006

588 66 8
                                    

—Dios si, me dicen por la cucaracha que en su facultad también lo conocen.—Se rió.

—Es que si, pero no puedo hacer nada.—Bufé.—Y creo que metí la pata pero no se.

—¿Qué hiciste?.—Dijo cansado Thiago.

—Hicimos una especie de apuesta o desafío o reto, no se como llamarlo.

—¿Qué apostaste, Aika?.

—Yo nada, me dijo que al principio del segundo trimestre yo lo iba a terminar amando y odiando, si lo odiaba se iba del departamento y si lo amaba dijo que veíamos.—Expliqué.

—¿Y que van a ver si lo amas?

—Ni idea, tampoco me interesa porque no va a pasar.

—¿Y si si?.—Dijo dudoso.

—No va a pasar Thiago, está claro que no. —Reí.

—¿Todavía sentis que estás haciendo algo mal si estás con otra persona?.

—No se trata de eso, no quiero estar con nadie y listo.

—¿Sabes que algún día lo vas a tener que superar a todo eso?.

—No creo que se pueda superar algo así. —Suspire.

—No lo estás engañando, lo sabes,¿no?.

—No hace falta recordarme el por que,¿si?.

—¿Entonces que te impide estar con otra persona? Y no hablo de Valentín, ¿eh?, que te conozco.

—Qué no estoy lista, Thiago. ¿Es lo que querías escuchar?.—La puerta se abrió y vi a Valentín entrar al departamento. —¿Por qué siempre sacas el tema?.—Dije enojada al borde del llanto.

—Perdón.—Murmura.

—Es como si todo el tiempo queres saber que mierda pasa y no es así, no te tengo que decir todo.—Estaba roja de la furia.

—Bueno, perdón, en serio.

—Me tengo que ir.—Dije suspirando. —Chau.—Corté la llamada y tiré el celular al lado mío, haciendo que este rebotara en el sillón.

Me tapé la cara con las dos manos e intenté calmarme. Llené mi boca de aire, y con los cachete llenos, saqué el aire acumulado por varios segundos. Estaba muy enojada y realmente dolida, no era mi psicólogo, no era quien para sacarme así la información que ni yo estaba lista para decir en voz alta. Realmente si tenía morbo sobre lo que me pasa esto era lo que iba a conseguir.

Valentín apareció con la guitarra en la mano y se sentó en el sillón de una persona.

—¿Te molesta si toco algo?.—Preguntó suave, sabía que lo hacía por como yo estaba.

—No.—Murmure.

Tocó algunas notas random, afinando un poco y luego comenzó con notas con más sentido.

—"I know that hope weighs on your mind, list within the seams, it seems like we lose ourselves in between."— Comenzó a cantar, y me sorprendí de que sepa esa canción.—" But the harder things became, the harder you push away, oh baby, yeah baby, it kills me."—Fijó su mirada en mi.—"You said it, you said it, I'll take you at your word, promises that you can't keep, it's getting harder to hold on, you said it, no you said it now, don't you ever let me fall, don't give up, because you are losing...you haven't lost..."

Me quedé mirándolo, realmente sorprendida, e hipnotizada por aquella canción tan linda.

—"Hold on, just hold on. Don't you think that we are meant to be?, don't you think that we are ment to be? Don't you think that we are meant to be?, don't you think that we are...? You said it, no you said it now, don't you ever let me fall, don't give up because you are losing, yeah, no, you said it, no, you said it, don't you ever let me fall, don't give up because you are losing..."

Terminó de tocar y colocó su palma en la cuerdas para que dejen de sonar, aún sin dejar de mirarme, sin dejar de mirarnos.

—You kill me in a good way.— Hablo primera.

—Me sorprende que la conozcas.— Levanta sus dos cejas.

—Estas hablando con una emo profesional.—Sonreí y él también.

La puerta se abrió y Dalia entró y nos vio, su expresión fue divertida la verdad, porque estaba muy sorprendida y estiro sus labios, como si hubiese roto algo.

—No puedo creer que no estén peleando.—Cerró la puerta.

—No peleamos tanto.—Me excuse.

—Si me bardeas hasta por respirar.—Se queja y lo miro mal.

—Sos un mentiroso, no es verdad.—Entrecerre los ojos.

—Que si Valentín inútil, que si Valentín sos insoportable, que si Valentín callate un rato, que si Valentín esto y lo otro...—Enumeró.

—Uy.—Dalia se fue casi corriendo a su cuarto.

—Y capaz que porque sos un denso.—Me levanté del sillón.

—Mentira, no te molesto todo el día.—Frunció un poco el ceño.

—Estás admitiendo que me molestas.

—Es divertido.

—No es divertido. ¿Ves? Ya la cagaste, estabamos bien.— Rodé los ojos. —¡Y no me puedo ir a ningún puto lado porque compartimos la puta habitación de mierda!.—Me crucé de brazos y fui a la cocina, el se rió y yo me enojé más. —Sos un estupido. Prepara tus cosas porque te vas antes del segundo cuatrimestre.—Dije entre dientes.

(...)

—¿Qué onda que estaban meta sonrisita con Valen?.—Susurró Dalia mientras las 3 estábamos en la mesa, Valentín se estaba bañando.

—Nada, estabamos hablando  de música.

—Parecía una sonrisa de otra cosa.—Replicó Dalia y Giuli levantó las cejas y me miró.

—¿Ah así?.—Sonrió esta última.

—Estabamos hablando de música, de verdad. Cantó una canción que yo conocía y él pensó que no la iba a conocer.—Expliqué.

—¿Te cantó una canción?.—Las dos abrieron los ojos bien grande.

—A mi no. Cantó en general.

—¿Cómo canta en general si solo estabas vos?.

—Era lo mismo que estemos todas y se acerque y diga; ¿les jode que toque un tema?, fue algo así.—Las miré.

Asintieron, no muy convencidas.

—Yo sigo creyendo que había otra cosa en sus sonrisitas.

—Uy, que pesada, posta que no. Fue loco que conozca la canción nomas, me sorprendió pero nada más.

—Ah, bueno, bueno. ¿Vos que vas a hacer Giu? ¿Decidiste con quién queres estar?.

—Me gusta mucho el primo de Valentin, pero no sé, es complicado. Intimida.—Susurró.

—¿Te hizo algo?.—La miramos preocupadas.

—¡No!¡no!.—negó.—Es un amor, un oso de peluche. Me dijo que tiene una casa enorme y que sus padres viven en un barrio privado, y también me dijo que Valentín vive con ellos, pero no digan nada de esto, él pensó que nosotras sabíamos pero le dije que no.—Susurró rápidamente.

Así que Valentín vivía con su primo, apreté mis labios, ¿por qué viviría con ellos? Además actúan como hermanos, seguro vive hace mucho tiempo con su primo.

—No me dijo más nada sobre eso, pero en fin, al parecer tienen muchísima plata, pero los dos salieron rebeldes y decidieron estudiar en una universidad pública.

—No parecen chetos.—Murmuró Dalia.

—Ya sé. Pero lo son, en cubierto en realidad.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 10, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

505 ; wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora