Alex

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No quería voltear, pues sabía con quién me encontraría, Alex mi ex-novio, a quien hace casi dos años atrás había dejado, confieso que alguna vez llegué a pensar que él era el indicado, el hombre de mis sueños literalmente, pero para mi desilusión nunca sentí que lo fuera, sí lo amé, como se puede amar a alguien a la edad de dieciocho años, pero eso ya era pasado y tenía que afrontarlo, además no pretendía esconderme cada vez que lo viera, así que voltee para encontrarme con ese bello rostro por el que alguna vez me derreti.

-¿Que quieres Alex?- le digo con tono cortante, esperando que no responda y pueda irme de ese lugar.

-Oh, Val. Justo acabo de regresar de mi semestre de intercambio, ¿a caso no te da gusto verme?-por lo visto no pensaba dejarme ir tan fácilmente.

A Brent claramente no le hizo gracia Alex, pues en un movimiento me rodeó posando su mano sobre mi hombro, haciéndome saber que él seguía ahí. Eso me hizo sentir más segura de mi misma, haciéndome reponder lo que realmente quería decir.

-¿Realmente quieres que te responda? .-gruño.

-¡Uy, la fiera sale de la jaula! ¿Pero quién te enseño a ser tan mal educada? ¿Con tanto estatus, no crees que deberías tener mejores modales?

-¡No te permito que le hables así a Valerie!-gruñó Brent, claramente enojado.

-¿Y éste quien es? - escupe las palabras a la vez que le mira de arriba a abajo como si por primera vez hubiera reparado en él.

Brent ya comenzaba a responderle, pero puse mi mano en su pecho tratando de calmarlo, no tenía caso gastar nuestras energías en él.

-¿Sabes que? Adiós Alex, que mal que tu llegada haya tenido éste recibimiento por tu mala actitud, de haber sido distinto tal vez hasta te hubiera dado un abrazo de bienvenida.- le digo tomándolo por sorpresa, obviamente nada de lo que acababa de decir era verdad, pero era divertido jugar con eso y sacarle una rabieta a Alex. Enseguida nos dirijimos a la entrada, y pasamos a la gente que había escuchado nuestra pequeña charla con él.

Una vez dentro, llegamos a mi casillero, para poder dejar unos de mis libros en el, a lo que después Brent me acompañó  por los pasillos llenos de estudiantes enérgicos por ver de nuevo a sus amigos, contando de sus vacaciones, por otro lado estaban los que no les agradaba mucho el regreso a clases, quienes parecían que apenas se habían levantado de la cama, o tal vez así era, y por todos ellos tuvimos que pasar para llegar a la que era mi primera clase del semestre. Una vez en la puerta él se despidió de mi, dejando un beso en mi mejilla y con un extraño sentimiento en la boca de mi estomago entré a clase.

Amber ya se encontraba sentada al final de la fila, busqué un asiento cerca de ella, pero no había ninguno, en todos los puntos cardinales había alguien sentado, ¡lo había hecho a propósito! , seguía enojada y no quería sentarse conmigo. La comprendía, él es su hermano, pero ya no éramos nada, no tenía por que enojarse. Pero si así quería que fueran las cosas, así serían, no pensaba rogarle y mucho menos pedirle perdón por algo que no hice, así que dejaré que se le pase y si quiere cuando este lista hablaremos.

La clase paso lenta como nunca antes, el maestro Aguilea paso los sesenta minutos de clase explicando como registrarse en el portal de la materia, cosa que todos ya sabíamos de memoria, así que para todos fue igual de tedioso pasar de uno en uno a registrarnos en la laptop del salón que se encontraba conectada a un cañón projector donde cada vez que pasaba un alumno ,volvía a explicar desde el principio, comencé a rascar mi pierna por desesperación, y cuando pensaba que no podía con más aburrimiento, el timbre sonó y fue música para mis oídos, salí tan rápido como pude de ahí, topandome con el río de gente que iba de un lugar a otro.

En el momento inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora