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No puedo creerlo. No responde a mis mensajes, no contesta mis llamadas. Me está preocupando demasiado. Si no fuera porque la conozco muy bien, no estaría tan preocupada, ¡pero es Ada de quien estoy hablando! Esa mujer entrena para matarme de un paro cardíaco frecuentando aquel bar junto a sus amigos drogadictos. Estudia para molestarme profesionalmente. Es experta en hacerme pasar malos ratos en estas situaciones. Pero la quiero demasiado como para abandonarla a su suerte.

Y esta vez no llamaré a Carla para que vaya a buscarla, lo haré yo misma. Quizás pueda entender mejor sus razones para hacerlo, y así podré ayudarla, aunque no me haré ilusiones, es difícil llegar a Ada, aún estando borracha (al menos las pocas veces que traté con ella en ese estado no me llevaron a nada más que a una pequeña discusión). Después de haber avisado a Carla que voy a ir por su hermana, busco mi campera y guardo mi celular en el bolsillo.

Abro la puerta de mi habitación. Antes de salir intento encontrar a mi hermano mayor con la mirada. No lo veo, así que camino hasta la sala, donde encuentro al tarado durmiendo en el sofá manteniendo la boca bien abierta y con sus babas saliendo de ella, roncando como si tuviera el tabique fallado. Golpeo un poco su cabeza, pero no despierta. ¿Cómo rayos pensaron mis padres que él sería perfecto para cuidarme? No es que me estoy quejando, porque en esta ocasión lo agradezco.

Decido escribir una nota para avisarle qué haré, por si despierta antes de que llegue, y salgo rápidamente pero en silencio. Las calles no están bien iluminadas, aunque eso no me asusta. Tengo 16 años, es peligroso, lo sé. Pasa que confío en mi suerte, además, el bar no está demasiado lejos, y aunque quizás vuelva con una Ada que no puede mantener el equilibrio, no estaré sola. Lo que sí me da miedo, es el regaño de mis padres por llevar a tal mala influencia a casa. A menos que ponga a Chris de mi lado y que él no diga nada al respecto.

Miro al guardia del bar con una sonrisa y paso como si tuviera edad de estar ahí. Él piensa que la tengo porque Ada me trajo dos veces antes de que mis padres supieran con quién me juntaba. Bueno, ahora camino hacia la mesa típica donde sé que ella va, y la veo riendo junto a sus amigos Piers, el chico (no tan chico, tiene la edad de Ada) que tiene problemas en casa, Jake, que fue abandonado por el padre y su madre murió cuando era niño, y Billy, que vio a su padre matar a su madre y es un marginado por llevar el mismo apellido que ese asesino. Y claro, Ada es la única que no sé nada de su pasado, lo cual es gracioso, porque sólo hablé con los otros tres las dos veces que vine. Intenté encarar a Carla para que me dijera algo, pero, al igual que su gemela, evitó el tema.

Toco el hombro de Ada para llamar su atención.

- ¿Te la vas a llevar ya? -pregunta Jake- Pero aún es temprano.

- Ustedes tampoco deberían estar aquí, ¿qué diría Sherry si se enterase? ¿Y Rebecca? ¿Y tu hermanita, Piers?

- Pero sólo estamos hablando y tomando. -dijo Ada con la voz patinoza. Ella y Jake estaban más afectados por el alcohol, y parece que los otros dos no han tomado demasiado, pero sí ingirieron otra cosa.

- Carla llamó, quiere que vayas ahora. -respondí.

- Ah, que se cague esa... esa... idiota...

Suspiro luego de escucharla. No me gustaba amenazar, pero veo que no tengo otra opción si quiero llevármela en este momento.

- Dijo que si no abandonas este lugar, te prohibirá volver a ver a tus sobrinos. 

Ada ama a sus sobrinos por sobre sí misma, y se sentiría destruida si no pudiera verlos otra vez. Los dos niños de seis años también la adoran, un poco más y la idolatran. La ven tan bien porque no les muestra lo malo de ella. Los ayuda en sus tareas, prepara sus postres favoritos, les compra todo lo que se antojan mientras caminan por la calle, les compra vídeojuegos para la consola (de esos infantiles). Básicamente los consciente cuando se portan bien. 

One-shots de Claire x AdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora