¡CÓRTESE EL PELO, GEI! © vk.

T H I R T E E N

—Kim Taehyung, ¿qué hace sentado ahí?

El aludido se encogió de hombros, prefiriendo reservar su respuesta y el motivo. Todos en el salón estaban anonadados, incluso el mismísimo Jungkook.

Aparentemente, Taehyung se había tomado demasiado a pecho su "rechazo".

Entró particularmente callado al salón y tomó asiento en uno de los pupitres de al frente. Y no sólo eso, también pasó la mayoría de clases en silencio, sin hacer los comentarios idiotas que eran tan propios en él. Lo peor para Kook era la forma en la que estaba siendo ignorado.

Taehyung no lo había volteado a ver ni siquiera de reojo.

Se sintió mal, vacío y carente de algo. No lo iba a negar. Tampoco iba a negar que extrañaba esa sensación de tener a alguien detrás suyo observándolo, o la simple presencia de Taehyung.

Sí, tal vez era molesto, intenso y demás; sin embargo, aquel tonto se hacía querer. Su personalidad emanaba luz. Luz que Jungkook atesoraba en silencio.

Esa fue una de las razones por las que corrió detrás de él una vez la jornada estudiantil culminó.

—¡Taehyung! —Llamó, todavía siguiéndolo. No obstante, el mayor no había parado de caminar. —¡Taehyung, te estoy hablando! —Corrió hasta su par y le bloqueó el paso, deseando su total atención. —¿Estás molesto conmigo?

No hubo respuesta.

Kim se quedó apreciándolo con una mirada rebosante de misterio que resultaba intimidante. Taehyung tenía unos ojos profundos y ciertamente miedosos. Se veía completamente diferente a cuando reía como un desquiciado de allí para allá.

—Yo... p-perdón...

—Uhúm.

—¿De verdad estás molesto? —Tampoco hubo respuesta y aquella mirada persistió. —¿Qué puedo hacer para remediarlo? Yo no pensé que las cos...

—Los bolos. —Interrumpió en una sugerencia. —Esta noche. Si quieres, claro...

Jungkook se animó a sonreír, mientras asentía con la cabeza.

—Claro que sí.