Capítulo nueve

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Joel|

Hablamos con la niña y pues le dijimos la verdad, no le mentimos ya después de que preguntó muchas cosas lo entendió bien.

Recién se acababa de dormir y bueno, yo ya me iba a descansar así en unas horitas me iba a ver con los chicos para ir al aeropuerto.

_____ se iba a quedar en la casa hasta que yo vuelva del tour.

Me quité la camisa, me acosté e intenté dormir pero lo pude hasta que escuché que se abrió la puerta.

Volteé a ver y era _____, ella cerró la puerta cuando entró, traía su almohada en la mano.

Puso la almohada al lado de la mía y se acostó a mi lado.

–Quería pasar la última noche contigo, ya que no nos vamos a ver por un tiempito –dijo ella y sonreí.

La acomodé en mi pecho y ella se quedó.

–No tengo sueño –dije.

–¿Quieres ver una película? –preguntó ella, la miré y estaba tan cerca mío.

–Está bien –le dije, tomé el control, encendí la tele, le di el control y ella puso una película de terror.

La miré, tomé su mentón haciendo que me mire y la besé. No aguanté.

[…]

Christopher|

Me despedí de Lei y de mi bebé, de ahí me fui directo al aeropuerto.

Los iba a extrañar muchísimo, así que me llevé algo de ellos y les dejé una cadenita mía.

Cuando llegué me encontré con Zabdiel y Joel. Estaba haciendo mucho calor así que me quité la chamarra.

–Se nota que has tenido una noche de pasión –dijo Zabdiel, lo miré y el miraba mi pecho.

Tenía una playera muy suelta y se notaba rasguños en mi pecho.

–Ay por dios –dijo Joel riendo y me reí, él también tenía un chupón en el cuello.

–Tú no te quedas atrás, Joel –le dije.

–¿Y tú Zabdi? –le preguntó Joel.

–¿Te crees gracioso tú? –le preguntó Zabdiel y le dió un puñetazo en el brazo.

Al poco tiempo llegó Erick y al rato vino ¿Rachel?

Zabdiel al verla estaba confundido.

Zabdiel|

¿Qué hace aquí? No ha querido verme, no entiendo el porqué.

Me abrazó y correspondi su abrazo, me hacía mucha falta.

–Perdoname Zabdi –dijo ella– Perdón, en serio, yo te amo mucho.

Acaricié su espalda.

–Tranquila, no entiendo nada –le dije, la miré y tenía sus ojitos cristalizados.

–Es que...

–Ya, no importa, ¿Okey? –le dije.

–Te hice pasar un mal rato y no te lo merecías –dijo ella y lágrimas cayeron de sus ojos.

–Ya pasó, quédate tranquila –le dije.

–Oye ya debemos irnos –dijo Álex– Zabdi, despídete rápido.

–Toma ésto –me dió una cadenita de ella– ¿Recuerdas que me lo regaló mi mamá? Te lo presto para que te cuide mucho –dijo– Te amo.

–Y yo te amo a ti –le dije– Cuídate mucho y cuida a Ángelito, te voy a estar llamando –ella asintió con su cabeza.

De cero || Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora