CAPÍTULO 4

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Se cree que las tragedias son antecedidas por presagios, augurios terribles que marcan el retornó de la maldad a la tierra.

Los habitantes del Valle de la Paz debieron haberlo anticipado.
Junto con los primeros rayos del sol, horribles noticias daban los buenos días a todos. Incluyendo a los recientes del Gran Palacio.

-Eso es horrible.- dijo un horrorizado Po terminando de leer aquel rollo que contenía la trágica noticia.

Nadie de los 5 furiosos o el Maestro Shifu se atrevía a hablar, y no es para menos, no es nada normal despertar por la mañana y escuchar que niños inocentes fueron acecinados junto con sus cuidadores en el orfanato.

- Y.. ¿Qué vamos a hacer?.- preguntó con duda Grulla.

-No es obvio.- dijo Mantis.- tenemos que encontrar al tipo que hizo eso y mandarlo directo a la cárcel.

-Chor-gom.- dijo casi en un susurro molesto Mono.

-Correcto, pero primero tenemos que investigar y descubrir quién fue. Por el momento, el Guerrero Dragón y yo iremos al lugar de los hechos.- explicó serio Shifu.

-¡¿Qué?! ¿Yo también iré?.- dijo Po casi gritando.- ¿Pero porque?.

-Por qué es tu obligación como Maestro del Palacio y sucesor de Oogway.- respondió de manera estricta Shifu.
El resto se quedara vigilando el pueblo, si ven a cualquiera que se vea sospechoso no duden en capturarlo, ¿entendido?.

-Si maestro.- respondieron al mismo tiempo los cinco furiosos.

-Muy bien, vamos Po.

-Esta muy molesto.- dijo Grulla observando como Po y Shifu bajaban las escaleras.

-Si, ¿Quién no lo estaría?.- agregó Mono.

-Yo digo que ese tipo tiene varios problemas mentales, ¿Por qué haría un acto tan cruel y despiadado como ese?.- comentó Mantis desde el hombro de Mono.

-No lo se, pero eso es muy triste.- dijo con pena Víbora.- ¿Tu que piensas Tigresa?.

Antes de que pudiera responder, Grulla intervino.

-No creo que sea bueno que le preguntes eso, de por sí no tenia recuerdos agradables de ese lugar, ahora menos, ¿Cierto Tigresa?.

- Más o menos.- dijo con una ligera sonrisa aunque rápidamente cambió su expresión.- Será mejor que nos demos prisa, o Shifu se molestara.- dijo empezando a bajar las escaleras.

                                  ...

- Creo que voy a vomitar.- dijo Po en una de las tantas habitaciones del orfanato. Por la cantidad de sangre y restos parecía que todas  eran iguales.

-Trata de concentrarte panda. Debemos encontrar alguna pista que nos guíe al asesino.- dijo Shifu.

-Eso trató pero la vista no…

-¡Silencio!.......¿Escuchas eso?.
Por más que Po trato no lograba escuchar nada. De repente Shifu salió de la habitación y se adentro a un largo pasillo, seguido de Po.

A medida que llegaban al final del pasillo, unos sollozos se hacían más fuertes provenientes  de una gran puerta de hierro.
Shifu reconoció esa puerta instantáneamente, podrían pasar años y aún así el recuerdo no se esfumaría de su memoria.

-Deberíamos…..

-Si.—respondió con firmeza y abrió la puerta, revelando a seis niños que se abrazaban fuertemente.

-Por Oogway….- dijo Po viendo la expresión de horror y miedo en los rostro de los niños.

                                   ..

Dos horas habían pasado y Los cinco furiosos seguían vigilando el Valle. Grulla volaba por todos lados, Tigresa y Mono observaban todo desde los techos de las casas y Víbora junto con Mantis vigilaban en el suelo.

A lo lejos lograron ver dos siluetas muy conocidas, Po y Shifu. Dejando su misión de lado, se acercaron a ellos curiosos.

-¿Qué pasó?.- interrogó Víbora.

-Creo que es mejor ir a un lugar más privado, regresemos a casa.- dijo Shifu.
                                  ..
Mientras Po servía la comida, Shifu explicaba.

-No pudimos encontrar pistas que nos ayuden a encontrar al asesino, la brutalidad con la que hizo el acto no ayuda. Sin embargo hay algunos detalles… interesantes.

-¿Cómo por ejemplo?.- preguntó Mantis.

-La forma en asesinar, los niños quedaron casi desechos, pero los adultos no, tenían signos de ser atravesados por algo en el pecho,  en otros sus gargantas eran cortados.

-Se me esta pasando el hambre.- se quejo Mono empujando su plato de fideos.

-Hey! animo chicos, no todo esta perdido, encontramos sobrevivientes.- dijo Po.

<<¡¿Qué?! >>

>> ¡Idiota! ¿Porque no te aseguraste de que nadie quedara con vida? ¿Ni eso puedes hacer bien? <<

<< Cállate, no creo que se den cuenta>>

>> Más te vale <<

-¿Enserio?.- preguntó con un poco de esperanza Víbora.

-Si.- afirmó Shifu.- Aunque cuando el doctor intentó hablar con uno de los niños este casi le muerde el cuello.

-Jaja…- Río ligeramente Tigresa.

>> Ten cuidado o nos descubrirán.<<

-Lo siento, no fue gracioso.- dijo sería y centro su vista en su plato de fideos, ignorando las miradas de sus amigos.
                                  ..

Después de que los últimos rayos de sol se ocultarán, dieron paso a la noche,  hora perfecta para que los ladrones hicieran de las suyas.

Tres bandidos, un lobo y dos cocodrilos, pertenecientes al clan de Sokka, caminaban hacía un pueblo con la intención de robar alimentos.

-Entonces, dices que atacaron un orfanato y no saben quién fue el responsable.- afirmó el lobo.

-Si.- respondió uno de los cocodrilos.

-Pues el jefe cree que fue la Maestra Tigresa, solo por que le dio aquella maldición de la gema negra. Si fuera así ¿por que no se ha unido a nosotros?.- interrogó el otro cocodrilo.

-No lo se, quizá quiere hacer de las suyas antes de obedecer al jefe…¿Por qué estas olfatenado, perro?.

-No me digas así, no me gusta y estoy olfateando por que me llego un olor a…

-Sangre.- interrumpió el otro cocodrilo.

-Si ¿Cómo supiste?.

-Por eso, mira.- dijo el cocodrilo apuntado hacia la entrada del pueblo, donde había un conejo descuartizado y envuelto en sangre.

-Pff.- bufo sin interés el otro cocodrilo.- Eso no es nada, además no estamos aquí para eso y un cuerpo no nos va a intimidar.- dijo pateando el cuerpo y siguiendo con su camino.

-Quizá uno no, pero muchos sí.- respondió con voz temerosa el lobo, viendo a más cuerpos tirados y destrozados en las calles que estaban repletas de sangre.

-¿Qué rayos? Hay que salir de aquí.- dijo con miedo el cocodrilo.

-¿Enserio? ¿Y a donde vas a ir?.— interrogó una voz femenina a sus espaldas.

Los tres, dándose la vuelta bruscamente, vieron a un ser con ojos negros y pupilas rojas.

- ¡Mierda! ¡corran!.- grito el lobo corriendo a toda velocidad con sus camaradas.

En cuestión de segundos Tigresa logró atrapar a uno de los cocodrilos y empezó a golpearlo brutalmente, mientras este gritaba por  ayuda.

-¡¡Barry, no!!.- grito el otro cocodrilo.

-¡Olvídalo idiota y sigue corriendo!.- dijo el lobo.

Estando lejos del pueblo, se permitieron descansar en un bosque.

-¿Qué demonios fue eso? Fue horrible.- dijo con dificultad el cocodrilo.

-No se. ¿No que nada te iba a intimidar?.- reprochó el lobo.

Antes de que pudiera responder, una pata atravesó por detrás su abdomen, dejándolo agonizando en el suelo.

-Si que eras un fastidio, por eso te maté rápido.- dijo en tono burlesco Tigresa.— Ahora, tu.—Cuando el lobo se preparaba para correr, Tigresa le rompió una pata trasera.— tengo un mensaje para Sokka y tu se lo entregarás.

El lobo solo asintió lentamente  con la cabeza, estaba paralizado del miedo.
Sujetándolo con fuerza del cuello, Tigresa le dijo en tono amenazante.

—Dile que no pienso seguir las órdenes de un idiota y que se cuide la espalda, por que uno de estos días iré a matarlo de la forma más horrible posible por lo que me ha hecho…¿Esta claro?.

El lobo asintió frenéticamente.
—Muy bien. Ahora ¡fuera de mi vista!.- dijo empujandolo.

Con una sonrisa macabra, Tigresa desapareció entre la hierba para continuar con su masacre en otro lado.

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El fuerte sonido del Gong la obligó a abrir los ojos, dándose cuenta de que estaba en el suelo de su habitación y que aún conservaba su traje amarillo y su túnica negra, que estaban manchadas de sangre.

Escuchando como el resto de sus amigos saludaban a Po, Tigresa se puso de pie quitándose la ropa y poniéndose otro traje amarillo mientras escondía las ropas sucias en unos cajones.

-Buenos días Maestro, me disculpo por la demora.- dijo después de salir de su habitación.

-Tranquila Tigresa, no está Shifu.- dijo Po.

-A alguien se le pegaron las cobijas.- bromeó Mantis, recibiendo un siseo amenazante por parte de Víbora.

-Bueno vamos a desayunar, los fideos ya están listos y me muero de hambre.- dijo Po sosteniéndose la barriga mientras se dirigía a la cocina.

-Por cierto, ¿Dónde está Shifu?.-preguntó Grulla.

-Está en el Valle con los niños del orfanato

Llegando a la cocina, Po comenzó a servir los platos.— Después de entrenar vigilaremos el Valle. Sale sopa.

-No han tenido respuestas de lo niños.- preguntó Tigresa.

-No se, quizá cuando Shifu regrese nos de nuevas noticias.

The dark monster (kung Fu Panda) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora