Cuando todo mejore.

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Capítulo 51

Camila caminaba a un paso apresurado por el aeropuerto, nadie había podido detener a la latina de viajar a Miami para hablar con su padre luego de que el hombre le evadiera un poco pues sabía exactamente a lo que se tendría que enfrentar desde el día en que su hija mayor supiera de sus intenciones políticas, y no se equivocó en nada. La hija mayor del matrimonio Cabello se sentía enfadada, pero también algo mal pues ella y su padre siempre habían sido bastante unidos, en términos profesionales siempre se habían contado todo, o al menos eso creía.

—¿Kaki? —Sofía abrió la puerta sorprendida al ver a su hermana frente a ella, no pensó que volvería en menos de 24 horas desde que se enteró.

—¿Dónde está papa?

—Oh, ya has llegado. —Alejandro se acercó a la puerta con una sonrisa. —¿Cómo estuvo el viaje?

—Bastante bien, aunque debí volar en clase turista porque no quedaban más pasajes, y bueno el servicio no era el mejor, pero pude tener manís gratis y... ¡Papa! —Camila se quejó al darse cuenta de lo que había hecho el hombre mayor quien mantenía su sonrisa.

—Vamos a mi estudio. —Camila asintió abriéndose paso por la casa de sus padres. —Creo que es mejor que tu invitado se vaya a casa, Sofi. —La menor asintió antes de que su padre fuera a su estudio junto a la mayor de sus hijas. —Me hubiera gustado una de tus visitas sorpresas por otro motivo.

—Y a mí, aunque podría haber estado aquí para tu punto de prensa, ¿Por qué no me lo dijiste? —El enfado de la empresaria se empezaba a ir y decidió tomar asiento en el sofá que su padre tenía ahí. —No es algo que le ocultas a tu hija simplemente, ¿Por qué lo harías para empezar?

—Porque no pensé que se haría realidad, mija. Hace unos meses que he venido preparando esto, pero ya sabes, debía verlo con los demócratas. Ellos no aceptaron hace mucho, pero he trabajo tan duro por esto con todo un equipo por detrás, no quería mencionártelo hasta que no fuese algo real para no poner otra presión sobre ti.

—¿Por qué me evitaste?

—No lo hice adrede, pero sabía que te pondrías así y quería decirte esto frente a frente, si tu no volabas, lo haría yo. —Camila creyó en las palabras de su padre.

—¿Desde cuándo te interesa la política?

—Me toma por sorpresa tu pregunta. —Alejandro le sonrió dejando más confundida a la castaña. —Todos los actos de "beneficencia" no son por caridad, sino por solidaridad, hay una gran diferencia entre esos conceptos y tú lo sabes. —Camila asintió. —No lo hacemos solo por buenas personas, sino por comprender que este mundo necesita de estas acciones, pero no puede solo depender de empresas, el Estado también debe hacerse cargo de los problemas y por ello quiero ser un senador, pude cambiar la realidad de mi familia y de aquellas a las cuales hemos podido ayudar, pero quiero poder cambiar la de muchas más. Alguien tiene que darles un mejor futuro a las personas como nosotros, no solo latinas y latinos, sino que a todas esas personas que viven en una gran desigualdad en el país de los sueños. —De alguna forma, esas palabras se le hicieron familiar a Camila, pero no supo el por qué en ese momento.

—Buen primer discurso, veo que te has preparado. —Alejandro soltó una risa antes de que Camila le abrazara, él no dudo en atraparla entre sus brazos como lo había hecho desde los primeros minutos de vida de la castaña.

—Mamá preparará una cena, esta noche, espero puedas quedarte unos días acá.

—Dejé todo en Chicago. —Camila hizo una mueca.

—Tenemos que hablar sobre eso. —Fue el turno del hombre mayor de hacer una mueca.

—Papá... —Camila ya sabía lo que venía.

Amor a ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora