Cuarentena - Aristemo

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Al comenzar el confinamiento, la pareja se mantuvo bastante positiva, agradecieron el que para esa fecha ya estuvieran instalados en su nuevo departamento.

Consideraron que era un buen momento para ser solo ellos dos, se dieron cuenta de la privacidad que necesitaban como pareja. Al estar en su último año de universidad, era necesario aprender a ser independientes por completo.

Además a pesar de que no hablan mucho del tema sabían que el día de su graduación estaba más cerca; ellos tienen una economía perfectamente estable y muy buena, a pesar de aún no haber terminado la carrera. Temo trabaja en uno de los partidos más importantes del país y aristoteles se ha dedicado a su carrera musical, aunque también hace pequeños trabajos para una empresa de comunicación.

Pero no solo han crecido a manera profesional, sino también como pareja, se han encargado que al pasar de los años su relación mantenga su toque tierno.

Aveces se ponían super nerviosos al ver a su pareja con poca ropa o desnudo, como si jamás se hubieran visto de esa manera. Es algo tierno pero a la vez incongruente pues en los últimos años han hecho el amor demasiadas veces y aun más desde que comenzó la cuarentena. Pues al tener mucho tiempo libre y prohibido el salir, es una buena manera de pasar el rato ¿no?

Temo se removió en la cama, aún sin abrir los ojos busco el cuerpo de su prometido, cuando lo encontró, se acercó para abrazarlo, pegando su pecho a la espalda del rizado.

— Tahí —susurró el castaño aún adormilado, contra la nuca del mencionado.

— ¿Qué pasa tahí? —intrigó Ari, somnoliento.

— Te amo —musitó Temo, su sonrisa se hizo aún más grande al sentir como el rizado se volteaba para quedar frente a frente con el.

— También te amo, hasta el infinito y con todos los colores ¿recuerdas? —dijo acariciando la mejilla del castaño.

— Claro que lo hago tahí —musitó, abriendo los ojos por fin, admirando lo hermoso que era su prometido,

— Me encanta amanecer junto a ti cariño —admitió Ari, dejando un corto beso en los labios contrarios.

— A mi también —susurró Temo, se acurrucó en pecho del rizado, aunque al hacerlo, creo una fricción entre sus miembros, haciendo que recordará la desnudez de ambos, sonrojándose al instante.

— ¿Qué pasa? —intrigó curioso al notar las mejillas rojas de su prometido.

— Nada, solo olvide por un momento el que estábamos desnudos —contestó.

— ¿También olvidaste la razón por lo que lo estamos? Porqué yo te la puedo recordar, con mucho gusto —bromeó un poco.

— Por supuesto que no la olvidé y estoy seguro de que tu tampoco tahí —dijo Temo, subió la mirada para ver a su prometido totalmente sonrojado, causándole una risita— ¿Te duele?

— No, solo tengo una pequeña molestia —mencionó el rizado haciendo una pequeña mueca— ¿A ti te duele? —intrigó.

— Es como a ti una pequeña incomodidad —suspiró— Iré a darme una ducha —dijo Temo, antes de caminar al baño, en rollo la sábana en su cuerpo, tapando su desnudez.

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