Capitulo:7

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Nos vemos el uno al otro por un momento, estoy del asco que pena y más con todo lo que recordé con lo que pasó anoche.

-Buenos días -digo avergonzada.

-Buenos días -dice el y vuelve a dar vuelta para hacer lo que estaba haciendo y yo me remuevo en mi lugar.

-Me podrías decir dónde está mi vestido -pregunto ya que no lo encontré.

-En la secadora ya pronto saldrán -se gira para verme -puedes meter tus bragas para que se sequen, si gustas, ya que anoche estaban muy mojadas -yo de inmediato me pongo roja como un maldito tomate y el sonríe burlón. 

Maldito.

-Gracias, pero las lavare al llegar a mi casa -contesto yo.

-Bueno mientras tanto toma asiento ya está el desayuno -tomo asiento en uno de los bancos enfrente del desayunador.

El se da media vuelta y coloca un plato con unas tortitas que tiene buena pinta, también huevo y tocino en otro, fruta picada, jugo de naranja y café.

No sabía que podría cocinar tan rico la verdad todo sabe muy bien estuvo deliciosa la comida, cuando terminamos de comer yo decidí que iba a lavar lo platos y todo lo que utilizo para cocinar por agradecimiento.

El desaparece de la cocina mientras yo lavo todo, y limpio un poco, el aparece al poco tiempo con mi vestido en mano.

-Aquí está tu vestido -me lo tiende y yo lo tomó en mis manos.

-Muchas gracias por.. por todo lo que has echo por mi en tan poco tiempo de conocernos.

El solo asiente con la cabeza, así que yo con el vestido en mano camino al baño para poder cambiar me de prendas y devolver la camisa que tome que por cierto huele malditamente bien.

Este hombre ah de tender a mil de mujeres detrás de el es buen cocinero, tiene un cuerpo de infarto, es guapo apresar de su aspecto amargado es intrigante que llama mucho la atención.

Me veo en el espejo que está aquí en el baño y estoy en muy mal aspecto Dios no se en que estaba pensando para ponerme como una cuba.

Salgo del baño y decido buscarlo, camino hasta la sala y lo veo ahí cambiado ya con una playera puesta y concentrado en su teléfono, se ve tan guapo sin su cara de amargado.

En la pared enfrente de el se encuentra un cuadro grande con una mujer muy bella y tiene su misma mirada y su mismo color de cabello es muy hermosa y elegante seguramente es su madre porque se parece muchísimo a él.

-Aquí está tu playera -digo interrumpiendo su concentración deja su teléfono y me ve a mi -me tengo que ir y muchas gracias por todo.

-No tienes de que preocuparte Aurora -que bien se escucha mi nombre en sus labios se me eriza la piel al escucharlo no se porque mi cuerpo reacciona así con el.

Está vez no digo nada solo asiento a lo que dijo y doy media vuelta para marcharme de aquí y volver a mi casa.

-Puedo llevarte yo si gustas -ah que lindo detalle pero no puedo y tampoco quiero irme en moto enseñado todo.

-Tomare un taxi pero gracias.

-Yo te llevaré sin problemas.

-Eh dicho que no gracias -digo yo.

-Y yo digo que si te llevo -contraataca.

-No quiero ir en moto porque mi vestido es muy corto -ya lo dije soy directa no quiero ir en moto el me queda viendo.

-Bueno y quién a dicho que iríamos en moto, hasta el momento tú eras la única que se a subido en ella aparte de mi -hace una pausa viéndome -pero no tendrás ese privilegio hoy también así que iremos en mi auto.

Diamantes, Amor Y ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora