Capítulo Uno

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— Ash - Habló mi abuela mientras tomaba mi mano, yo iba saltando en los charcos de agua ya que la noche anterior estaba lloviendo, así era mucho más divertido, podría jugar con barro al llegar a casa – Ten cuidado no vayas a manchar tus pantalones nuevos hijo –dijo mientras una sonrisa se hacía presente en su anciano rostro. 

- No abuela – Dije con una sonrisa en el rostro mientras seguía saltando, solté su mano un poco mientras ella buscaba algo en su bolso

- Ash, no te alejes demasiado por favor – Dijo mi abuela mientras seguía buscando algo en su bolso sin levantar la mirada-

Seguí jugando mientras iba saltando de un lado a otro en los charcos de agua, me había alejado un poco de mi abuela, hasta que escuché la bocina de un auto siendo tocada

- ¡ASH, CUIDADO! - escuché a mi abuela gritar detrás de mí-

Miré a mi abuela asustado, y cerré los ojos por este mismo. Luego de unos segundos comencé a abrir los ojos por el gran ruido que se había formado de algo chocando

- ¡Ash! -mi abuela llegó hasta mi llorando, tomó mi rostro en sus manos y comenzó a revisar que todo estuviera en orden, palmeó por encima de la ropa mis hombros y torso luego piernas y brazos con rapidez -

Del auto salió una señora, este había chocado contra un poste, al salir del auto se acercó rápidamente hacía nosotros con expresión de preocupación

- ¿¡Él se encuentra bien!? -dijo mirando a mi abuela con preocupación en su rostro, su voz era un poco chillona no me gustaba para nada. -

-Gracias a Dios que es así -dijo mi nani soltando un suspiro un poco largo- ¿Se encuentra usted bien? Oh, su auto –dijo mientras miraba el auto- fue nuestra culpa – dijo mi abuela mirando a la mujer alta- pagaremos todos los daños que se hicieron, por favor discúlpenos -habló nana

-Si, estoy bien, y no se preocupe por los gastos del auto, es uno de nuestra empresa, ellos correrán con los gastos necesarios – La alta mujer de chaqueta se arrodilló frente a mí, simplemente tomé la mano de mi nani y la apreté con fuerza- Debes de tener mucho más cuidado, ¿Si pequeño? Ten –dijo sonriendo y mostró sus dientes, estos tenían unas cosas grises y alambres, parecía una mujer robot, la mujer buscó algo en su bolsillo y luego me extendió una paleta de muchos colores.

Miré a mi abuela con una amplia sonrisa en el rostro preguntándole si podía tomar la paleta, ella simplemente sonrió por lo que sus ojos se hicieron muy pequeños y asintió, con mi otra mano tomé la paleta, le pedí a mi abuela que la abriera y cuando lo hizo comencé a comerla

-Abuela –dije mirándola mientras comía la paleta, ella me miró con curiosidad - La señora es un robot – La señora se levantó y sacudió su chaqueta con sus manos y luego me miró con una sonrisa -

- ¿Por qué dices eso pequeño? -dijo la señora mientras su sonrisa se hacía presente otra vez y ponía sus manos en su chaqueta -

- Tiene una cosa gris en los dientes, parece un robot –dije mirando a mi abuela y luego a la señora mientras la apuntaba con la paleta -

Mi abuela y la señora simplemente se miraron y comenzaron a reírse, fruncí mi ceño y apreté un poco más fuerte la mano de mi nani, no entendía por qué se estaban riendo.

- Se llaman frenillos, es para que mis dientes sean mucho más bonitos que antes –Dijo y soltó una pequeña risa -

Luego de eso mi abuela volvió a agradecer a la señora por lo que había pasado, yo no lo entendía de verdad, podían decirle al auto que tuviera cuidado como en los Transformers, cuando llegamos a casa mi abuela comenzó a hablar con mi abuelo yo mientras eso ocurría me sacaba las botas de agua sentado en las escaleras de la casa y la chaqueta con el gorro y guantes. Luego de eso salí al patio y me senté en la tierra mojada formando barro con el cual comencé a hacer distintas formas, entre eso hice una torta de barro

- ¡Abuela abuelo, miren lo que hice! –dije entrando a la casa emocionado mientras en mis manos llevaba la torta de barro con una sonrisa. -

Mi abuelo me vio de pies a cabeza, tenía la cara llena de barro y el pelo igual, los calcetines que eran blancos ahora eran cafés y mis pantalones nuevos también. Dejó el diario que estaba leyendo a un lado y se levantó de su sillón y caminó hasta a mi

-Amelia ven a ver esto –dijo entre risas mientras se rascaba su cabeza, mi abuela salió de la cocina mientras tenía un trapo en sus manos, al verme este trapo cayó al piso y mi abuela simplemente puso sus manos en su cara.

- Dios mío -Dijo mientras se acercaba a mi- Ash cielo, ¿Qué fue lo que hiciste? -dijo mientras mi abuelo la miraba y comenzaba a reír en voz baja. -

- ¡Un pastel de chocolate! - Dije extendiendo el pastel hacia ella con una sonrisa, Mi abuelo me miró y luego volvió a mirar a mi abuela, ella simplemente suspiró. -

- Ash tu pantalón nuevo, lo compré la semana pasada y ya lo embarraste de barro – Dijo mientras se quitaba su delantal de cuadros y lo dejaba en el sillón del abuelo. Luego de eso miró a mi abuelo el cual tenía una sonrisa en su rostro- George ayúdame con esto por favor – tomó el plato con el pastel y lo dejó a un lado- Vamos a bañarte otra vez - dijo tomando mi mano llena de barro y caminó al segundo piso. -

Desde ese entonces nunca más me dejaron volver jugar con barro con ropa nueva...  

Love, AshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora