—Yo sé que apenas nos estamos conociendo, y pensaras lo peor de mí. Pero también sé, que necesitas de este apoyo monetario. No te estoy sugiriendo que dejes de trabajar o tus rutinas. ¡Nada de eso! Es un abono extra para ti. —
En mi cerebro sigo cabreada por sus exactas y firmes palabras. Su voz es correcta, como cuando mi padre ha estado en juicio, y sabe a la perfección que es lo que tiene que argumentar para convencer al juez de esto.
—¿Puedo pensarlo? — bajo un poco mi altanería.
Por un lado siento que no me ofende, pero si ofrece una buena suma, debería valer la pena, al menos para gastos mínimos que necesito en mí y la matricula.
—En mi oficina tengo todo a detalle, te mandare un correo, con las clausulas específicas de lo que tendrías que hacer y que no. —
—¡Espere, o sea que! ¿También hay prohibiciones? — respondo desconcertada.
—¡Si! — afirma.
—¿Pero de que va? Me refiero a que no las cumpla, supongo que si me debo de ganar no sé, el acuerdo al que se llegue. Pero tampoco es que se me dé mucho de pedir permiso. —
—Bueno comenzaras con hacerlo, al menos conmigo, me tienes que reportar lo que se estipule, primero lee lo que te mandare, Gin. Si aceptas, podremos negociar algunas cosas, porque a mi me gusta ser exclusivo con mis sugar babies. —
¡Es un reverendo hijo de puta!
—¿Y su novia? Yo no deseo que me hagan un escándalo, por estar con usted por muy cotizado que sea, o el amor que le tengan...—
Respiro, trato de detener un ataque de ansiedad antes que salga de mi boca una barbaridad pero piensa Ginebra, no creo que sea una cantidad pequeña, tampoco tan enorme pero te puede ayudar.
Además no tienes a quien rendir cuentas, es un punto a tu favor, pero si debes de tener cuidado. Yo creo que me lo pensare si es que me llega a convencer.
—¿Implica tener alguna práctica sexual? — pregunto nerviosa.
Y si no me equivoco, estoy sonrojada como un tomate en su esplendor.
—Nena, eso es lo principal, tener sexo, sabes que es lo emocionante, que si te convenzo, te haré lo que no te imaginas, desde que te miré en la oficina de tu padre quede encantando, y poder cumplir mis fantasías que no sabía que deseaba hasta verte. —
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Hola nos vemos de nuevo, ¡Si, si! muy corto? lo sé, pero ya saben que soy una Drama Queen, y pues que mejor que dejarlas picadas.
