sᴇᴄᴜᴇsᴛʀᴀᴅᴀ [𝐏𝐚𝐫𝐤 𝐉𝐢𝐦𝐢𝐧]

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟖

Mi día comenzaba mejor que nunca, tal vez era el simple hecho de que vivía con la esperanza; de ganarme su cariño.

Ella era distinta a cualquier persona que existiera en este mundo, probablemente la más comprensiva de todas, no sabía si el hecho de que tomará tan bien su secuestro; se debía a la gran amistad que en un pasado habíamos tenido.

Fuera lo que fuera, ella comprendía de cierta forma mi situación; y eso simplemente me daba algo de esperanza.

Había despertado y algo sorprendido ¿Por qué? Pues no solo los rayos de luz que ingresaban por la ventana, había sido los causantes, ____ esta aquí, junto a mi, en mi habitación; aferrada a mi cuerpo como si su vida dependiera de eso.

—¿Qué haces aquí?—.

Al no recibir respuesta de su parte, asumí que aún dormía, por lo que no hablé y me dediqué a observarla, era bella en todos los sentidos y simplemente su presencia a mi lado me había cada vez más feliz.

En eso se removió un poco y acresento su agarré, colocó su cabeza más cerca de mi rostro; por mi parte me limitaba a hacer alguna clase de movimiento.

Ella parecía más dormida que antes; o eso pensaba hasta que decidió hablar.

—Buenos dias—.

—Buenos días princesa—. Dije para acariciar sus cabellos delicadamente

—¿Pudiste descansar?—.

—Si ¿Tú?—.

—Si muy bien—. Dijo y se acurruco más en mi

—Me sorprendió mucho verte aquí—. Expresé y deposite un beso en su frente

—Solo quería recordar los viejos tiempos—.

—¿A qué te refieres?—.

—¿No lo recuerdas? Solíamos dormir juntos de pequeños, justo como estamos ahora—.

—Claro que lo recuerdo, solo quería escucharlo de tus labios—.

Ella elevó su mirada, haciendo contacto visual conmigo, depósito un cálido beso en mi mejilla derecha; y luego prosiguió a hablar.

—¿Qué harás hoy?—.

—Pensaba ir a trabajar, ¿Por qué?—.

—Solo quería pasar tiempo contigo, como en los viejos tiempos—.

—Pues eso haremos entonces, estuve pensando que si quieres nos podríamos ir hoy mismo a París ¿Qué te parece la idea?—.

—Me encanta—. Expresó para proporcionar besos en todo mi rostro, acto que luego le provocó un gran sonrojo

Mi felicidad comenzaba de la mejor manera posible, quisas el hecho de alejarnos de Corea por un tiempo no era mala idea; más cuando lograba que se entusiasmara tanto.