euphoria | forever

capitulo cinco

Cuando la familia de Summer se mudaron a la ciudad, todo estaba mas que bien. En todos los sentidos. Eran una familia feliz, no como la de los Jacob's. Esa familia tenía muchísimos secretos. 

Summer no solía drogarse. Y eso era porque... no tenía por qué hacerlo. Se llevaba bien con todos en su familia, en especial con su padre. Compartían todo. Hacían todo juntos. 

Aún recuerda aquella vez que la suspendieron del colegio por estar peleando en el patio, ya saben, sólo niños haciendo bullying. Summer sólo se defendió al igual que el resto de sus amigas. 

Summer comenzó a ingerir pastillas y se acostó en su cama recordando todo. Sabía que le hacía mal. Sabía que iba a terminar muerta algún día, quizás ahora o dentro de unas horas. Se había acostumbrado y, joder que no le gustaba para nada pero sentía que olvidaba a todos a su al rededor. Todo se paralizaba. Sentía que su mente jugaba con ella. 

Se levantó como pudo y comenzó a tirar lo que encontraba en su habitación. Sentía que las luces se encendían y apagaban, que era una señal de peligro. No entendía. Su cuerpo se iba desvaneciendo. Chocaba con las paredes, quería agarrarse de cualquier cosa. 

Le habian detectado cancer de pulmón de su padre cuando ella tenía 12 años. Sabía que su padre estaba enfermo y que tenía que hacer lo posible para cuidarlo. El cancer era tan maligno que no alcanzaron a detectarlo a tiempo. Tenía sólo 90% de que la cirugía salga mal. Paul, Paul Sanders luchaba como podía. El cancer de pulmón es la peor mierda. 

Afortunadamente, la cirugía había salido bien. Paul apenas se movía. Summer acariaba su cabello mientras le daba de comer gelatina sin sabor. 

Todo al rededor daba vueltas. Nadie la entendía. 

Miró a su padre una vez más, era el 1er día de cirugía. Decidió a ir a comprar más agua. Su madre estaba en camino, debido a que Paul tenía que dejar de trabajar Adele era la única que podía trabajar. Fue en ese entonces cuando vio a un montón de médicos correr en el pasillo. Sólo siguió caminando. 

Se encontraba en la maquina de jugos. Sonrió porque su padre estaba bien. Sabía que se podía recuperar. Paul pasó por muchas cosas. Al llegar, sólo se encontraban los médicos rendidos sin poder hacer nada. Adele sólo lloraba y gritaba. 

—¡Todo esto es tu maldita culpa! —el jugo de Summer cayó al sentir como Adele comenzaba a golpearla —¡Sólo tenías que quedarte a cuidarlo! —repetía una y otra vez mientras lloraba. Los medicos separaron a Adele de Summer. Otros ayudando a Summer a levantarse y colocandole alcohol en sus heridas —¡No sirves para nada! 

Estaba en estado de shock. Había estado en un estado de shock como por 5 horas. Sin decir ni una sóla palabra. Tenía tan solo 12 años. Ni un movimiento. Los médicos la mandaron a que hable con un psicólogo del hospital al ver tal reacción de su madre. Pero no decía una palabra. 

 Sabía que su madre nunca se había hecho cargo de ella. Sólo su padre. No sabía como procesar todo lo que pasaba. 

—¡Te mataré! —comenzó a gritar su madre desde la ventana y golpeando la ventana. Summer la observó. 

—Summer, necesitamos que nos digas si tu madre te hace daño... 

Y recuerda sentada en el sillón todo lo que su madre le había hecho. Golpear mientras Paul no estaba. No darle de comer. Siempre le tuvo un odio a Summer y la pequeña Sanders no entendía el por qué. Pero algunas madres eran así. No merecían tener el nombre ''madre''. Una madre nunca haría eso a su propio hijo. Sabía que tenía problemas con el alcohol. 

—No —contestó por primera vez. Era lo único que tenía. 

Desde ese momento, desde el fallecimiento de Paul todo cambió. Su madre siempre le echaba la culpa. Hasta el día de hoy. 

Era por eso que todo estaba tan jodido para ella que trataba de no pensar en su madre. Sabía que algun día iba a morir por causa propia o de su madre. 

Pasaron semanas del día que su padre había muerto. En ningun momento dijo una palabra. Solamente fue al baño y se miró al espejo. Imaginó a su padre en el lavandose los dientes. 

Tiró lo que se encontraba en su lugar. Como su padre la arropaba. La cuidaba. Peinaba su cabello. Fue ahí cuando se dio cuenta que su padre había fallecido. Comenzó a gritar y rompió el espejo del baño. Adele sólo se quedaba mirandola. 

Cuándo el efecto de las pastillas se habían esfumado, se quedó dormida sin embargo, en dos horas empezaba el colegio. 

Fumaba un porro mientras caminaba al colegio. Le gustaba era otra forma de liberarse. 

A lo lejos pudo mirar a Nate, quién se contraba hablando con Maddy. Rue con Jules. Pero no solo Nate la observaba, todo el mundo observaba a Summer caminar. Solo llevaba un top blanco que solo se le hace un nudo en la parte de sus pechos, haciendo que se notaran sus pezones y dejando su abdomen al aire libre, con unos pantalones celestes tiro alto y unas botas negras y su cabello liso. 

Una diosa para quien la mirara. 

—¿Y bien? —apartó su vista de Nate mirando a Cassie y Kat que se encontraban a su lado —¿Hay alguien que te llame la atencion? —miró a Cassie y rió. 

—Perra, por favor. Mira esto. —las tres comenzaron a caminar. Summer dejó sola a sus amigas. Estas se miraron y sonrieron. 

Summer se apartó de ambas y caminó. Hizo como que su caja de cigarrillo se hubieran caido solos. Summer se agachó, dejando que todos miraran su trasero y sus tetas. Todos decían alguna que otra cosa. 

Era la jodida puta escuela. Sabía que hacer.

Por otro lado se contraba Nate, mirando la escena furioso mientras Maddy le gritaba.