LLAMADO A LOS UNIVERSITARIOS

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La situación actual de la Universidad, casi sobra decirlo, es delicada en extremo. Desde hace varias semanas se suspendieron las labores docentes, cuando estábamos terminando los cursos del bachillerato y cuando, en el nivel profesional, el segundo semestre iba a menos de la mitad de su avance. Esa interrupción, aunada al uso de bienes y servicios de la Universidad para fines que no son estrictamente universitarios, no sólo ha perjudicado a los alumnos, sino que ha quebrantado gravemente a la propia casa de estudios al desviarse, e impedirse en gran parte, el cumplimiento de las funciones que nos encomienda la ley y que constituyen nuestra obligación ante el pueblo mexicano. Ahora bien, nuestras demandas institucionales, contenidas en la declaración del Consejo Universitario publicada el pasado 18 de agosto, han quedado satisfechas, en lo esencial, por el ciudadano Presidente de la República en su último informe. Cierto es que aún falta el esclarecimiento de algunos aspectos jurídicos importantes en relación con la autonomía; pero ello se logrará por las vías y con los métodos más adecuados.

 -El rector, Javier Barros Sierra, «Llamado a los Universitarios», Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, 9 de septiembre de 1968. 


Los problemas de los jóvenes solo pueden resolverse por la via de la educación, jamás por la fuerza, la violencia o la corrupción. Esa ha sido mi norma constante en acción y el objeto e mi entrega total, en tiempo y energías, durante el desempeño de la rectoría.  

-El rector Javier Barros Sierra, texto de su renuncia a la H. junta de gobierno de la UNAM  23 de Septiembre de 1968.


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