Perfume.

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JeongHan inhaló lentamente ese delicioso olor mezclado entre madera y dulce, un intermedio entre lo masculino y lo adorable. Casi estaba suspirando, perdiéndose en aquel beso, en esos labios carnosos y suaves que le hacían cosquillas a los suyos como si de la caricia de una pluma se tratara.

Si no fuera por la estorbosa pared que los separaba ya fuese jalado al otro hombre para besarlo justo como esos hermosos labios merecían ser basados. El beso llevaba ya unos cuantos segundos y seguía siendo demasiado lento y delicado para su gusto. Pero para ser justos, el otro hombre estaba ebrio; el lo sabía, y para colmo solo estaba jugando cuando puso su boca en el agujero de la cabina. El cartel afuera decía "fuera de servicio", era obvio que el hombre no esperaba ser besado, así que posiblemente estuviese pensado que la otra boca que estaba sintiendo era producto de su embriaguez.

Se supone que la persona que atiende la cabina debe sólo seguir el beso como el cliente lo quiera... Pero yo no trabajo aquí ¿No?.

JeongHan succionó con delicadeza el labio inferior del contrario y aprovechó que este separará sus labios para introducir su lengua.

El beso continuó siendo lento, pero ahora era muy húmedo y casi abrumador, no ayudaba que la boca del tipo tuviera sabor a alcohol y... ¿Fresas? ¿Qué estaba bebiendo este tipo? Yo quiero uno.

JeongHan tenía su lengua siendo succionada por el otro y cuando sintió que por fin era liberada iba a tomar la contraria dentro de su propia boca, pero antes de poder cumplir su cometido, el "cliente"  —Sí es que se le puede llamar así,  porque ni siquiera pagó— se apartó del agujero.

Estaba parado estático frente al agujero, no lo suficientemente cerca como para que la boca de JeongHan pudiese alcanzarlo, pero si lo suficiente para que pudiera ver sus labios y parte de su mentón. JeongHan podía notar que Respiraba de manera agitada, quizás por el alcohol, o porque el beso que acababan de compartir había sido tan húmedo y lascivo que fácilmente podía haberle dado una erección sólo con ese beso.

JeongHan sonrió de lado.

Giró su cabeza para ver en la pantalla de la cámara de vigilancia al hombre fuera de la cabina. Lo vió desabotonarse el cuello de la camisa y mirar fijo la pared... Y luego simplemente se fue, luciendo muy confundido.

Si la cámara de vigilancia tuviese mejor Resolución, JeongHan estaba seguro de que lo fuese visto sonrojado.

Se Rió fuerte ante el pensamiento.

—¿De qué te Ríes? ¿Enloqueciste al fin? — Escuchó la voz de su amiga venir desde el mini-tocador de la cabina.

El mini-tocador estaba separado del área del agujero —alias "área de atención al cliente"— por una cortina corrediza color vino.

Su amiga trabajaba en ese lugar desde hace medio año. Era una especie de club-discoteca que en la zona V.I.P tenía algo así como un host club para hombres y mujeres. Ella era una de las anfitrionas femeninas, las cuales hacían turno para atender esa cabina de besos en donde se encontraban ahora los dos.

La cabina de besos, o como se llamaba 《Red Kissu》 quedaba al final de un pasillo en la zona del host club para hombres. Por el cómodo costó de seis mil won, el cliente podía conseguir un beso por un minuto.

La cabina estaba supuestamente diseñada para que todo fuera anónimo: el cliente no ve a la anfitriona y la anfitriona no ve al cliente.

Pero eso no era cierto. Debido a que esto era un host club —no un prostíbulo— había una pequeña cámara de vigilancia oculta en el pasillo, y una pantalla-monitor en la cabina, esto para verificar que los clientes no estuviesen... Bueno, dándose a sí mismos trabajos manuales mientras besaban a la chica dentro de la cabina.

También porque ni el club-discoteca, ni el host club era para clientela homosexual. Entonces así las chicas se aseguraban que estaban besando a un hombre.

—Casi. Sólo Recordé algo divertido.—Respondió al fin, al tiempo que su amiga salía del tocador, con los labios cubiertos por un encantador gloss con brillantina.

—Interesante. Bien ¿podrías quitar el cartel de afuera por mí? —La chica sacudió sus pestañas de manera encantadora mirándole a los ojos suplicante.

—¿Vas a pagarme por hacer parte de tu trabajo, Jennie?—Preguntó guardandose para sí la verdadera Razón de esas palabras. La castaña lo miró indignada.

—Mover un cartel no es muy difícil, Han.

JeongHan Rió y salió para quitar el cartel de la pared de la cabina cubierta de un tapiz de terciopelo Rojo.

Sonrió. No sabía en qué estaba pensando cuando decidió besar al desconocido, pero al menos obtuvo algo de diversión de haber acompañado a Jennie a su trabajo.

Además de que no olvidaría el increible y delicioso olor del perfume de aquel hombre.

Ni su calmada y gentil voz.

Ni su nombre.

Perfume and Makeup [JIHAN] HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora