CAPÍTULO 2: ROWAN
Rowan Mackareth solo quería paz.
Desde que tenía memoria, su familia la educó constantemente para que comprendiera todos los aspectos importantes de la guerra interminable entre los mortales y los Magius. Estos últimos eran nacidos usualmente en gremios reconocidos y quienes habitaban en la mayoría de ciudades del reino Nahlas. Por ser mayoría, se decía que eran la raza superior. Después de la última guerra, muchos hechiceros fallecieron ante mortales corrompidos por la magia prohibida, puesto que, al no nacer con poderes, tuvieron que recurrir a las tentaciones de la oscuridad. Esto generó más odio entre las razas, un odio persistente aún en día. Gracias al Gran Acuerdo de Frydlant, firmado en el castillo con ese mismo nombre hacía ya cien años, se mantuvo una especie de paz: no hubo más guerras ni violencia desde ese entonces.
Rowan no confiaba en que se mantuviera esa paz por mucho tiempo.
—Sí yo pudiera leer tu mente...—la voz de Ava Sterling irrumpió en sus pensamientos. Sus ojos de un tono casi negro le regalaban una divertida mirada. —Diría que estas planeando matar a alguien.
Rowan sonrió de lado. Por supuesto que Ava encontraría la forma de aliviar el ambiente con solo unas palabras. Llevaban viajando casi cuatro días en un carruaje especial de la realeza, diseñado por los mejores fabricantes de Temný, e iban acompañadas únicamente de un escolta escogido especialmente por la Corte Ónix. Rowan admiraba a su gremio. Sus estrategias eran más audaces que cualquier otro, sus entrenamientos más arduos y siempre eran los primeros escogidos por el Rey para misiones importantes.
Pero realmente detestaba algunas de sus decisiones. Por ejemplo, escoger al peor escolta para que las acompañara.
—Hay diferentes formas en las que saldríamos beneficiadas. —Rowan se inclinó hacia el compartimiento de la ventana, moviendo un poco la tela que la cubría. La vista del camino no era más que hojas de bosques y el cielo azul.
Ava, frente a ella, soltó un suspiro. Aquello solo lo hacía cuando se encontraba molesta, o cuando se había dado por vencido en un tema de conversación. Conociéndola, podían ser incluso ambas razones al tiempo.
—Me imagino que tu estarías al mando. —le dijo, y era cierto. Entre las dos, la persona con más sentido del liderazgo no era Ava, y ella lo sabía perfectamente. No lo decía a mala manera, claro. Solo establecía un hecho con el que ya había realizado las paces...luego de varias discusiones. —¿Qué ganaría yo?
Rowan lo consideró unos segundos. —Tener el honor de escapar junto a mí.
Ava rodó los ojos. —Claro que sí. Pero tengo el honor de estar en este carruaje junto a ti, justo ahora, y él sigue vivo. Sí lo desapareces, de todas formas, no gano nada.
—Puedes ser tan aburrida a veces.
Ava cerró los ojos, pero Rowan alcanzó a ver como se curvaba su labio.
Cuando Rowan fue integrada en la Corte Ónix, su familia estuvo orgullosa de ella. Como era usual entre los Magius, sus dones comenzaron a revelarse a los trece años, y Rowan no fue la excepción. De hecho, fue la primera en su familia en demostrar que era capaz de grandes hazañas, y que sus poderes derivaban de los Předky —los ancestros de todos los practicantes de lo oculto, quienes lucharon por mantener las tierras sagradas de Nahlas a salvo. Todo hechicero capaz de invocar la energía de los Předky era bienvenido a los gremios más poderosos...Pero Rowan siempre supo a cuál debía pertenecer, incluso antes de ser designada oficialmente por Jeremyah Dvorak, el gran líder de la Corte Ónix, y mano derecha del Rey de Nahlas.
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The Wintering Realm
FantasyBienvenido al mundo de Nahlas, donde lo sagrado y lo oculto se enfrentan eternamente... Y solo uno podrá vencer.