Dar un paso a la vez.

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De repente, otro mensaje llegó:

-Pues...que bueno que te haya gustado, pero como dije...deberías...bueno, yo también debería descansar, así que mañana podríamos hablar mejor, ¿bueno?...

-Está bien, lo entiendo, descansa...que tengas buena noche.

-Descansa Esmeralda, que tengas lindos sueños, Buenas noches, hasta mañana.

Y esa fue la conversación que tuvimos.
Parecía ser un hombre un poco atento, cariñoso quizás, y agradable. Pero como él dijo, ya era hora de descansar.

A la mañana siguiente, desperté una hora más tarde, era mi día libre como todo domingo, me hice unos panqueques con caramelo y frutos rojos, bastante delicioso, acompañado de un vaso de leche de plátano.

Era demasiado minimalista, todo ordenado y limpio, cada cosa en su lugar, como cada mañana, me di un baño y ordené mi habitación, las flores, las velas y los libros, desde El Guardian Entre el Centeno hasta Personajes desesperados, el que me había regalado mi jefa, me pregunto que libro me dará el lunes.

Al terminar, hice aseo en el living, la cocina y el baño, todo eso me tomó tres horas, era bastante rápida cuando me enfocaba en algo.

El sol se posaba en mi ventana, ofreciendo un ambiente cálido. Tomé mi celular y busqué musica Cottagecore, me consideraba una persona muy tranquila y sensible, la música era como un abrazo para mí, un abrazo tenue y psicológico.

De imprevisto me llegó un mensaje, era de José:

Buenas tardes Esmeralda
¿Que tal?, ¿como te va?
   

Buenas tardes José
Todo bien aquí
Me va bien, gracias
¿y a ti?

Que bueno
Pues bien igual
Gracias

Me preguntaba que harás hoy...

Whoa eso sonó como signo de timidez, pausado y dudoso, la verdad es que hoy no haré nada, digo, ya limpié mi departamento, y ordené mi habitación, solo faltaba darme otra ducha para estar presentable. Me pregunto que idea tendría en mente José, de todas formas parece ser alguien muy amable y considerado así que pues, aceptaré con cautela.

Esta tarde no tengo nada por hacer.

Ah pues, Estaba pensando en que si te gustaría venir a cenar a mi departamento, claro si es que no te incomoda o algo.

Sonreí al leer eso, sus actitudes mostraban a un hombre serio, introvertido, un tanto alejado de los demás y una vibra de misterio.





Mi vecino el misterioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora