Luna llena × VKook +18 × [2T]

III

El príncipe que ahora estaba a nada de ser rey, admiraba por la ventana el pequeño pueblo a lo lejos que estaba siendo custodiado por demonios y se notaban muy lejos pero tenía una incomodidad grande que no sabía qué era.

Suspiró y prefirió irse a su cama sin antes cerrar la ventana con la cortina de color blanco con detalles de tulipanes —su madre las seleccionó— y le daban tranquilidad pero necesitaba hablar con alguien.

Ese alguien era Seokjin.

Salió de su alcoba en busca del castaño que estaba más que seguro en una de las habitaciones del castillo porque así lo decretó él y más ahora que ocupaba el puesto de su padre —no del todo— y también porque los padres de Seokjin estaban en el pueblo ayudando a otras personas porque así eran todos en el pueblo.

Fué hasta la habitación del mencionado viendolo hacer sus plegarias y rezos antes de ir a dormir, era muy típico de Seokjin pedir por todas esas almas malditas y también pedir estar bien todos en pueblo.

—. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, por los siglos de los siglos... Amén. —Se hizo la cruz y se levantó en un suspiro.—

—Tocó suavemente la puerta para atraer la atención del castaño—. Hola. —Saludó el moreno apenas captó la atención del castaño.—

—. Joon. —Sonrió—. ¿Pasa algo?, ¿necesitas algo? —Sonrió acomodando su biblia y otros libros en su librero.—

—Negó sonriendo ladino—. No, nada... Sólo... —Soltó el aire contenido—. Bueno, estoy muy inquieto Jin. —

—El mencionado dejó todo para ofrecerle un lugar a su lado en la cama—. Cuéntame. —

—Suspiró—. Bueno... Sólo he estado observando por unos instantes desde mi alcoba el pueblo más cercano y... —Caminó hasta la cama del castaño tomando asiento a su lado—. ¿Porqué a esas pobres mujeres les tuvo que ocurrir aquello?, eran personas muy devotas de Dios nuestro señor, no comprendo el porqué aquellos demonios se adueñaron de todo eso. —Suspiró—. Tal vez nunca sabremos de ello. —

—El castaño tomó su mano y sonrió—. Namjoon... Nunca pierdas la esperanza de que algún día muy cercano venceremos a esos demonios... Mientras no haya primogénitos del creador de este caos no corremos ningún riesgo y tampoco el pueblo. —Se sonrojo cuando una imagen de él siendo tomado de las mejillas por el moreno y besado con delicadeza su frente en forma de agradecimiento por el apoyo.—

—. Muchas gracias Jin. —En cambio sólo recibió un cálido apretón de mano—. Me siento mejor, iré a descansar, también descansa, mañana planeo algo bastante extraño. —Rió—. Buenas noches Jin. —

—Sonrió de vuelta—. Buenas noches Namjoon. —El mencionado cerró la puerta de la alcoba del castaño dejándolo hecho un lío mental que no dudo en volver a rezar.—

Él no caería en las trampas sucias y tentaciones de el demonio... Eso jamás.

La lluvia le daba la bienvenida a la nueva pareja que se presentaba ante todos y se mostraban listos para traer al mundo a sus primogénitos que gobernarían de la misma forma que ellos.

Extendieron sus alas esparciendo las gotas de agua que habían caído en estas marcando a las mujeres que estaban listas para ser embarazadas y traer más seres oscuros al mundo, así que Jimin se le ocurrió una idea que habló con Yoongi y este no estuvo más de acuerdo y más que sus hijos vendrían al mundo en diferentes fechas, así que ahí estaban declarando que todo el año sería Octubre; no existirían los demás meses, sólo Octubre todo el año y vaya que las mujeres estaban tranquilas y las demás sólo estaban confundidas pero debían acostumbrarse a todo esto.

Jimin y Yoongi se metieron y todo el lugar estaba lleno de velas rojas con aroma a canela que para ellos es para la pasión y la fertilidad.

Esperaban esos pequeños o pequeñas no fuesen tan crueles como sus padres.

—. Hyung... —

—. Dime, Kookie~. —Sujetaba su manita mientras caminaban para la casa del menor.—

—. ¿Porqué mamá se quedó en aquella casa grandota?, ¿que debe hacer ella ahí?, ¿hoy voy a dormir solo? —Hizo un adorable puchero que hizo que el corazón del mayor se sintiera cálido ante tanta ternura.—

—. Yo dormiré contigo hoy pequeño, no estarás solo. —Sonrió viendo los ojitos brillar del menor mientras le miraba.—

—. ¡Sí, Hyung dormirá conmigo esta noche! —Dando saltitos llegaron a casa y vaya que los demonios de Taehyung malinterpretaron las palabras del menor provocando un dolor muy abajo de su ombligo.—

El mayor entró en la casa y vió al menor correr escaleras arriba para cambiarse, él por su parte cerró la puerta y sintió un dolor en el pecho viendo la marca de su promesa de cuidar por siempre a Jungkook tener una línea negra, se vió y trató de borrarla pero este simplemente ya no supo que más hacer al ver que se hizo más grande y prefirió no tocarla más.

Vió al menor bajar con su pijama favorita y su peluche favorito también, sonrió a su mayor y este lo alzó cuando se le dejó ir encima y lo atrapó sonriendo, apagó las luces con un chasquido y comenzó a arrullar al niño mientras iban a la habitación de este y el niño sólo lo veía con ojos de amor y cariño, un cariño tan grande que Taehyung temía dañarlo porque era un niño que no entendía el porqué pasaba todo esto a su alrededor y a todos los veía igual y no puede creer que su pureza sea tanta que puede creerlo un ángel.

Una vez en la cama sonrió al menor y ocultó sus alas y antes de ocultarlas totalmente el pequeño lo detuvo.

—. ¡Hyung, mire! —Acarició su ala y en específico una parte—. Tiene una pluma diferente. —Sonrió.—

—El mayor extendió su ala para dejarla sobre sus rostros viendo que era la única pluma blanca—. Eso... Eso nunca me había pasado. —

—Sonrió—. Yo digo que es porque tus plumas se harán un cambio. —Rieron y se acomodaron mejor—. Gracias por dormir conmigo hoy Hyung~. —

—Suspiró abrazando al menor y cobijandolo—. No es nada pequeño, duerme. —Besó la frente del menor y ambos cerraron los ojos descansando.—

Tal vez... Y sólo tal vez... Taehyung sí podía cambiar pero... ¿Cuál es el precio que debe pagar?

—. Yoonnie~... Mgh~... Ahhh~. —Abrió las piernas en su totalidad dejando entrar la lengua de su esposo en su interior hasta tocar su próstata repetidas veces—. ¡ME VOY A VENIR SÍ SIGUES ASÍ! —Apretó el cabello del blanquecino que después se alejó cuando sintió el cuerpo de su pequeño listo y preparado para darle hijos.—

—. Puedo sentir que tu cuerpo ya se preparó estos días para estar fértil. —Tocó los pezones de su pareja haciéndolo gemir y su mano tomó sus testículos sacudiendolos y apretandolos mientras su miembro liberaba el pre-semen—. Minnie~, está vez iré más profundo, espero no lastimarte~. —Besó la frente del menor y este lo vió a los ojos con amor.—

—. Nunca me haz lastimado, lo disfruto mucho~. —Lo besó—. Quiero que estos niños sean creados con amor~. —El mayor se sorprendió—. Quiero que se parezcan a ti~. —Sonrió.—

—. Y yo quiero que se parezcan a ti~. —

Dieron comienzo a la ronda de besos que los llevaron a unir sus cuerpos de forma tan ardiente que Jimin gemía alto haciendo saber en todo el castillo cuanto disfrutaba la compañía con su hombre y el como se lo hacía de forma tan única que sólo él disfrutaba de el placer que su esposo le daba.

Aquella noche sólo se escucharon gemidos plasmarse en cada rincón de aquél reino.

Jimin estaba seguro que quedaría más que sellado aquel amor que sentía por Yoongi.