Me usaste

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La mansión de los Yaoyorozu siempre estuvo llena de sobriedad, lujos y opulencia, Momo creció rodeaba de lujos y nunca le falto nada, tuvo el amor de su padre y aunque su madre no estuviera ella se sentía amada y siempre pensó en retribuirle a su padre de alguna manera, al saber su destino al ser heredera cargaba con un gran peso, muchos pensamientos negativos le atravesaban todo el día al igual que sus pensamientos positivos haciéndole creer que era hora de aceptar lo.

Hasta que lo conoció, un joven serio pero amable que cuando estaba con ella sonreía y le daba todo el amor que ahora le faltaba, la miraba y hacia soñar con nubes y arcoiris, soñaba despierta y hasta incluso le daba por querer bailar en los pasillos, lo amaba completamente.

Su casa que antes era sobria ahora tenía un color diferente por la energía de amor que dispersaban en sus escapes para estar a solas, algunos empleados como Deku y Uraraka estaban enterados y los ayudaban a estar juntos, ahora tenía una particular amistad con una de las nuevas mucamas de su hogar, su nombre era Mina Ashido, era divertida y extrovertida además de ser de entera confianza, una eterna romántica que ayudaba a los enamorados para estar a solas durante la noche o la tarde.

El destino curiosamente la unió a Eijiro Kirishima el futuro esposo de Momo, ahora ella vivía pensando en él, llena de alegría y contagiando al todo el mundo cualquiera pensaría que era imposible al ser él el elegido para ser esposo de su ama pero ella al ser la romántica que es, no perdió el tiempo y pensó en un millón de ideas para hacer realidad su sueño.

Cuando se conocieron fue como un sueño para ella, él caminaba hacía el Salón y ella llevaba unas toallas cargadas sin ver quien estaba delante, ambos en su propio mundo, hasta que chocaron, las toallas volaron por doquier y una sobre la cabeza del pelirrojo.

Mina avergonzada se apresuró a recoger aquel desbarajuste pidiendo disculpas con tono divertido y avergonzado, él no se movió y la escucho pues hablaba y hablaba tanto, que no se le ocurrió quitarse la toalla de la cabeza, Mina se apresuró y le Quito la toalla, entonces sucedió, sus ojos se cruzaron, el extraño cabello Rosa de ella llamó la atención de él y ella vio el estilo suyo, un chico bastante apuesto, vestido de traje casual de color negro sentado, se veía Atlético y muy varonil.

Él río y ella pidió disculpas pues lo había observado tanto.

— ¿No te lastime? —le preguntó Eijiro.

— No, estoy bien, disculpe por chocarlo —intento ser propia más no le salió.

— ¿Trabajas aquí? —indagó el sonriendo— no te ví y llevó tiempo viniendo.

— Si, señor, trabajo aquí —él le pasó una toalla y su tacto los impresionó a ambos.

Tan románticamente fue su encuentro que ella no paro de hablarlo en la cocina, hasta que se enteró de que era él quien se casaría con Momo, pero su muy buena amiga negri rotundamente quererlo para ella, pues ya tenía a Shoto, ambas con un abrazo hicieron un pactó de ayuda, ahora ambas se apoyan y Momo pide que ella siempre este presente cada que Eijiro va a la mansión.

Hoy era un día de esos, Shoto y Mina iban por el pasillo llevando las tasas de té al saloncito donde estaban la prometida esperando al prometido con su mejor amiga Jiro, el ahora novio de Momo se rehusaba a dejarla sola con él y la enamorada de Eijiro pensaba lo mismo sin desconfiar de su querida ama. Por lo que una hora antes  preparaban todo para estar presentes en las visitas de él.

Ambos se detuvieron antes de entrar y tan pronto Mina tocó la manija para abrir las puertas  las voces de las damas dentro los hicieron parar en seco.

— Vamos Momo, era tu cabeza o la suya, mejor que fuera la de tu mayordomo, tu solo sigue el plan y serás libre.

— Es que yo...

— Deja de dudar nena, no te hace bien, un sirviente es lo único que necesitas para hacerle saber a tu padre que ya no eres una niña, que dejes roto el juguete no significa que es malo, además el mayordomo debe ayudarte, si no es él serás infeliz con el novio que consiguió tu padre, mi plan de usarlo es perfecto.

— Eso Cambio, ahora yo estoy.

Y las puertas se abrieron, los ojos de Shoto la buscaron y se cruzaron, la mirada de Todoroki era fría, sin expresión pero se notaba molesto mientras Mina veía a su amiga decepcionada, tres meses con Shoto y resulta que solo lo usaba para arruinar su compromiso.

— ¿Me usaste? —pregunto a gritos viendo la cara de Momo.

— No Shoto, eso no es —él la interrumpió y la tomó de los hombros.

— No mientas escuche todo.

— ¡Atrevido! —intervino Jiro— si tu uso, y siendo un mayordomo debes saber cuál es tu lugar.

— Jiro, no digas más —pidió Momo con  lágrimas.

— Si este idiota no te ayuda nunca serás libre.

— Como pudiste Momo, eso es muy cruel —grito Mina enojada.

— No es así, fue así hace un tiempo pero en realidad yo estoy enamorada.

— Es tarde, no voy a creerte, pensé que eras diferente. —Shoto se Quito la corbata y la lanzó— Renunció señorita Momo.

Momo se levantó y lo tomó del brazo, llorando y suplicando.

— Shoto por favor escuchame, eso no es lo que piensas, fue así...

— No seguirás usandome —Safo su brazo y la miro con seriedad. — Creí que eras diferente.

Ella no pudo con esa mirada y se derrumbó mientras Mina seguía a Shoto quien salió corriendo, mientras Jiro observaba la escena confundída, llegando a la conclusión, entonces su amiga estaba enamorada, había cometido un error, Momo lloraba desconsolada, hasta que llegó Eijiro, vio el desastre y la cara de Jiro llena de pena, las finas tazas estaban rotas en el suelo mientras su prometidas lloraba desconsoladamente.

Shoto se había ido abandonando la mansión Yaoyorozu, Charlize el padre de Momo no entendió nada pues simplemente pidió su liquidación y se fue, mientras que su hija había perdido toda esperanza, de volver a ver a Shoto, Mina había pedido no atender más a Momo y fue cambiada con Uraraka para servir solamente al dueño de casa.

Mientras un furioso Shoto estaba en su pequeño departamento bebiendo sin restricción alguna, la música fuerte inundaba el lugar desde ya hace unos días, mientras un hombre alto y musculoso se acercaba, el cabello rojo y ojos veían con poco orgullo ese departamento.

No era nadie más y nadie menos que Endeavor Todoroki, padre de Shoto que se había ido hace años dejando a su suerte familia, ahora era un hombre acaudalado y famoso que buscaba una cosa solamente, tener a su heredero cerca.







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Una historia pasada

Mi señorita (TodoMomo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora