(3 semanas después de la batalla final)
El sol estaba en el cielo azul, los rayos dorados iluminaban los terrenos del colegio. Harry pasaba tiempo con sus padres y sus amigos. Y Fred como siempre contando chistes absurdos y haciendo como si no hubiera pasado nada. Desde entonces lleva teniendo pesadillas de su muerte. No era el único, todos los que habian muerto habían sufrido unas experiencias trágicas, nadie en la historia de la magia habia vuelto a respirar tras haber sido afectado por la maldición asesina.
McGonogall estaba exausta y estressda. Ella iba todos los dias a la enfermería para comprobar la salud del joven mago que yacía en la misma camilla en la que habia estado Hermione y Harry. McGonogall sabía que la vida de aquel joven iba a cambiar rotundamente en el momento que despertara. Ella sabía algo que aún nadie sabía.
El colegio estaba completamente vacío los alumnos habían vuelto a sus casas. Iban a recomenzar el curso en septiembre. Aquella tarde Hermione, Harry, Ron y sus familias abandonaron el recinto escolar. Minerva se quedó sola con la enfermera y el joven inconsciente.
Minerva se tumbó en la camilla de al lado, y dio la tarde libre a la enfermera. Estaban en la enfermería solos ella y él. Llamó a su lechuza y escribió una carta al dueño de la famosisima tienda de chuches, Honeydukes, en ella le pidió que le trajera numerosas chuches para un alumno que estaba en coma. A la 30hora de haber mandado la carta llegaron chuches y dulces. Las cuales puso alrededor de la camilla.
-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy?-dijo el mago el cual había parpadeado por primera vez desde hace varias semanas. Luego comenzó a gritar el nombre de su hermana: "¡Matilda!. Ven". McGonogall reaccionó rápidamente se levantó de su camilla y abrazó al joven mago. Ella le dijo: Tengo que hablar contigo, seriamente. Algo ha pasado.- Ella comenzó a hablar serenamente- Antes de nada he de decirte que tu hermana está en perfecta condiciones. Ojala ese fuera el problema-suspiró- tus padres han muerto tras haber sufrido un accidente de coche, lo siento mucho.- Minerva no lo pudo evitar, y le abrazó con un cariño indescriptible.
Charles estaba en shock,a los pocos segundos, reacciono y salió corriendo de la enfermería, corrió por los pasillos atravesando varios fantasmas consecutiva y rompiendo objetos con la magia. Él salió por el pasillo y se dirigió a la orilla del Lago Negro, donde comenzó a gritar, y a llorar. Sus gritos se podían oír desde kilómetros de distancia, esos gritos eran diferentes cualquier persona que los oyera podría sentir un sentimiento de culpa. Tal sentimiento que los pelos de los brazos te rizarían como si un escalofrío te recorriera una y otra vez a través de la espalda.
Una brisa de aire fresco movía la hierba que rodeaba el famoso lago, de repente una niña con el eplo largo moreno se apareció detrás de Charles y comenzó a gritar su nombre. Charlie se giro y la fue a abrazar, era su hermana Matilda la cual llevaba un lazo rojo como la sangre. Ambos lloraron de la alegría y de la tristeza, a la misma vez se habían reencontrado después de haber perdido a sus dos padres, comenzó a chispear y ambos seguían llorando mientras las gotas del agua chocaban con el lago. En una de las ventanas del colegio se encontraba Minerva observando a los dos hermanos, ver aquel panorama hacía que su alma se partiera en pedazos.
Hermione se apareció en el castillo y tampoco pudo evitar escuchar los sollozos que provenían del Lago Negro, con la varita empuñada en la mano ella se acercó al Lago, donde vio a uno de su misma casa llorar. Se acercó, y con su dulce voz les calmó mientras les abrazaba con ternura. Ella no se podía imaginar por lo que estaban sufriendo. Les acompañó de vuelta al castillo, precisamente a sus habitaciones para que descansaran tras haberse enterado de aquella terrible noticia.
La bella Hermione se había acercado al colegio por una simple razón, había averiguado una cosa que era de vital importancia que se lo había ocultado a sus mejores amigos, este tema solo lo podía hablar con una persona, con la Profesora McGonagall. La lluvia chocaba con los cristales de la oficina de de McGonagall, la profesora estaba anonadada, no tenía la cabeza en su sitio solo podía pensar en Charlie y Matilda. Hermione llamó a la puerta, estaba tal como la recordaba. La última vez que estuvo en esa habitación fue tras el funeral del querido director. La habitación tenía una ventana la cual está mirando directamente a una pequeña isla, donde estuvo Dumbledore sepultado. Hermione pronunció unas palabras con su dulce y pacífica voz:
- Creo que se como encontrar a Dumbledore, si es que ha vuelto a la vida.- Los ojos de la profesora se posaron es los suyos y escuchó atentamente. Tras mirarla fijamente, pudo fijarse en las heridas que tenía en su cuerpo, como maga sabía que esas eran producidas por una de las maldiciones imperdonables. McGonogall la preguntó por la persona que se las había hecho. Ella dijo el nombre de aquella malvada bruja:
-Bellatrix.- McGonagall la miró y la dijo- Hermione, si ella ha resucitado, me encargaré personalmente que antes de morir sufra mil veces más de lo que tu sufriste.
Hermione la sonrío.
Ahora cuéntame lo que has averiguado-dijjo la profesora.
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Harry Potter y el retorno
FanfictionEsta historia empieza a desarrollarse justo después de que Lord Voldemort fuera vencido con el Priori Incantatem (el capítulo del epílogo no existe, la historia sigue desde la muerte de Voldemort, y cuenta la historia de después). Harry comienza a s...