six

974 63 6
                                    



Antes

Me encontraba con Homer y chulu fumando un porro, mi móvil sonó, lo tomé y al ver tu nombre automáticamente contesté.

— ¿Qué pasó niñata? — dije sonriente, mi sonrisa desapareció al escuchar un sollozo de tu parte. — Emeraude. ¿Estás bien? — pregunté algo alterado.

— No Tomás. — escuché como llorabas.— Por favor, ven por mi. — sentía mi mandíbula tensarse. — Te necesito.

— Llego en cinco. — Colgué, chulu y Homer me veían algo preocupados. — Me voy. — les aventé el porro y salí de ahí, haciendo caso omiso a sus protestas.

(...)

Te esperaba  afuera de tu casa, la necesidad de verte era enorme, aún no somos algo oficial, pero aún así, te amaba  como a nadie y haría lo que fuera por vos.

Mi corazón se estrujó al verte así; tus mejillas estaban rojas, tu rímel corrido y tus hermosos ojos húmedos, acompañados de un gran moretón en tu pómulo , corriste hacia mi y me abrazaste, llorabas en mi torso y yo te pegué más a mi.

— ¿Qué pasó Eme? — besé tu cabeza. — Decime, sabes que estoy para vos. — diste un último sollozo y me viste, tus hermosos ojos estaban hinchados de tanto llorar.

— Papá me golpeó Tomás. — Al escuchar eso, sentí el enojo invadirme por completo, las ganas de ir con ese hijo de puta y golpearlo llegaron a mi.

— ¿Por qué mierda te hizo eso? — Negaste llorando. — Emeraude dime. — dije serio.

— P-por vos. — Mordiste tu labio nerviosa. — No quiere que estemos juntos. — suspiraste triste. — No quiero alejarme de vos.

— Ni yo. — Te vi, por mi culpa su padre le había dejado y yo no pude hacer nada para evitarlo. — Pero por mi culpa pasó esto. — Te alejé despacio de mi, no sabía que iba a hacer.

— ¿Qué haces? — preguntaste cuando te aparte, mi corazón se rompió cuando vi tus ojos tristes verme.

— No estuve para protegerte Emeraude.

— Pero estás aquí. — quisiste acercarte a mi, di un paso atrás.

— Tu padre te hizo esto para que ya no estés conmigo, no estuve para protegerte, no mereces esto Emeraude. — negaste. — No soy para vos, no soy lo que mereces.

— Pero sos lo que yo quiero. — Comenzaste a llorar más. — Que se jodan los demás, que se joda mi padre, yo te necesito a vos. — negué.

— Entiende por favor, no quiero que él te vuelva a hacer daño sólo por estar conmigo. — Comencé a caminar hacia mi auto, tú ibas detrás de mi.

— ¿te irás? — asentí. — no lo hagas Tomás. — abrí mi auto con la llave, me comencé a acercar a la puerta del piloto. — Si te vas, te olvidas de mi.

— No lo hago por mi, lo hago por vos.

— ¿¡Por mi!? , vos sos a quien más amo y; ¡¿te vas por una estupidez?!

— No es una estupidez. — subí al auto, lo encendí y comencé a conducir lejos de vos.

Las lágrimas salieron, mi corazón estaba completamente aplastado. Hacia todo esto porque vos estés bien, espero que lo entiendas... espero que un día la vida nos junte otra vez y sea el hombre que vos mereces.

A estas horas no puedo pensar bien, el alcohol que he consumido hace efecto y a pesar de que no estoy bien, sos lo único que pasa por mi cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


A estas horas no puedo pensar bien, el alcohol que he consumido hace efecto y a pesar de que no estoy bien, sos lo único que pasa por mi cabeza.

Tomé mi celular, estoy dispuesto a llamarte. Lo encendí y busqué tu nombre entre los contactos, al encontrarlo apreté sin dudarlo.

1..

2...

— ¿hola? — sonreí al escuchar tu voz.

— Emeraude. — fue la única palabra que pude articular.

— ¿Tomás? — asentí, como si me estuvieras viendo, después reí por la estupidez que acababa de hacer.

— El mismo. ¿Cómo estás?

— Son las 3 de la mañana. — reíste. — Estaba durmiendo, da igual. ¿Cómo estás?

— Enamorado. — suspiré.

— ¿Ah si?, ¿quién es la afortunada?

— Yo soy el afortunado al estar enamorado de vos. — sonreí, me sentía como de dieciséis al decir estas cosas, me tienes re mal.

— ¿Aún lo estás? — tu voz se apagó un poco, al escuchar el cambio repentino, comencé a desanimarme un poco. — Tomás.

— ¿Qué sucede?

— Te amo tanto que me duele verte así... lo nuestro ya pasó, ya no estoy. — escuché un suspiro pesado de tu parte, como si el aire te faltara para decir las cosas. — Por favor Tomás, necesitas sanar todo lo que pasó, confío en vos y en la persona que sos. — dijiste y colgaste la llamada.

El silencio se inundó en la habitación, una botella vacía de ron era mi acompañante, al igual que los recuerdos y la confusión.

¿Por qué últimamente no entiendo lo qué pasa?, anhelo regresar al pasado, cuando aún no aparecías, cuando aún no estaba jodido por vos, quiero regresar a la noche en que te perdí para poder cambiar todo y que vos sigas aquí, disfrutando de todo lo que puedo darte.

Porque al final, después de encontrarte otra vez ahora que lo tengo todo, volví a perderte. Saber que no puedo hacerte feliz como quería hacerlo o solía hacerlo me mataba.

𝒐𝒕𝒓𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒆𝒏 𝒎𝒊𝒂𝒎𝒊 | 𝑪.𝑹.𝑶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora