Capítulo 1. El rescate de Harry

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El verano pasó más rápido de lo normal. No hacía nada importante en vacaciones, rara vez nos íbamos de viaje y no es que tuviera muchos amigos del mundo muggle. Montaba cuatro veces al mes a caballo, pero la magia poco a poco me hacía perder el interés. Me escribía cartas con Ron y Hermione a menudo. De la misma forma, alguna con Theo y Cedric. Con Harry había un problema, no me contestaba a mis cartas, ni podía quedar con él. Sus tíos no le dejaban salir de la casa, a menos que fuese a ayudar a la señora Dursley con la compra.

Estábamos ya a finales de agosto. Se acercaba el 1 de Septiembre y los nervios invadían mi cuerpo. Esa tarde una lechuza bastante vieja, gris y pequeña, llegó a mi ventana con una carta. Era la lechuza de los Weasley, se llamaba Errol.

Querida Lee,

¿Cómo estás? Espero que bien. Te envío la carta para decirte, si te apetece, que puedes venir lo que queda del verano a mi casa. A mi padre le encantará saber sobre las cosas muggles, y a nosotros nos encantará estar contigo.

PD: quiero irme a Hogwarts ya, Fred y George no paran de gastarme bromas.

Ron.

Solté una carcajada imaginándome a Ron gritándole a los gemelos que le dejasen en paz, mientras que Percy les mandaba silencio todos.

Fui a mi habitación, cogí una pluma y papel y comencé a escribir una respuesta.

Querido Ron,

Sí, estoy perfectamente. Gracias por la invitación e iré muy feliz a pasar el resto de las vacaciones allí. Dile a tu padre que estaré encantada de contarle todo lo que quiera saber sobre los muggles y sus cosas, también dile a los gemelos que te hagan más bromas porfavor.

PD: yo también estoy deseando volver, aunque espero que este año sea más tranquilo.

Lee.

Doblé la carta y se la entregué a Hera, para que la llevase. Por fin podría conocer a los Weasley al completo, quería saber cómo es eso de tener muchos hermanos, tendría que ser una locura.

Ron me avisó que llegarían el 17 (mañana) por la mañana para recogerme. Estuve todo el día empaquetando las cosas en los baúles, repasando tres veces las listas para que no se me pasara nada. Corría de aquí para allá como una loca, bajaba y subía las escaleras y me caí varias veces.

-Hayley, tranquila todavía te faltan muchas horas para irte-me decía mi madre.

-No, ¿y si se me olvida algo? ¿Y si llego y se me ha olvidado algún libro para las clases? Tengo que asegurarme que tengo todo-le contestaba preocupada.

La idea de que se me olvidase algo no estaba entre mis planes ni lo iba a estar, maldecía a Ron por avisarme tan tarde.

Después de una hora de asegurarme de que lo tenía todo, me tiré en la cama mirando el techo e imaginándome el año que me esperaba.

Ahora estaría en Slytherin para no estar de un lado a otro. Creo que había elegido bien aunque eso implicara no estar tanto tiempo con Harry, Ron y Hermione, al menos tenía a Theo y al equipo de quidditch. Lo malo era que tendría que aguantar a Malfoy siempre, pero lo podría llegar a soportar, o eso esperaba.

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Por la mañana me desperté muy temprano para que me diese tiempo a desayunar, vestirme, revisar todo por última vez y despedirme de mis padres. Pasada una hora un coche Ford Anglia apareció en mi puerta, me imaginé, por lo pequeño que era, que tendría un encantamiento de extensión indetectable.

La Chica Muggle //2// (Draco Malfoy y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora