Capítulo 22

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- Fatima venga que hoy vamos a ver a Zulema -mi hija sonrio- ¿Tienes ganas?

- Si mami -la vi como salía hacía su habitación corriendo supuse que a coger su chaqueta-

- Veo que al fin alguien me hace caso y vas a ver a Zulema -sonrio con ganas-

- Voy a que Fátima conozca su casa nada más .... luego si ya hablamos del otro tema es otra cosa aunque no creo que ella esté por la labor se pondrá a la defensiva

- Bueno pues te deseo suerte cariño porque con lo cabezota que es la vas a necesitar -me dio un beso en la frente- yo estaré con los jubilados de la empresa pescando no habrá cobertura por si me llamas

- No te preocupes estaremos bien desde que estamos aquí no es la primera vez que vas tranquilo ....... pásalo bien y pesca mucho

- Se intentará aunque no suelo pescar demasiado -se quedó pensativo- prometo que algo traere


Cogí a mi hija y fuimos hasta casa de Zulema en el coche de mi padre por el camino no me dio tiempo a pensar en nada gracias a que mi pequeña iba toda emocionada contándome como era la caravana porque resulta que la había visto ya que Saray le había enseñado algunas fotos el día que estuvimos en su casa.

Volví hacer lo mismo que la primera vez que estuve aquí aparqué el coche un poco antes de llegar a donde estaba la caravana por si acaso Zulema nos veía llegar y le daba por sacar su carácter de escorpión aunque que quede entre nosotros en el fondo era un cachito de pan y esa era su forma de protegerse para que no le hicieran daño.


- Maca pero .... -no pudo continuar porque mi hija salió corriendo hacía donde estaba a lo que Zulema solo le dio tiempo a agarrarla en brazos-

- Ulema !!! Ulema !!!! -sonrio abrazandola- mami me ha traído para que vea tu casa así nos la puedes enseñar a las dos -me miro por segunda vez y yo solo pude hacer un gesto despreocupado con los hombros-

- Pues venga que te voy a enseñar donde vivo para que luego le digas al abuelo que no es tan pequeña como el piensa -sonrio abriendo la puerta y entrando dentro-


No hablamos nada en lo que resto de la mañana pues mi hija no paraba de hacerle preguntas a Zulema era demasiado curiosa a veces algo que parecía que a ella no le molestaba y a mi sinceramente que se llevaran tan bien conociéndose tan poco me gustaba.


- Tienes una niña estupenda Maca -miro hacia donde la cama viendo a mi hija dormir- un poco preguntona, me recuerda a ti de pequeña, pero es maravillosa

- Zulema yo en realidad he venido hablar contigo -desvio la mirada de mi hija para mirarme- no se quizás quieras hacer como que no ha pasado o hacer simplemente como si esos sentimientos no existieran pero yo no puedo dejarlo pasar

- No se de qué me hablas rubia -se puso un poco a la defensiva-

- Zulema no lo niegues sentiste lo mismo que yo con el beso del otro día vas hacer como si no hubiera pasado nada -agacho la cabeza- por favor no hagas lo que hiciste en un pasado no me apartes aun podemos intentarlo

- Yo no puedo ... -volvió a guardar silencio como si estuviera teniendo una pequeña guerra interna que no le dejara continuar-

- Esa va a ser tu respuesta tan cobarde como en el pasado sabes no se ni porque me molesto en hablar contigo sigues siendo el puto escorpión que no tiene sentimientos y que no necesita a nadie pues bien tranquila

- Lo hice porque era lo mejor para ti Maca no podía retenerte aquí tu lugar estaba fuera como siempre habías querido sin embargo yo me conformaba con quedarme aquí por eso a pesar de los años sigo pensando que es mejor que te vayas

- Si es lo que quieres no insistiré más me he cansado de vivir enamorada de un fantasma que me atormenta cada día Fatima y yo nos iremos en una semana .... tranquila cuando vengamos en vacaciones podrás verla serás como su tía Zulema

- No lo has .... -mi móvil la interrumpió-

- No entiendo nada estoy de vacaciones son tan necesarios esos papeles justo ahora mismo (.....) - me quede callada oyendo la voz que me hablaba- esta bien ahora mismo no estoy en casa en cuanto llegue os lo envio (.....) tranquila tengo una copia en mi ordenador no te preocupes ahora te lo envío lo que tarde en llegar a casa de mi padre  -colgo el teléfono- me tengo que ir voy a despertar a Fatima no podemos quedarnos más tiempo

- Déjala aquí - la miré extrañada- esta dormida a mi no me importa cuidarla mientras tu te encargas de eso tan importante que te piden del trabajo luego puedo acercarla yo cuando despierte a casa de Leopoldo en serio para mí no es una molestia

- No se si será buena idea -dude un segundo- esta bien pero no la dejes dormir mucho tiempo y en cuanto despierte me la llevas por favor

- Tranquila rubia estará bien .... te lo prometo


Observe detenidamente como la rubia salía por la puerta de la caravana, Maca tenía razón yo también había sentido ese sentimiento que creía olvidado cuando sus labios se juntaron con los míos aquella noche y ese pequeño roce aunque certero llevaba atormentandome desde aquel día.

Como pequeños flashes todo lo que habíamos vivido juntas se fue colando en mi mente en forma de pequeños recuerdos haciendo que sintiera un pequeño escalofrío con el que mi cuerpo me demostraba una vez que sin yo quererlo aún seguía enamorada de aquel pequeño pajarito rubio que se había ganado mi pequeño y solitario corazón.

Decidi no darle más vueltas era lo correcto así que intenté entretenerme ordenando un poco la caravana y cuando Fatima despertó la lleve con su madre ... me abrió la puerta Leopoldo no tenía ganas de hablar con nadie así que le dejé a la pequeña que en el trayecto se había vuelto a dormir en sus brazos y salí de allí lo más rápido que pude no quería tener que responder preguntas que ni yo misma sabía la respuesta.

Siempre fuiste tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora