The One That Got Away

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Peter Parker

"I should've told you what you meant to me, 'cause now I pay the price"

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"I should've told you what you meant to me, 'cause now I pay the price"

N/A: este es el primer capítulo de una historia dividida en tres, el segundo se llama "The 1" (sección de Steve Rogers) y el tercero "All I Want" (tú eliges el final), bueno léanlos en orden, voten y tomen agua.

ADVERTENCIA: triste, preparen los pañuelos

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Peter abrió silenciosamente la puerta trasera de la casa, caminó cojeando hasta la sala de estar y se sentó en un sillón. Se quitó con cuidado su máscara y susurró una maldición cuando tocó su ojo morado. ¿Cómo le explicaría eso y las miles de heridas a su esposa? Podía ir muy temprano al trabajo y luego le mentiría diciendo que lo asaltaron en su trayecto de regreso.

Sabrina y él eran todo lo contrario. A Peter le gustaba ser un superhéroe, ser aplaudido por serlo y vivir en la alocada ciudad de Nueva York junto a Tony y los demás. Sabrina prefería mantenerse sencilla y discreta, su círculo social estaba compuesto por uno o dos amigos y amaba el campo y su tranquilidad. Cuando su compañera de habitación de universidad, Wanda, la invitó a su fiesta de cumpleaños y conoció a Peter Parker, fue imposible no enamorarse.

Los polos opuestos se atraen, ¿no? Bueno, eso quisieron creer ambos.

Sabrina aguantó por varios años que Peter viviera arriesgando su vida salvando el mundo. Incluso lo acompañó a varias fiestas de Tony Stark, donde sólo miraba incómoda como todos tomaban y terminaban exclamando y haciendo cosas desatinadas. Sabía que muchos la consideraban una mojigata, pero no le importaba, simplemente ese no era su estilo de vida. Pero al casarse, todo se acabó. Se mudaron a un pequeño pueblo en el borde rural de Nueva York, consiguieron trabajos normales, tuvieron un hijo y formaron una vida sencilla. ¡Y funcionó! Por cinco años, aunque sea. Pero Peter deseaba volver a ponerse el traje que tenía escondido al fondo del sótano, balancearse de edificio a edificio, ayudar a las personas...

La luz de la habitación se encendió, mostrando a una sorprendida Sabrina. Al ver el traje azul y rojo que llevaba su esposo, soltó un suspiro.

—No puede ser.—susurró mientras se sobaba los ojos, intentando quitarse el sueño por completo.

Peter se levantó como pudo y se acercó a la chica.—N-no es lo que parece. Yo tuve que...

—Basta, no me mientas. Todo este mes te has estado escabullendo por las noches y yo-yo pensaba que me estabas engañando, pero esto... esto es peor.—espetó manteniendo la voz baja.—¿Sabes el peligro en que nos puedes meter a Benji y a mí al regresar a esa vida?

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