Capitulo XIV: Muñecas rotas

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*flashback de Abril*

Muchas muñecas en una repisa, una habitación rosada con flores y tapices de princesas, coronas, y vestidos de todos los colores, nada que ver con la habitación de sus hermanos.

Mientras la pequeña Abril veía televisión su madre la peinaba para el cumpleaños de su hermano mayor, uno de los últimos meses que su madre estuvo junto a ellos.

La pequeña no dejaba de moverse mientras su madre perdía la poca paciencia que le quedaba -Abril Anne Michaels, quédate quieta- dijo su madre acomodando su cabeza para poder terminar de poner los lazos en sus trenzas, la pequeña soltó una risita e intentó salir de la silla donde su mamá la había sentado, ella quería ir a buscar su Barbie favorita para peinarla igual que su madre a ella.

-¡HAS COLMADO MI PACIENCIA!- exclamó la madre dejando caer el cepillo al suelo de la habitación mientras caminaba furiosa hacia el estante donde se encontraban las muñecas de su hija

La pequeña y risueña niña todavía creyendo que es una broma suelta una pequeña risa

-¡AHORA TE REIRAS DE VERDAD!- dijo su madre antes de deslizar la mitad de sus muñecas para que cayeran al suelo, tomo una de las que quedó en el estante, la favorita de Abril, la pequeña empezó a llorar intentando arrebatar la muñeca de las manos de su mamá.

-MAMI, MAMI!- exclamó llorando

Su madre tomó la muñeca y sin piedad le arrancó la cabeza para después arrojarla al suelo y pisarla.

-MAMI! MAMI, NO!- dijo la pequeña tomando su Barbie que ya estaba completamente arruinada

-Que te peine tu papá Abril- dijo su madre saliendo de la habitación furiosa

-No...- sollozo Abril, suspiró enojada -¡NO!- exclamó tomando todas sus barbies y arrojandolas al cesto de basura

-Lo siento- sollozo mientras miraba el cesto y se limpiaba sus lágrimas -pero quiero gustarle a mami- añadió antes de salir a pedirle disculpas a su mamá

*fin de flashback*

-Mi madre solía regalarme muñecas para después romperlas en mi cara...-

Hubo un silencio en el que podías ver desde lo lejos lo triste que se encontraba -Ven acá- le dije abrazandola -Todo va a estar bien y nadie jamás te volverá a hacer daño, solo prometeme que me contaras todo, ¿ok?- No podía prometerle que nadie le hiciera daño, pero iba a hacer lo posible para que así fuera.

Hablamos mucho tiempo, reímos, y logré calmarla, logré que sacara sus emociones, y logré que se quitara esa armadura de hierro que piensa que debe llevar, no me contó todo acerca de cómo se sentía, pero se abrió en muchas cosas, lo cual me deja más calmado.

-Eres... eres una de las mejores personas que tengo en mi vida ¿sabes?- ella dijo eso espontáneamente

Yo suspire y le sonreí -Tu también lo eres- contesté dulcemente -¿Abril, te puedo preguntar algo?-

Ella asintió

Yo suspire -¿Porque te cuesta tanto abrirte con las personas sobre tus sentimientos?-

-A veces solo... a veces solo siento que soy yo la que debe estar para las personas, ¿de que sirve que ellos estén para mi? No importa lo suficiente, no hay de que preocuparse- su respuesta me sorprendió, Abril es una chica que tiene cualidades que no todas tienen, pero nunca me puse a pensar si ella se da cuenta de eso, de lo especial que es.

Yo tosi irónico -¿Estas hablando enserio?- pregunté frunciendo el ceño

-Pues, ¿si?- contestó

𝐘𝐞𝐥𝐥𝐨𝐰 𝐑𝐨𝐬𝐞𝐬 (𝐀𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora