Capítulo diez

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[Meses después…]

Joel|

Llegué a casa al fin, después de tanto tiempo fuera.

Alyssa estaba muy felíz y ______ también.

–Papiiii –me abrazó Lyssa y sonreí.

–Hola mi vida –la cargué en mis brazos, ella me abrazó y escuché pequeños sollozos– Ay mi bebé bonita, ¿cómo estás? te extrañé muchísimo.

–Bien –dijo ella– Te extrañé mucho también.

______ se acercó y se unió al abrazo. Estaban tan hermosas mis chicas, _____ se había hecho un cambio de look, tenía el cabello corto a la altura de los hombros y se tiño de rubio, a mí me encantaba como le quedaba.

–¿Cómo estás? –preguntó ______.

–Bien, estoy feliz de volver a verlas –dije, ella me agarró y me besó– Tienes sabor a fresa, que rico.

–No se besen porfa –dijo Lyssa con su carita de asco.

–Estaba comiendo fresas –dijo ____– ¿Quieres? Guardé para ustedes.

Asentí.

–Primero voy a subir las maletas y me voy a bañar, fue un viaje súper largo –dije.

Bajé a Lyssa y subí a la habitación con mis maletas.

Me dí un baño rápido y sólo me puse mi ropa interior obviamente y un short. Hacía calor.

Cuando bajé la mirada de _____ me acosó.

–Wow Joel, se nota que fuiste al gimnasio –dijo ella mientras miraba mi abdomen y lamía la paleta que tenía en la mano.

–¿Verdad? –reí.

–Tapate por favor, amor, estamos en horario familiar –dijo ella, me senté a su lado y tomé una fresa– Estás re bueno –susurró ella.

Comí la fresa, volteé a verla y ella estaba mirándome súper embobada.

Lyssa estaba mirando las caricaturas, miraba Pocoyó.
Volví a mirar a _____ y ella seguía mirándome.

–¿Qué tanto me ves? –pregunté.

–Lo bueno que estás –dijo ella.

–¿Sí? En la noche tengo una sorpresita para tí –le dije, agarré la paleta que tenía en su mano y la llevé a mi boca.

–Que casualidad... –dijo ella sentándose de rodillas– Yo también te tengo una sorpresita –me sacó la paleta de la boca, la llevó a su boca de una forma que me dejó tonto, me excitó ver eso.

–¿Sí? ¿y... no puedes darme un adelanto? –le pregunté, ella miró a Lyssa y volvió a mirarme, era un "no se puede"– ¿Silvia? –pregunté, ella tomó su celular y supuse que le escribió a Silvia.

Christopher|

Estábamos viendo una película con Lei cuando me acordé que debía darle algo.

Fui a buscar los papeles, volví y se los di.

–Puedes leerlo cuando quieras –le dije y volví a sentarme a su lado.

Ella miró los papeles y comenzó a leerlos.

–¿En serio? –me preguntó con una gran sonrisa– ¿Ésto es verdad, amor?

–Sí bebé.

Ella se tiró encima mío y comenzó a llenarme de besos.

Eran unos resultados que decían que estoy hace más de cinco meses sin meterle nada malo a mi cuerpo. Lo logré, lo hice por mí, por ella y por nuestro hijo.

De cero || Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora