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Me acerque a la ventana al oír un motor de auto, vi una camioneta desconocida seguida de un camión de mudanza

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Me acerque a la ventana al oír un motor de auto, vi una camioneta desconocida seguida de un camión de mudanza. La camioneta se detuvo y al abrirse la puerta, vi a un hombre, tal vez de unos 40 años, salir. Abrió la puerta del pasajero que reveló a una mujer de su misma edad. Apoyé mi mentón en mi mano, despecionada, ya que pensaba que habría un niño dentro. Nunca había tenido un compañero de juegos en esta zona antes, por eso sólo podía jugar con alguien de la escuela. Entonces volví a mi cama y continué haciendo mis deberes.

A medida que el tiempo pasaba, escuché al camión encender el motor. Volví a mi ventana y vi al camión salir de la zona. Entonces llegó otro coche y se detuvo delante de ellos. La señora abrió la puerta del asiento trasero y salió... ¡Oh! ¡Alguien! Salió a una niña pequeña, que creo que está durmiendo, y con ella entró a casa.

Excelente! Finalmente, alguien con quien jugar!

— ¡YeNa! ¡La cena está lista! — Escuché a mi madre gritar.

— ¡Ya voy! — grité y salí corriendo de mi habitación.

Vi a mi padre ya sentado en su silla mientras mamá vertía leche en mi taza favorita. Corrí a la mesa y me senté en la silla junto a la de mi padre y esperé a que mi madre se sentara antes de comer.

— Tuve una conversación con nuestro nuevo vecino, me dijo que su esposa y su hija hornearon algunas galletas antes de venir aquí y que le darán algunas a sus vecinos más tarde, incluyéndonos a nosotros — Mi padre dijo que mientras cenábamos. Mis ojos se abrieron de par en par cuando menciono las galletas. Me encantan las galletas — Y Yen, tienen una hija, pero es dos años menor que tú, así que tendrás una nueva compañera de juegos —

Lo miré con emoción. ¡Una niña pequeña! Por eso parecía pequeña para mi edad. Eso significa que sólo tiene seis años. ¡Estoy ansiosa de jugar con ella! Voy a compartir mis peluches de pato con ella. En realidad no comparto mucho, pero ya veremos.

Cenamos y después de eso, me cepillé los dientes y me dirigí a mi habitación. Ansiosa, me asomé a mi ventana otra vez y esperé a que alguien saliera.

Me aburria estar ahí viendo, pero alguien abrió la puerta y reveló a la señora hace un rato. Y a su lado una niña, que estaba sosteniendo un osito de peluche, en su brazo derecho y unas cuantas bolsas en su brazo izquierdo, que asumí son las galletas que papá menciono hace un rato. Me dirigí a mi cama tratando de ordenarla lo mayor posible, mientras esperaba a los nuevos vecinos. Pasaron unos minutos cuando mi madre me llamo.

— ¡YeNa! ¡Tenemos visitas! — Mamá gritó. Corrí abajo y vi a la señora y a la niña de hace un rato. Me incliné rápidamente.

— ¡Hola! ¡Me llamo YeNa! — Dije alegremente. La mujer se rió entre dientes.

— Hola YeNa. ¡Que linda y educada eres! — dijo la señora.

¡Ja! Apuesto a que mamá está orgullosa de mí ahora. Pero no soy realmente así. Hehe.

La mujer le dio una palmadita en el brazo a su hija — Yul, también tienes que saludar. No seas tímida, cariño —

— H-Hola. Me llamo YuRi — Grité internamente. ¡Su voz es tan linda!

— Sabes, YuRi tiene algo ansiedad infantil. También es algo introvertida, por eso es tímida con la gente. No te preocupes, YeNa. Seguramente se llevarán bien —

Mientras nuestras madres conversban, yo me comía todas las galletas. Luego noté que YuRi aún estaba acurrucada en los brazos de su madre.

Corrí hacia ella aún con las galletas en manos.

— ¿Puedo jugar un rato con YuRi? — Pregunté.

— ¡Claro! Nosotras nos quedaremos a conversar aquí — La señora dijo y sonrió. Bajó a YuRi de sus brazos y para luego yo tomarla de la mano y la llevaba a mi habitación.

— No seas tímida conmigo, YuRi. Soy una niña buena — Dije y me señalé con el pulgar.

— Tu habitación es bonita — Ella dijo. Supongo que esta noche haré una amiga.

— ¡Gracias! ¡Me gustaría ver tu habitación también! — sonreí aún quiero mantener nuestra conversación.

— ¿Tal vez otro día? Dormiré con mis padres esta noche porque mi habitación sigue estando desordenada — Ella dijo. Vaya. Se oye inteligente. Puse una cara triste y abulte mis labios.

— Aww. De acuerdo entonces. ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes seis? — Le pregunté. Nos sentamos en mi cama y la dejé tomar uno de mis peluches de pato y le pedí prestado su osito de peluche.

— Cumplo seis años en octubre. ¿Y tú? — Me preguntó.

— ¡Cumpliré ocho años! — Grité. ¿Por qué estoy siendo tan ruidosa ahora..? Bueno... — ¿Así que estás en primer grado? —

— En realidad, estoy en segundo grado. Me adelantaron un año porque dijeron que puedo seguir el ritmo de los niños mayores — Woahhhhhh. ¡¿Así que estamos en el mismo grado?!

— ¡Yo también estoy en segundo grado! — Grité de nuevo

— ¿Qué? ¿Pero no eres como dos años mayor? — Preguntó YuRi. Woah. Ella es tan directa.

— Sí, pero empecé la escuela un año tarde porque tuve cáncer cuando era un bebé y tuve que descansar muchos meses — Le dije.

— Oh, entiendo. Me alegro de que estés bien ahora — YuRi dijo.

Seguíamos hablando y jugando. Me alegra haber podido llevarme bien con ella. Pero luego, ella tenía que irse a casa. Bajamos corriendo y vimos a su madre ya de pie junto a la puerta.

YuRi se inclinó ante mis padres y corrió hacia su madre. Ella le tomó la mano y ambas salieron. Pero antes se dio la vuelta y se despidió agitando su mano.

— ¡Nuestra YeNa hizo una amiga! — Mamá gritó y me pinchó la cintura, lo que me hizo reír. Papá también rió.

Les di las buenas noches y luego volví a mi habitación, otra vez. Este es un gran inicio, Choi YeNa. Me fui a la cama y escribí en mi diario, luego me acosté y me cubrí con mi manta.

Tuve un buen día hoy.

Tuve un buen día hoy

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❝BestFriend❞ YulYenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora