𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈: 𝐋𝐚 𝐢𝐧𝐬𝐞𝐠𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝.

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La segunda carta no fue entregada a su destinataria hasta después de una semana, cuando Stanley tuvo que dejar atrás su inseguridad debido a la insistencia de parte del de ojos verdes, quién estaba al tanto de todo lo que sucedía y había estado pr...

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La segunda carta no fue entregada a su destinataria hasta después de una semana, cuando Stanley tuvo que dejar atrás su inseguridad debido a la insistencia de parte del de ojos verdes, quién estaba al tanto de todo lo que sucedía y había estado presionándolo para que dejara la carta de una vez por todas. Esta vez, la expresión de la chica de despeinados y castaños cabellos cambió. Su rostro se iluminó y una sonrisa se asomó sobre sus labios. Stanley aún podía recordar las burlas que Richie le había hecho a su amiga, y como le recordaba a cada rato de su "enamorado". Pfff... Si el de lentes tan solo supiera que ese "enamorado" era uno de sus mejores amigos. El de cabellera dorada observó con atención a la que ahora estaba terminando de leer la carta, Richie estaba asomando su rostro hacia Amber para hacer un intento y leer el contenido de la carta, pero la castaña se hacía hacia atrás mientras negaba.

—¡No, Richie! ¡Deja que la lea!—.

El de lentes estallaba a risas por el rosado rubor que ahora estaba sobre las mejillas de su compañera. Mientras tanto, Bill, quién estaba a un lado de Stanley a unos cuantos metros, codeaba con complicidad al enamorado.

—¿V~Ves que todo iba a sa~salir de maravilla? Y tu asustado p~por como saldría to~todo—.

Fueron las palabras de William Denbrough. El de rizos tan solo río, era verdad; ya estaba empezando a creer que se había preocupado por nada. Pero bueno... Ya conocen a Stanley; preocuparse por pequeños detalles era algo que lo caracterizaba. Amber volvió a buscar con sus curiosos ojos entre la multitud de gente, esperando encontrarse con otra mirada, tenía la esperanza de poder encontrar a su admirador secreto, pero eso se le complicaría puesto a que Stanley no se atrevería a acercarse tan rápido.

La propuesta de ir a tomar helados se hizo presente por parte de Eddie luego de alrededor de una hora después, Amber fue invitada a la juntada, por lo que guardo sus cosas en su mochila -entre ellas dicha carta- y se dirigió a la salida del Arcade luego de asegurarse que su hermano pequeño se iría con Georgie y la madre de este.  En las últimas semanas la madre de los hermanos Denbrough se había ganado la confianza de la familia Kásparov, por lo que ahora los hermanos menores de cada familia se juntaban mas a menudo.

—¿Nos vamos?—.

Fue lo que dijo la castaña apenas alcanzó al grupo de chicos, quiénes dieron una respuesta positiva antes de subirse a sus respectivas bicicletas, salvo por Amber, quién se subió en la parte trasera de la bicicleta de Richie. La heladería no quedaba muy lejos, para mala suerte de Eddie y Richie, ya que no valió la pena hacer una carrera como siempre solían hacerlo.

En cuanto llegaron, dejaron sus bicicletas en el suelo, todos menos Stanley, quién la estacionó con cuidado. Se adentraron al local, y se dividieron en dos grupos: uno que buscaría una mesa disponible, y el otro que sería el que pediría los helados y los trasladaría hacia la mesa. Stanley, Amber y Bill estuvieron en el primer grupo, mientras que Richie, Eddie y Ben -quién había venido en esta ocasión-, se encargaron de pedir los helados. Mientras tanto, el primer grupo buscó una mesa de seis sillas. Al encontrarla, se dirigieron hacia ella y se sentaron; Stanley se ubicó frente a Amber y Bill al lado de Stanley. Por supuesto, Stanley estaba nervioso, por lo que Bill habló.

—¿Y de dónde e~eres? Mi ma~madre me contó un po~poco de ti, tengo entendido que nuestras madres se hi~hicieron amigas—.

La castaña dirigió su mirada hacia el de ojos verdes apenas lo escuchó, y asintió con la cabeza mientras curvaba sus rosados labios en una pequeña sonrisa.

—Nací en California, pero hace un año tuvimos que mudarnos aquí ya que le habían ofrecido un puesto de trabajo a mi madre. Y medio año después conocí a Richie—.

Ella dirigió su mirada hacia el de lentes, y el de rizos por primera vez se preocupó de que ella sintiera cosas por uno de sus mejores amigos. Realizó una pequeña y disimulada mueca antes de verla otra vez puesto a que Amber continuó hablando.

—¡Y sí! Me alegra mucho que por fin mi madre tenga alguien con quién entablar conversación, y además, se ve que mi hermanito está muy feliz con Georgie de compañía. ¿Y ustedes... siempre fueron amigos de Richie?—.

Bill golpeó suavemente el brazo de Stanley con su codo, dándole a entender que él debía hablar. El rizado abrió su boca para hablar, pero se quedó sin palabras cuando Amber lo observó con atención. Continuó con toser un poco y, finalmente, animarse a hablar. Jugó con sus dedos por debajo de la mesa e intentó calmar un poco los rápidos latidos de su corazón.

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2021 ⏰

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"𝑪𝒓𝒖𝒔𝒉" || 𝑺𝒕𝒂𝒏𝒍𝒆𝒚 𝑼𝒓𝒊𝒔.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora