💫〖𝐕𝐨𝐥𝐤𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐖𝐞𝐞𝐤〗💫

💫Día 6💫

Día 6 - No me dejes

- ¿Por qué tenía que ser así con él? ¿Qué acaso no se da cuenta lo cruel que estaba siendo? Por que Volkov estaba harto, ya no quería que lo dejara, odiaba que lo dejara con las ganas.

🔞ADVERTENCIA: contenido sexualmente explícito🔞

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¿Por cuánto tiempo más lo dejaría de esa forma? Abandonado y hambriento como un perro en medio de los suburbios, sonaba tan dramático de su parte, pero es que la situación era desesperante para él.
Había estado saliendo con Horacio por meses, ya casi cumpliendo el año, su relación era como un cuento de hadas, se sentían cómodos y en confianza uno con el otro, y solían demostrarse cariño de formas tiernas y cursis, pero bien que cuando ellos querían, sabían cómo poner las cosas un poco más... intensas.

Prácticamente, eso es lo que estuvieron intentando, deseaba con locura tener al chico de cresta junto a él, ambos frotando sus cuerpos con desesperación, poder sentir su calor, disfrutar del sabor de su piel y labios, escucharlo gritar su nombre mientras lo hacía suyo, enserio deseaba aquello.
Pero, como todo en su vida, siempre tiene que haber un "pero"; por más veces que lo hayan querido hacer, había siempre algún idiota que decidía aparecer en el momento menos oportuno e interrumpirlos.

La primera vez estaban ambos en el despacho del comisario, besándose con desesperación y deseo, casi incluso devorandose los labios, Horacio sentado encima suyo mientras movía sus caderas en un ritmo lento pero fascinante, haciendo que la fricción de sus cuerpos prendiera una chispa en ellos, una chispa que parecía convertirse en llama a medida que las manos travisas de ambos acariciaban sus pieles con descaro bajo sus prendas.

Y esa llama ardiente fue rápidamente apagada por el agua fría que trajo un golpe en la puerta.

- Comisario, traigo los expedientes de los sospechosos que ocasionaron los disturbios en plaza central ¿Puedo pasar?

Teniendo que pasar el resto del día reprimiendo el deseo de haber empotrado a Horacio contra el escritorio donde, ahora, yacían aquellos papeles que no le importaban en lo más mínimo.
Y no se piensen que no lo volvió a intentar, por que esta tan solo fue la primera vez.

La segunda fue en medio de una fiesta organizada por unos alumnos de la malla, más específicamente, en los baños de esta. El alcohol consumido a lo largo de la noche hacía rápido efecto sobre ellos, sintiendo sus cuerpo más sensibles al tacto, saboreando con más ganas los labios contrarios, eran controlados por placer, haciendo que sus acciones se volviesen más bruscas y desesperadas de la atención del otro.

La espalda descubierta de Horacio reposaba en una de las paredes del cubículo, mientras sus brazos y piernas rodeaban a su ruso con fuerza, el más alto dedicacaba besar, lamer y mordisquear la piel del cuello de su novio, dejando preciosas y descaradas marcas sobre ella, sintiendo como bajo suyo, el chico se estremecía con cada roce, aquello le había sacado más de una sonrisa. El cubículo donde se encontraban pronto se inundó de los jodeos, suspiros y respiraciones agitadas de ambos hombres, todos los obscenos sonidos que salían de sus bocas eran bien ocultos por la alta música que se escuchaba desde el exterior, siendo una ventaja para que solo ellos pudiesen oirse y volverse locos con ello.

Horacio pasó de estar presionado contra una pared a estar arrodillado frente a la creciente erección de su novio, su mirada hambrienta por poder tener ese miembro en su boca, sumado a las caricias que proporcionaba sobre la tela de los pantalones, solo hacía que el ruso sintiera más apretada aquella zona.