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Ya era el cuarto que día que no salía de casa y sólo mantenía comunicación en su trabajo. Estaba asustado y prefería mantener distancia con su supuesto "acosador"

El timbre de casa comenzó a sonar y eso hizo que se sobresaltara un poco, nunca recibía visitas, sus familiares vivían en Busan y realmente no tenía amistades. Cuando consiguió trabajo en aquella compañía lo vio como la oportunidad de su vida, se fue sin pensarlo dos veces.

En Corea con la única persona a cual frecuentaba era Seongmin, ese pequeño lo ayudaba archivado documentos, pero su comunicación laboral terminó en algo más.

-¿Quién es?- preguntó caminando hacía la puerta.

La calle estaba solitaria, era media noche y sólo una persona loca podía molestar a sus vecinos, o bueno eso pensaba.

Se asomó por la ventana y vio en el pórtico una caja, algo peculiar, parecía un paquete.

Abrió la puerta sin hacer ruido y se arrodilló para tomar la caja. Mentiría si dijera que no tenía miedo, pero finalmente quitó la tapa de esta.

En el interior había un espejo y una pequeña nota negra.


"Tus pensamientos siempre se convierten en tus enemigos."

Se escuchó un golpe y luego... todo fue negro.

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Posiblemente esas palabras no era para Serim, posiblemente el no tenía la culpa, o el fue producto de un capricho y terminó pagando las consecuencias.

No sabemos qué tipo de personas nos rodean, parecen normales, pero... ¿lo son?

Cartas de un fiel acosador →SeLlen. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora