El Inicio

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Estaba muy centrada viendo los garabatos que yo misma hice en mi cuaderno de apuntes. Ahhg detesto cuando los doctores comienzan a dar la clase y hablan muy rápido, ¿sabes? Nunca puedo escribir a su ritmo y termino creando una nueva escritura o reviviendo alguna lengua muerta.

Entonces escuché abrirse la puerta de la tienda y, levanté la mirada con una amable sonrisa. No noté a ese apuesto joven hasta que se quedó mirando por un buen rato el grupo de bolígrafos con forma de pipetas animadas, que se encontraban junto al mostrador y su llamativa, aunque peculiar reacción, después de unos segundos fue la de un niño que ve caer la nieve por primera vez, tenía ese brillo especial en su mirada y eso fue lo que me gustó de Lucas, ese era su nombre. Yo también me emociono de esa forma cuando algo me deja fascinada. Por supuesto que antes de irse compró un par de esos bolígrafos y preguntó si teníamos más diseños o si podría hacer unos con un diseño diferente, hasta juró que iba a ir todos los días hasta haber comprado por lo menos un artículo de cada estante de la tienda. Y no mintió.

A partir de ese día, empecé a verlo muy seguido en la facultad, corriendo por los pasillos de un salón a otro, pasaba junto a mí y si se daba cuenta de mi presencia me sonreía o agitaba suavemente su mano para saludarme de lejos. En pocas semanas pude conocer más sobre él, cada vez que llegaba a la tienda hablábamos por un buen rato, normalmente su horario de estudio terminaba cerca de las cinco o seis de la tarde, a esa hora casi no hay mucha gente que pase por la tienda, así que no nos interrumpían muy seguido, a excepción de los miércoles, ese día, él terminaba todas sus clases a las tres de la tarde y yo continuaba las mías unas horas más.

Atender la pequeña tienda no era un problema porque Michael y yo nos turnábamos para atenderla en nuestros tiempos libres, mi amigo estudiaba en la tarde y trabajaba en la mañana, mientras yo estudiaba en la mañana e iba a trabajar por la tarde, de esta forma podíamos tenerla abierta todo el día. En pocas semanas ya había formado parte del círculo de amigos cercanos de Lucas, incluso por redes sociales me pedía ayuda con algunas de sus tareas y a mí me parecía divertido ayudarlo ya que, yo estaba a poco de graduarme y él, a pesar de ser mayor que yo, apenas había ingresado al primer año.

No lo juzgo, sé que fue por problemas económicos de su familia que tuvo que trabajar unos años si quería continuar con sus estudios. Sé muchas cosas sobre él, sobre su familia y amigos... Te contaré un secreto, también conozco los lugares que frecuenta, cuando, con quienes y a qué hora. Podría decirse que sé todo sobre Lucas.

Ahhh Lucas, su nombre es tan hermoso. No importa cuántas veces lo diga, siempre me resulta tan bello escucharlo y pronunciarlo como la más hermosa melodía que se haya creado. Me enamoré de él aunque, no sé cuándo pasó. Para cuando lo supe, ya estaba esperando ansiosa a que llegara a la tienda como de costumbre y comenzara a hablar sobre su día, a quejarse de que no entendía alguna materia o de lo desastrosa que había sido su práctica en el laboratorio o incluso preguntar sobre detalles de los objetos que teníamos, recibir sus mensajes o ser notificada sobre alguna etiqueta suya. He amado su cabello lacio, castaño claro y que le llega hasta los hombros, amo cuando se lo ata en coleta o se lo deja suelto, amo sus ojos de color café oscuro, sus pestañas algo largas y rizadas, sus labios delgados, sus pocas pecas que van de su mejilla izquierda en línea recta por la nariz hacia su mejilla derecha. ¡¡Oh, Dios!! Ese detalle en especial es lo que más amo, parece un personaje de cómics románticos en donde todos se ven tan tiernos y adorables. Así lo veo, completamente adorable, tan... irresistible.

¿Mmmm? Ahhhh, perdóname si hace algo de frío, es por el aire acondicionado, lo siento tanto. Me distraje mucho recordando cada detalle de esos días, no me mires así, cualquiera diría que me odias intensamente y aunque el sentimiento sea mutuo, no voy a dejar que te congeles, no es cortés y creo que es suficiente con que te lastimes las muñecas tratando de desatar esas cuerdas. No voy a tardar, no hagas ruido y espérame aquí por favor.

No te muevas mucho, no voy a hacerte nada solo, te voy a traer un abrigo... Taisuke.

CrushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora