Capítulo Tres

28 7 3
                                    

Me gire hacia la puerta del baño, ahí estaba uno de los amigos del tipo que había golpeado, mis músculos se tensaron un poco ya que si estaba él lo más probable era que estuviera el resto y podrían golpearme hasta que se cansaran

— Hola - Dijo mientras se ganaba en el lavabo junto a mi y se mojaba las manos - tu debes ser Ash - ni me miró cuando dijo eso. -

— ¿No me harás nada? - pregunté mientras apretaba mis puños un poco, un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando me quedó mirando fijamente, tenía una mirada fría, tenía ojeras y ojos de color café muy oscuro -

— ¿Debería de hacerlo? - dijo para luego volver a poner su vista en sus manos mientras le ponía jabón de manos - Damián se merecía ese golpe, si no lo hacías tú lo iba a hacer yo - Luego de eso secó sus manos pasándolas por su pantalón - es un tipo repugnante - Dijo mientras hacía una mueca - se merecía cada golpe que le diste no hay discusión con ello jsjs además no es como que me interese si algo le ocurriese el mundo sería mucho mejor si el desapareciera.

— ¿Entonces por qué eres su amigo? - pregunté mirándolo, no lo entendía, si tanto odio le tenía ¿por qué era su amigo? No creo que puedas ser amigo una persona a la que odies ¿o si?. -

— Sinceramente creo que es más por protección, son los matones de la escuela y no pueden golpearme si me junto con ellos, es cosa de pensar un poco - Dijo encogiendose de hombros mientras caminaba hacia la salida de los baños, antes de salir se volteó y habló - No te preocupes, no les diré que te vi aquí, estas a salvo - Luego de esto simplemente salió de los baños y todo quedó en silencio otra vez -

Me quedé en silencio unos cuantos segundos luego pasé mis manos por mi pantalón y salí de los baños para dirigirme a las clases. Los pasillos estaban vacíos y en el patio había un curso teniendo deportes, otros estaban en las bancas quizá se habían escapado de las clases. Al llegar a mi clase toqué la puerta, la maestra salió y le enseñé el pase que me habían dado, luego me dejó pasar

— Ash, intégrate a la clase por favor y guarda silencio - Dijo mientras yo caminaba hasta mi asiento, me sentaba al final ya que además de que así podía no prestar atención podía escuchar música o comer sin que se dieran cuenta. -

  Luego de unas dos horas la clase terminó y con ello las clases también, era Jueves y podríamos salir temprano. Me levanté y recogí mis cosas lo más rápido posible, cuando terminé de ordenar todo corrí a la salida lo más rápido que pude, piernas para que las quiero jsjs. Cuando iba llegando a la salida alguien jaló de mi mochila con la suficiente fuerza para tirarme, lo que provocó que por lógica mi cuerpo fuera a parar al piso, cuando miré quienes eran no eran nada más y nada menos que Damián y su grupo de amigos, entre ellos estaba el chico de los baños. Damián tenía la nariz roja y tenía un confort en esta, este sonrió ampliamente y se quitó la mochila que llevaba, yo simplemente tragué saliva ya sabía lo que me esperaba

[...]

Me encontraba en mi cama mirando el techo, mi ojo dolía y mi estómago igual y me costaba un poco respirar, estaba escuchando música con audífonos hasta que mis ojos se aguaron, y comencé a llorar, cubrí mis dos ojos con mis manos y seguí llorando, las lágrimas no dejaban de salir, me sentía completamente vacío ¿Por qué tengo que pasar por esto? ¿Por qué mi padre me abandonó? Mi pecho dolía al igual que mi estómago, con mis manos cubrí mi boca mientras evitaba gritar y simplemente soltaba un grito ahogado entre las lágrimas y mis manos, quería desaparecer, quería morir nadie me extrañaría si lo hiciera. Al cabo de unos cuantos segundos mi pecho seguía doliendo, cerré los ojos con fuerza para intentar que las lágrimas se detuvieran.... No funcionó, apreté mi pecho con mi mano con fuerza, quería arrancarme el corazón, no quería seguir sintiéndome así, así de inútil, así de basura... Quería a mi madre, a pesar de no conocerla la quería, quería dejar de sentir, no entendía el porqué de los malos tratos de mis compañeros, nunca les hice nada malo, nunca hablé a sus espaldas, nunca hice nada para que me tratasen así....

— ¿Ash? - escuché a mi abuela tocar mi puerta, abrí mis ojos y por impulso llevé mis manos a mi boca para intentar evitar que escuchara los pequeños llantos que estaban saliendo de mi boca - Mi niño - Dijo finalmente abriendo la puerta, le estaba dando la espalda a la puerta, escuché como se acercó a mí a paso lento. - Ash cielo, mírame - negué lentamente aún sin decir una sola palabra - Ash - puso su mano en mi brazo con cuidado y estallé en llanto. Se sentó junto a mi y me hizo sentarme, luego me abrazó y me puse a llorar en su hombro - ¿Qué es lo que ocurre cariño? - dijo mientras acariciaba mi espalda con cariño -

No dije nada, simplemente seguí llorando mientras ella me acariciaba la espalda, necesitaba llorar, necesitaba un abrazo de ella, siempre había estado ahí para mí cuando nadie más lo estuvo

— Extraño a mi mamá - dije y volví a estallar en llanto, ella simplemente guardó silencio y siguió abrazándome con fuerza -

Ese día lloré a mares y durante horas, mi corazón dolía y simplemente quería dejar de sentirme así, mi abuela esa tarde se quedó conmigo hasta dormirme entre lágrimas, y me canto como antes solía hacerlo

Love, AshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora