—No tengo ningún interés personal en ti, Ginebra, ni en tus hobbies, ni quien te rompió el corazón, simplemente me interesa tu apetito sexual, ¿Cómo satisfacerte? Para que tu puedas darme placer, me explico...—
—Pero... se da cuenta que soy la hija de su socio, o lo que sea de mi padre, acaso no piensa que lo puedo meter en problemas. —
La verdad que sus palabrerías no me suenan convincentes.
—¡No te estoy pidiendo matrimonio bonita, pero si tú me ocasionas un problema me lo harás pagar. —
¡NECIO!
—Necesitas dinero, no dejarás de seguir trabajando con tu padre, tu vida será normal, solo que sí, disponible para mí en todo momento. —
—¿Podría darme una idea de lo que una chica o bueno, una baby hace? — sonríe.
—La disponibilidad es lo de menos, me importa más a lo que eres capaz de hacer, quiero conocerte perfectamente en tu lado sexual, quiero saber que te prende y que te apaga. Que te sube al éxtasis, y que te pone duros los pezones, que te hace humedecer. — a voz baja me habla.
Gesticula muy bien sus movimientos. Su mandíbula bien estructurada y la profundidad de sus ojos, que me hacen enloquecer.
—Si eres sensible al dolor, tus fantasías, ¿Qué piensas cuando te masturbas? Si logras tener un orgasmo con el jugueteo de tus dedos o simplemente adoras a una polla dentro de ti. —
Me he quedado sin palabras, el señor Henry es demasiado directo con sus palabras ni en cien años se me hubiese ocurrido.
—Pensaras que todo lo que digo es sorprende para alguien como tú lo haga o lo piense, pero te aseguro que yo siendo tu guía, lograrás más de lo que simplemente existe. —
—¿Y si no acepto? —
—Insistiré. —
—¿Por qué lo haría? —
—¡Porque quiero que seas mía! —
—¿¡Y por qué!? — insisto.
—Por el simple hecho de meterte mi verga cuando estés en cuatro y te de duro, hasta que supliques...—
Quedo anonadada ante la última confesión que hace, es por el hecho de pensar que todo eso y más puede llegar a hacerme, le pienso, él solo me regala una mirada compasiva.
No siento que sus palabras sean una falta de respeto, tampoco que sea muy halagador.
—Ha sido demasiado explicito con la última parte señor Cavill, no pretendo ofenderle pero debo pensarlo unos días, no niego que usted sea alguien guapo...— me interrumpe.
—Serás todo un reto, pero lo acepto tampoco pretendo presionarte, pequeña. —
Moja sus labios.
Joder maldito.
Que no piense que ya lo he imaginado desnudo.
—Simplemente soy una cria, a quien no le agrada mucho que le manden, es algo que no tolero, entonces... si yo acepto tengo que también ser accesible, sino esto no funcionará. —
—Ansió que digas si, es lo que me atrae de ti, lo terca que eres, y lo bien que puedo dominarte, y que seas una sumisa, todo es consensuado, con respeto de ambos roles, y lo tengo que decir porque ha pasado, aunque no creo que sea nuestro caso, pero si uno se enamora, debe terminar la relación que se tiene. —
Ni que yo quisiera un futuro a su lado, que estupidez.
—Es una relación sexual, ni tú intervienes conmigo ni yo contigo. — respondo.
—Quiero estar dentro de ti, Ginebra, quiero sentirte, quiero derretirme en ti, venirme en ti, eres explosiva aunque no lo notes, eres fuego, joder déjame hacerte mía. —
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