Está es mi primera historia, y les agradezco por tomarse el tiempo de leerla, no soy buena para hacer descripciónes, pero en fin, aquí vamos.
Desde pequeño Wei Ying siempre ha tenido el mismo sueño, se encuentra postrado en cama, su cuerpo está débi...
Pasaba de la media noche, cuando Lan Wangji irrumpió en la habitación de Wei WuXian, una bella señorita lo mira fijamente desde su lugar junto a la cama del joven, ella le dedica un pequeño saludo al hermoso hombre de ojos dorados que se queda parado y en silencio bajo el marco de la puerta, frunce ligeramente el ceño al ver el objeto que carga en su espalda, el cuál está envuelto en una tela blanca.
—Wei Ying…
Murmura en voz baja, sus ojos están llenos de dolor y anhelo, la joven asiente en silencio, no necesita decir más, ella coloca cuidadosamente la mano de su hermano sobre la cama y camina hacia la puerta.
—Iré por algo de beber, ¿Puedes cuidar de A Xian por un momento? No tardaré demasiado.
Lan Wangji toma asiento junto a la cama, justo en la silla donde estaba la hermana de Wei Ying, acaricia tiernamente su mejilla y retira los mechones castaños de su rostro, antes de depositar un casto beso en su frente.
Empuña su mano y cierra los ojos, mientras respira profundamente, antes de sacar el Giqin y colocarlo cuidadosamente sobre su regazo, retira la tela blanca, mira fijamente a su esposo por un momento y suspira antes de comenzar a tocar aquella melodía que había compuesto para él hace tanto tiempo.
Sus dedos rasgan las cuerdas del Giqin enviando limpias notas por todo la habitación, su mente vuela a través del tiempo y el espacio, hasta la cueva de la matanza y Xuanwu, aquella noche, cuando Wei Ying le pido que cantará para él, sin saber que el Segundo Jade le confesaría sus sentimientos atreves de esa hermosa y melancólica melodía, y justo ahora, es está pequeña habitación de hospital, él estaba volviendo a confesar su amor.
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Han pasado casi tres meses desde el ataque, y aún cuando sus heridas han sanado casi por completo, Wei WuXian continúa durmiendo, pese a ello su familia y amigos no se han despegado de su lado, ni por un instante.
Cómo cada día, sin falta Lan Wangji vuelve al hospital y toca para él, sin embargo esa mañana en especial y justo antes de que él llegara, Wei Ying comienza a mostrar signos de actividad cerebral nuevamente, sus dedos y sus ojos, se mueven lentamente, hasta que al finalmente se abren poco a poco.
—¿Dónde...estoy? ¿ Qué fue...lo que paso?
Musitó en voz baja, al ver a su amigo sentado a lado de su cama y sosteniendo un libro, Wen Ning al oírle hablar, abre grandes los ojos y le sonríe mientras enormes lágrimas brotaban de sus ojos.
—¡Joven amo Wei!
Sin demora, su amigo llama a su hermana, la doctora Wen para que revise los signos vitales y el estado de salud de Wei WuXian.
Luego de una extensa revisión, varios exámenes y algunas pruebas, la doctora confirma que no hay ningún daño permanente, Wei WuXian mira a los hermanos con confusión antes de volver a preguntar.
