P. E.

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 ROGER ALFIUS
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Mirando alrededor, el sonido de la gente susurrando se escuchaba entre la música en curso.

Bueno, quién no se sorprendería. Ya es bastante sorprendente que se interese un poco por la princesa, ¿pero no se molestó el emperador, que siempre se sentaba en su trono, por bailar con ella?

Se veían tan bien juntos que la gente los miraba atónita y atontada mientras bailaban.

En el momento en que Claude sonrió a la princesa, la gente no pudo evitar contener la respiración.

¡Ese Claude acaba de sonreír! ¡Incluso con una expresión amable!

Su conmoción llegó al clímax cuando Claude dijo que la princesa se veía "hermosa" en voz alta.

Al principio sospecharon de sus oídos pero se dieron cuenta de que era real cuando vieron a la princesa sonrojarse.

El duque Alfius vio a Claude irse mientras se reía.

Pensó que tenía una cuerda dorada que lo llevaría a lo más alto, pero su confianza estaba decayendo desde unos años antes.

Porque veía con sus ojos cómo Claude actuaba con la princesa a medida que pasaba el tiempo. Roger Alfius se sumergió en la vergüenza.

No debería ser al menos la cuerda podrida que tiene.

"Padre".

En ese momento, se oyó una voz que lo llamaba a su lado. Era su hijo Heikel que era casi tan alto como él.

"El amor de su majestad hacia la princesa es mucho más fuerte de lo que pensaba."

Roger Alfius chasqueó su lengua pensando en la princesa Athanasia dentro de la gente con el vestido blanco. Sin embargo Heikel sólo sonrió.

"Por supuesto que sí".

Sintiéndose raro por esas palabras, el duque volvió su cara hacia Heikel.

"¿No viste cómo su majestad le sonrió a la princesa?"

Eso era algo en lo que pensar. Viendo eso, todos no sabrían lo mucho que Claude piensa de Athanasia.

Roger Alfius estaba observando a las dos desde hace mucho tiempo y pensó que era una suerte que no revelara a la otra chica con los mismos ojos azules de cristal que los suyos.

"Heikel".

Llamó a su hijo al que todos, no sólo las damas adoraban, sino también sus madres estaban mirando.

"Sí, padre."

Heikel creció muy maduro y apropiado, hizo que Roger Alfius se sintiera orgulloso.

"Eres el hijo del duque Alfius, pero eres una gran persona que todos querrán incluso sin ese nombre. Te he criado, y has crecido con grandes expectativas."

Sí. No había nada de qué preocuparse.

"Sólo tienes que conseguirlos. Tienes suficiente para hacerlo."

La música en el salón estaba llegando a su fin.

Heikel, sin decir alguna palabra, miró a cierta chica con un vestido blanco a través de todos los demás. Pero Roger Alfius creía que Heikel que le haría sentirse orgulloso de nuevo.

La clara y tranquila tormenta se podía ver.

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  ATHANASIA
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La canción más animada que cualquier otra canción tocada corrompió el área.

Las jóvenes con mejillas sonrosadas estaban bailando.