Capítulo Cuatro

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Me desperté al día siguiente ya que mi abuela me había llevado el desayuno, Dijo que podía faltar a la escuela para descansar y que el lunes a primera hora iría a hablar con la directora de la escuela acerca de esos chicos

— Gracias... - Dije mientras ella salía de mi cuarto no sin antes dirigirme una sonrisa, luego de esto se fue cerrando la puerta. -

Cerré los ojos y dejé que el olor a café expandiera por mis fosas nasales, me encanta el olor a café y libro viejo, y maravillosamente mi casa estaba llena de esa magnífica fragancia gracias a la antigua biblioteca que les pertenecía a mis abuelos. Luego de acabar mi desayuno me dispuse a ir al baño a darme una ducha, no me bañaba desde ayer y creo que eso ayudaría a que el dolor de mi estómago y los golpes que me dieron ayer se fuera así sea un poco

— ¡Abuela! - alcé un poco la voz para que lograse escucharme ya que estaba en el segundo piso, ella simplemente me  respondió de la misma manera que yo con un simple -

— ¿Qué es lo que ocurre cariño! - yo simplemente sonreí leve, adoraba a mi abuela, era la persona más especial en mi vida -

— Iré a bañarme, por si no me encuentran - Dije mientras abría la puerta del baño, supuse que me había escuchado ya que no respondió, y me metí al baño, allí me miré en el reflejo del espejo, tenía ojeras y mi ojo estaba un poco negro e hinchado, mi labio estaba más rojo de lo normal y un poco hinchado también, mi mejilla en cambio solo se encontraba roja y ardía un poco, me saque con cuidado la polera que tenía puesta quedando con pantalón, me miré al espejo nuevamente e hice una mueca, tenía algunos moretones en el estómago y brazos igual que uno que otro en la espalda

— si que golpean durisimo - Dije para luego soltar un suspiro, terminé de desvestirme y me metí a la regadera, cuando el agua tibia tocó mi cabeza me relajé un poco, y cerré los ojos esperando que eso aliviara el dolor que sentía en mi cuerpo. -

[...]

— ¡Ash Winley! , ¡ve a abrigarte ahora mismo jovencito! , estas recién saliendo de la ducha, ve ahora mismo a abrigarte antes de que yo te haga ir por las malas - amenazó mi abuela mientras me apuntaba con un cucharón, levanté las manos en modo de inocencia y me di una vuelta sobre mis propios pies - A la orden jefa - Comencé a subir los escalones los cuales por la antigüedad comenzaron a rechinar un poco.-

Al llegar a mi cuarto tomé un poleron junto con unos calcetines y me los puse, aún tenía mi cabello un poco mojado, ya debería de cortarlo esta algo largo jeje, luego se abrigarme como dijo la abuela volví con ella, estaba preparando un rico estofado, ya pasaban de las 2 de la tarde por lo que posiblemente estaría cocinando lo que sería nuestro almuerzo

— Por cierto Ash - Dijo dándome la espalda mientras revolvía una gran olla con el mismo cucharón con el que anteriormente me había apuntado - Tu abuelo necesita ayuda en la biblioteca, luego de almorzar ve a ayudarlo o si puedes ve ahora mismo, sabes que siempre se sobre esfuerza cuando se trata de trabajar

— Al igual que tú - Dije mordiendo una papa frita que esta ahí, mala idea, estaba muy caliente y me quemé, ademas de que si mi abu se enteraba que le llegue a robar una papita seria hombre muerto. Me levanté de la mesa con la intención de irme para poder escupir la papita sin que ella se diera cuenta. Cuando ya estaba por cumplir mi mini misión ella habló aún sin sacar su mirada del estofado que estaba haciendo. -

— Ash, cielo - Dijo cuando estaba apunto de salir de la cocina, sentí un escalofrío recorrer mi espalda -

— ¿S-si abuela? - Dije mirándola, en una mano estaba sujetando el cucharón mientras este se movía en círculos revolviendo el contenido de la olla y con la otra apuntó el bowl de las papitas, tragué saliva y la mire, ella alzó una ceja.

Love, AshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora