Capítulo 40: Joker

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Como un No muerto has vivido, como un Elegido fuiste seleccionado por tus defectos y virtudes, como Cazador te adaptaste al ambiente y como un Héroe serás recordado por tus acciones desinteresadas a lo largo del trayecto.

*En la casa de Izuku/Más tarde*- Localización o tiempo de la narración

(POV de Izuku)- narración del punto de vista de un personaje

-¿Ho?, ¿Cuándo dije que los insectos podían opinar?—dialogo de un personaje

(¿Cual Quirk utilizaré ahora?)- pensamiento de un personaje

Disclaimer: Los personajes de Boku no Hero Academia le pertenecen a su creado Kohei Horikoshi, por lo cual escribo sin lucro alguno y solo por diversión.

Capítulo 36: Joker

Un breve suspiró escapó de sus labios y sus hombros se relajaron al terminar de lavar el plato en el cual cenó hace unos minutos. El silencio de la sala es algo que cualquier otro día agradecería al considerar lo ruidosa y energética que es Himiko usualmente, pero justo ahora resultaba incomodo que ella no haya salido de su habitación para cenar con él como acostumbran.

Obviamente conoce el motivo por el cual su amiga ha estado actuando distinta con él desde que salieron del centro comercial, por la predicción del amor hecha por Madam Medea. Otra vez suspiró mientras se pellizca el puente de la nariz, de nada sirve preocuparse por lo que puede o no puede estar pensando ella, el punto actual es que tiene que cenar, no permitiría que su cocina se desperdiciara.

Quitándose el delantal y dejándolo sobre una silla se dirigió al pasillo donde caminó hasta estar frente a la habitación que alguna vez le perteneció a su madre y en la que ahora reside Himiko.

Toc Toc

Tocó dos veces y esperó pacientemente la respuesta de la rubia del otro lado de la puerta, sin embargó ella no dijo nada y él no escuchó pasos acercándose a la puerta. Volvió a tocar con un poco más de fuerza esta vez y el resultado era el mismo, ella no respondía.

Bien podía dejarla en caso de que no quisiese comer ni hablar con él, sin embargo es Himiko de quien está hablando, por mucho que ella estuviese incomoda con él no ignoraría a su estómago demandando alimento, asi que debe tener un motivo para no haber salido a comer.

Colocó su mano en el pomo de lo giró lentamente. –Himiko, voy a entrar-, advirtió monótonamente asomando su cabeza en el interior de la habitación de su amiga, logrando avistarla con bastante facilidad.

Dormida, debió suponerlo, eso es lo único que explicaría porque no ha salido cuando la cena estaba lista.

El peliverde terminó entrando completamente a la habitación cerrando la puerta detrás de él, acercándose lentamente a la cama donde se encontraba Himiko durmiendo profundamente.

Hizo lo posible para contener un nuevo suspiro, en serio ella es bastante despreocupada y así ha sido desde que la conoció, ¿si iba a dormir no se le ocurrió al menos cubrirse con la sabana?. Allí estaba la rubia durmiendo descuidadamente con su uniforme de Yuuei desarreglado aumentado el erotismo de su persona, cosas como la falda levantada y los botones del escote de la camisa desabrochados son detalles que afectarían a cualquier chico y sin embargo él mantuvo su temple con solemnidad.

No es la primera y seguro no será la última vez que encuentre a Himiko así.

Se acercó y se ubicó junto a ella, arreglándoselas para cubrirla con la sabana y acomodarla para que descanse al menos con más decencia.

-Hmm-, la observó acomodarse con una boba sonrisa dibujada en su durmiente rostro. –Izuku...kun-, dijo ella aun sumergida en el mundo del sueño mientras restrega su mejilla sobre la almohada.

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