Capitulo X - Ciego

132 12 62
                                    

La diosa Hécate mantuvo su imagen de una sola mujer y se hallaba sentada tomando café con leche... o al menos, eso creo que es. ¿Eso es canela o una pata de rana?

- Necesito que "protejan" a cierto muchacho. - anunció ella. - Verán, en mi mundo...

- ¿Su mundo? - interrumpió un chico latino. - ¿Ósea que ahora seremos agentes secretos como los de Men In Black y cuidaremos de aliens? ¡Cool!

Quise reír, pero no podía. El disgusto de verme forzado a tener que hacer esto no dejaba mi mente, solo puedo pensar en lo mucho que odio tener que participar.

Reyna notó el disgusto en mi mirada, supongo yo, ya que entrelazó sus dedos con los míos y me dedicó una sonrisa de comprensión.

- No, no son aliens. Eso es cosa de Zeus, a él le gusta jugar tiro al OVNI. - aclaró ella. - Como dije, es un muchacho. Un niño de 12 años. Bueno, para cuando ustedes lo conozcan los tenía.

Eso confundió a todos.

- Verán, los enviaré al pasado, ya que no los enviaría como "precaución", sino para evitar algo. ¿Entienden? Al menos saben que son necesarios, no como cualquier misión que pueda darles la bruja de Hera ¿no es genial? Eso es lo que les gusta a los semidioses: sentirse útiles ¿me equivoco?

Contraje mis dedos, controlándome al recordar que tenía la mano de Reyna: realmente quería romperle los dientes a esa diosa ahora mismo.

Annabeth tomó palabra:

- Diosa Hécate, significa esto que viajaremos en el tiempo?

Ella tomó la pregunta como si fuera una tontería, como si el viajar por el tiempo fuera lo más trivial del mundo.

- Seguramente conoce que el tiempo no es algo inalterable o indiferente a todo. El tiempo es moldeable, frágil y peligrosamente accesible. Seguramente lo estás confundiendo con la perspectiva del tiempo, lo que los mortales "crearon" para facilitar su administración. - tomó otro sorbo de su café de rana y continuó. - Por ejemplo, Cronos es el titán del tiempo ¿no te hace eso pensar en algo?

- Cronos está dormido. - dijo rápidamente Annabeth. Su respiración había aumentado considerablemente tras oír un nombre del pasado.

Yo lo sentí muy cercano... demasiado.

- Oh, claro que sí, tú querido amigo Luke se encargó de que así fuera ¡si que se robó el show esa noche! En fin, lo que digo es: los enviaré al pasado para que cuiden de este chico llamado Harry Potter.

- ¿Cuidaremos de un alfarero? ¿Qué le pasará, le caerá un jarrón en la cabeza? - nuevamente el chico latino interrumpió.

Esta vez si pude reír. Aunque de manera discreta.

- Ponerlos en contexto tomará bastante tiempo, pero resumido brevemente para que se hagan una idea de lo que viene sería algo como... Harry Potter es el sobreviviente de una serie de asesinatos donde murieron sus padres, pero el siendo un recién nacido pudo, oír alguna razón, matar al hombre más peligroso del mundo mágico y ahora vive con sus tíos, quienes no le han contado que es un mago.

No podía tomar esto en serio.

- El chaval mató al hombre más peligroso de su época... ¿siendo un bebé? ¿Qué hizo, voló sobre su cabeza y tiró un rasho láser?

Reyna silencioso una risa.

- Perdón, es que en la isla siempre ponían Monster Inc los sábados. - susurró.

- Esa es la historia contada por los magos. A excepción de la parte de los tíos. El punto es que es como un cuento. Pero real. Lo que hagan será cuidarlo. No deben intervenir directamente, no demasiado.

- Comprendo que la misión consista en proteger al chico, pero ¿protegerlo de qué?

- Intentos de asesino, más que nada. Ya saben, con la cantidad de seguidores de Voldemort y todo eso. En especial cuando reviva, para ese entonces habían tantos que levantabas una piedra y te salían como 3. - divagó.

En fin, ya que viajarán en el tiempo se todas formas, tómense esta noche con calma, partirán mañana. Todavía tienen que ir a Inglaterra.

- ¿un alfarero británico? ¿Podemos tener las horas del té con sus tazas? - bromeó el mismo chico.

- Por los dioses, debe ser hereditario. - murmuró la diosa. - En fin, es la Inglaterra de 1990, aunque no estarán precisamente en Inglaterra. Después de todo, lo único que harán en Inglaterra es tomar el tren 9-3/4. Yo me encargaré de vuestro equipaje. No hay necesidad de que compren nada.

- Solo para estar seguros, ¿Qué será este "equipaje"? - preguntó Annabeth.

La diosa le dedicó una mirada con una ceja levantada.

- Ya saben, lo básico para la magia: libros de hechicería, calderos, túnicas, varitas... varitas... - alargó la última palabra. - Hagamos esto, irán a Ollivander y él les dará su varita, será mejor que tengan una compatible a una genérica.

Estoy seguro que no era el único extrañado por las cosas que nombró la diosa, pero no terminaba ahí.

- Tambien necesitarán una lechuza y... Mejor le digo a Dumby que se encargue del resto para su estadía. Seguro que les gustará Hogwarts.

- ¿Tontito se encargará de nosotros mientras estamos en Verrugas de Cerdo?

- ¡Leo, ya basta! - dijo en voz baja la chica morena a su amigo.

Sentí un pequeño calor en el pecho. Leo... ese chico, bajito, con el cabello desaliñado... Me siento nostálgico al verlo, me recuerda a mi en mis primeros días como semidios: tomándolo todo a broma... buscando ocultar el nerviosismo con humor. Decir chistes más para uno mismo que para el resto, porque cuando dejas de hacer chistes, te lo tomas en serio; y cuando tomas este mundo en serio... ya no hay escapatoria.

Tal vez sea una idea que yo mismo me hice. Este no soy yo, al menos ya no quiero serlo. Quiero volver a ser un niño, o serlo por primera vez. Quiero... poder vivir lo que nunca viví. Ser normal, o al menos que mi vida lo sea.

Yo solo quiero ser feliz.

- Muy bien, héroes, los dejaré descansar esta noche, partirán mañana en la mañana.

Desapareció. No estoy muy seguro de cómo, hundiéndose en niebla, con una luz cegadora, el recuerdo tan reciente es confuso.

Nada más la diosa desapareció, la tensión en el aire se hizo presente.

Miradas discretas se hicieron. Yo las ignoré. Di media vuelta, dirección al departamento de Reyna, ella me acompañó.

No quería mirar atrás. No podía.

- Semidioses, descansen por hoy. Mañana tendremos una misión. - declaró Reyna antes de cruzar y cerrar la puerta.

Yo había ido a la cama, me había sentado en ella, con la mirada gacha.

Pude verla acercarse. Se paró en frente mío.

No me moví. Pero sus manos fueron a mis mejillas, alzando mi mirada. La preocupación de mi rostro debió ser evidente. Pero ella me dedicó una sonrisa.

- No te preocupes. Estaré contigo.

Cerré mis ojos. Confiaré en ella.

Fragmentación Temporal | Percy Jackson + Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora