alcoba que era silenciosa y llena de luz, el menor no podía pedir más. Se descalzo y de inmediato caminó a la cama envolviéndose en las sábanas viendo al mayor.

—. Gracias Hyung~. —Cerró sus ojos.—

—. Por nada pequeño. —Con una enorme sonrisa se retiró de ahí cerrando la puerta y poniendo a los soldados a cuidarlo.—

Sabía que el menor llegaría exhausto pero jamás cuando pasaron cuatro días y el menor no salía de la habitación ni siquiera a tomar algo de sol. La preocupación fue lo que lo llevó a abrir la puerta y con sumo sigilo entró viendo al menor envuelto en sus alas, quería saber su estado pero prefirió no tocarlo o tal vez estaría cometiendo el peor error de su vida, así que como entró, comenzó a salir pero una voz ronca le hizo voltearse y ver al menor incorporarse haciéndole ver qué se encontraba en perfectas condiciones y con una sonrisa angelical se acercó a abrazarlo.

—. ¿Esta todo bien, Kookie? —El padre le abrazó notando un suave aroma a rosas blancas brotar de su piel.—

—. Gracias por todo Hyung, estoy agradecido contigo por toda la vida. —Sonrió alejándose—. Yo realmente no esperaba ser así pero gracias a ti y mostrarme un poco más de estos lugares. —Le señaló los cuadros dentro de la habitación—. Sinceramente no sé qué haría sin ti, Hyung. —

—El padre no sabía qué decir o responder—. Jungkook... Gracias y no es nada, estoy orgulloso de lo bien que has cambiado y sabes tomar buenas decisiones. —

—. Referente a ello... —Suspiró sacando el fruto y los guardias se giraron—. Debería mantenerlo con usted, a mí me quedan eternidades sobre la tierra, al ser un ángel... —Sonrió pero dentro de él se creaba un nudo porque sabía que aún no se iban esos sentimientos por el gran amor de su vida; Kim Taehyung. —

—Sonrió viéndolo—. Jungkook, en nuestra biblia dice que te vas a preparar para ser digno de pisar el suelo sagrado y pasar tu vida custodiando desde otro lugar. —Suspiró—. Es un paso que debes hacer, ya has descansado, te has alimentado bien y has cuidado de nosotros, pero debes volver a tu lugar. —Acarició la mejilla del menor con cariño.—

—. Hyung... No sé si realmente estoy del todo listo. —Agachó la cabeza pero vió sus manos las cuales estaban impecables y sin ninguna gota de suciedad.—

Luna llena × VKook +18 × [2T]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora