Capítulo 3

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Mis piernas le pedían a mi cerebro que se detuviera, porque dentro de poco ellas no soportaría más el peso de mi cuerpo corriendo por el hospital.

Pero no se detuvieron.

Mis brazos temblaban mientras apartaban a las personas que se cruzaron en mi camino, intentando llegar a aquella habitación que la secretaria me había indicado.

Escuchaba a mi mamá correr detrás de mi, disculpándose con quien yo empujaba.

Cuando había corrido por el bosque, mi mamá le pidió a los que me buscaban, que ella quería hablar conmigo a solas.

Ella y yo teníamos una excelente relación. Solo nos teníamos a nosotras, ya que mi padre murió de sobredosis cuando yo era una niña.

Mi mamá, Sara, hizo lo posible por no sufrir frente a mi, más bien sonreía todo lo que podía, pero siempre supe que le dolía bastante. Por eso y mil razones más, le debo mi vida entera.

Ella me hablaba calmada, sentadas sobre la fría nieve. Yo lloraba sobre su pecho, pidiendo que el dolor sanara.

Al volver a donde fue el accidente, vi a los padres de Klake, destruidos por completo.
Eran unos señores reservados, a los que yo nunca les agradé. Bastante cuadrados, fríos y sobre protectores con Klake. A diferencia de él, que era el ser humano más tierno que había conocido.

Era...

Al verme, su madre intentó correr hacia mí, en su miraba se notaba tanto dolor y desesperación.
Su esposo, el padre, la tomó por los hombros intentado calmarla.

Me gritaba que había sido mi culpa y nada más que mi culpa. Mamá me tomó entre sus brazos, y le gritó que se cayara.

Me hizo sentir horrible, para mí había tenido razón, Klake ya no estaba con nosotros, solamente por mi culpa.

Yo debía ser quien se iría, no él...

Mi miraba se levantó hacia la ambulancia apagada, de donde llamaban a los padres de Klake.

Ambos fueron hacia dicha ambulancia, con la mirada perdida. Vi una camilla a lo lejos, con una sábana celeste suave cubriendo un bulto

Un cuerpo...

Mi cuerpo se debilitó al pensar en el dueño. Mis piernas flanquearon, dejaron de soportar mi cuerpo.

A partir de ahí, mi miraba se oscureció, y perdí completamente la consciencia.

Al despertar, vi una ola de para médicos sobre mi, incluyendo a mi madre y a Jack.

De inmediato pedí ir a donde sea que hubieran llevado el cuerpo de mi novio

El cuerpo...

Mamá condujo directo al hospital que nos habían indicado, una vez que se asegurarán que físicamente, yo estaba bien.

Cuando por fin llegué, me detuve frente a la puerta viendo aquel número que me habían indicado.

Mi cuerpo se enfrió aún más, al tocar la perilla.
Carecía de fuerza para abrir dicha puerta, donde no sabría que vería exactamente.

Escuchaba sollozos, que supuse de inmediato que eran de los padres de Klake.

Sentí la mano de mi madre, cálida y pequeña, posarse sobre mi hombro. Dándome fuerzas solo con su toque.

Estaba lista

Giré la perilla suavemente y abrí la puerta con cuidado, entrando. La habitación estaba fría y se sentía una pesada energía.

Una energía de muerte.

Vislumbré en la oscuridad, la silueta de los padres de Klake, sollozando en una esquina, abrazados. Mis ojos se dirigieron a la camilla, donde descansaba un cuerpo.

Mi alma se cayó al piso al ver su silueta, tendida sobre la camilla. Una suave luz entraba por la ventana, tapada por persianas, que hacía relucir su blanca piel,  por encima de lo demás. Su pecho no se movía, como se supone que debería hacerlo.

Sus hermosos ojos negros, estaban cerrados, al igual que su boca.

Sentí mis ojos arder al ver a mi novio ahí, sin nada de vida, al ver al dueño de mi corazón. Al ver a mi cable al mundo...

Porque eso era para mi, era de mis principales razones para levantarme cada día, de mis razones para no rendirme, era mi motor y sustento, y ahora lo había perdido...

Para  siempre 

No noté que estaba llorando, hasta que sentí mis lágrimas mojarme las mejillas. Mis piernas flanquearon, y caí, tomándome de su camilla. De mi garganta salían dolorosos gemidos y gritos, pero yo no podía escucharlos. Un zumbido atravesaba mis oídos, haciéndome imposible escuchar los pedidos de mi madre para que me calmara.

En ese momento, mi mente y vista se nubló,  y no hubo nada más en ella que el nombre de él...

Klake

Escuchaba como mi garganta lo llamaba, y ni yo misma tenía el control de mi cuerpo. Lo que me mantenía viva en ese momento era el dolor, la desesperación  de perder a otra persona más de tu vida. Ese sentimiento que se crea, mientras pensamos en todas las cosas que nos faltaban por hacer juntos en incluso que hicimos.El que se crea al pensar en su sonrisa, su voz, sus caricias, todo sobre esa personas; de ahora en adelante solamente viviría en tu mente y recuerdos.  

Klake y yo llevábamos casi 2 años de novios, y de conocernos iban a cumplirse 4. Pero ahora todo estaba arruinado. Estábamos en el punto, en que idealizamos nuestro futuro juntos...

Pensar en eso me dejaba el alma en mil pedazos.

Deseaba que viniera por mí, o... Yo irme con él.
Da
Presa del impulso, al escuchar las pisadas a mis espaldas del novio de mi mamá, Jack, me levanté a una velocidad increíble y saqué la navaja de su bolsillo, que sabía que siempre traía.

Sin que nadie pudiera reaccionar, intenté clavarla en mi corazón, pensando en estar con él.

Y si no no lograba, el dolor en este pobre mayugado, me mataría de todas formas.

Sería cuestión de tiempo.



-Analía🔮

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