Capítulo seis

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Acababa de llegar de la universidad, decidí que iba a empezar a estudiar alguna carrera, me interesaba mucho Economía, así que ya llené todo lo que debía llenar, sólo tengo que esperar a que me acepten.

Guardé las compras que hice cuando venía de la universidad y volví a salir del departamento. Hoy tenía que ir a grabar y después tenía reunión con mi equipo.

Joel|

-Estoy cansadísimo -dijo Zabdiel.

Estábamos ensayando.

-Vamos, otra vez, ni media hora llevan ensayando -dijo Kyle, nuestro coreógrafo.

-Un descanso, porfavor -dijo Chris, él estaba tirado en el suelo.

Richard llegó con Aaliyah y Alyssa corrió a abrazar a Aali.
Siempre venían ellas dos a los ensayos.

-Llegas tarde -le dijo Erick a Rich.

-Me quedé dormido.

De la nada empezó a sonar una canción de danza clásica, miré al reproductor de música y ahí estaban las niñas.

–Hija, te he dicho que no traigas ése CD –le dijo Richard a Aali– Y no debes tocar, tenemos que ensayar aquí.

–Sí pero están sentados –dijo ella, se sentó en el suelo y sacó su tutú de la mochila de Richard.

–Ay papá, yo quiero uno así –dijo Lyssa– Quiero ser una bailarina también.

–Bueno amor, saliendo de aquí vamos a comprarte uno –le dije.

–¡Sí! –exclamó felíz.

Aali se puso el tutú, los zapatitos de bailarina y empezó a bailar.

Con los chicos nos miramos y las dejamos un ratito, ya luego nos pusimos a ensayar o Kyle nos iba a matar.

[…]

_______|Rayita.

Apenas terminé la reunión recibí la llamada de la señora Patricia.

______, ¿estará Joel contigo? lo estoy llamando y no me responde –dijo por el otro lado de la línea, su voz estaba temblando.

–No, no está conmigo pero estaba yendo a buscar a Lyssa, quedamos de vernos en la plaza, ¿pasó algo?

Vengan para acá, porfavor, acaba de fallecer mi madre –dijo ella y sollozó.

Mierda... no es posible, ella estaba súper bien de salud.

–Ya vamos, ¿sí? –le dije y le colgué.

¿Cómo es posible? No lo entiendo, me sentí súper mal porque yo la quería mucho, ella fue muy buena conmigo, era un amor de persona. Limpié mis lágrimas y seguí el camino.

Al llegar a la plaza los ví arriba de un juego.

–Hola mamiii –dijo Lyssa– Sube con nosotros.

–Hola mamii –dijo Joel súper felíz y bajó del juego– ¿Vamos?

Íbamos a ir a tomar un helado los tres juntos.

–Me llamó tu mamá –le dije– Vamos a su casa, es urgente.

Él se puso un poco serio.

–¿Qué te dijo? –preguntó.

–¿Tu celular? Ella te estaba llamando y no contestabas –dije.

Él cargó a Lyssa quien empezó a festejar que íbamos a casa de su abuelita.

–Me quedé sin batería... bueno, una niña me gastó toda la batería –dijo– Su nombre empieza con A y termina con Lyssa.

–Yo no he sido, feo –le dijo Lyssa y tapó su nariz.

–Sí has sido tú –le dijo Joel con una voz nasal y Lyssa rió.

–Tienes una voz rara –dijo ella.

–¿Qué pasó? –me preguntó Joel, limpié mis lágrimas y negué con la cabeza.

Iba pensando en todos los momentos lindos que tuve con la señora Teresa.

–Ya ahora te digo –le dije– Es que no es el mejor momento decírtelo acá.

Él frunció el entrecejo confundido pero decidió no insistir, al llegar a la casa de su familia estaban todos afuera.

Joel bajó a Lyssa y pues le dieron la noticia. Se puso súper mal, me dolió mucho verlo así.

Lyssa no entendía nada, sólo nos vió llorando y comenzó a llorar.

–Ven amor, te explico –le dije, entramos a la sala, nos sentamos en el sillón y yo enfrente de ella– La abuelita Tere... uhm...

–¿Dónde está? –preguntó ella.

–Ella tuvo que irse –le dije– ¿Recuerdas que te conté sobre mi mamá? Tu abuelita Tere ya está con ella en el cielo –susurré.

–¿En el cielo?

–Sí bebé, ya no vamos a poder verla nunca más, sólo la veremos cuando llegue nuestro momento de ir al cielo –limpié las lágrimas de mis mejillas, ella lo entendió.

–______, pregunta mi tía si quieres café –dijo Joel entrando a la sala.

–Por favor –le dije, Lyssa se quedó sentada en el sofá tranquila, me puse de pie y me acerqué a Joel– Lo siento mucho, Jo –le dije y lo abracé con mucho cariño.

Él me apretó más a él y escuché un pequeño sollozo.
Acaricié su espalda y también sollocé, si Joel lloraba yo también... siempre.

–Gracias por estar aquí –dijo él.

–Siempre voy a estar aquí para ti –le dije, lo miré y limpié las lágrimas que salían de sus ojitos.

–Te amo –me dijo mirándome a los ojos, me emocionó mucho ése "te amo".

–Y yo a ti.

[…]

Estábamos en una sala de vela o velatorio, iríamos al cementerio en la mañana siguiente. Ya era tarde y aún seguían llegando familiares.

–Ya es tarde, _____, ¿porqué no vas a casa? –preguntó Joel, tenía sus ojitos hinchados.

–Ya sé, voy a ir a buscar a Silvia para que se quede con Lyssa, ella me dijo que sí podía –le dije– Quiero quedarme acá con ustedes, Jo.

–Bueno, te acompaño, ¿quieres?

Asentí, miré la hora y eran las 12:00am. Fui por Lyssa quién estaba durmiendo en el sillón con Gabo.

–Gabo –lo desperté– ¿Quieres ir a casa de tu hermano? Voy a llevar a Lyssa, va a estar Silvia.

Él asintió, Joel cargó a Lyssa y nos fuimos los cuatro a buscar a Silvia. Ellos se quedaron en casa de Joel mientras con Joel nos volvimos al velorio.

Algunos familiares se estaban yendo a descansar y otros se quedaban hasta la mañana porque vivían lejos.

–¿En serio no quieres irte? –preguntó Joel conduciendo.

–En serio, quiero quedarme –le dije, puse mi mano sobre su mano y él sonrió– Estaciona ahí en la estación de servicio, así compramos algo para que comas que ví que no comiste nada.

Él asintió, bajamos en la estación de servicio y compramos hamburguesas. Comimos y luego volvimos al velorio.

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Holaaaa, que les pareció?

De cero || Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora