Mi Juguete 2: Eres Mio [KaiSoo]

Capitulo 17

El clima en Busan está helado con el cielo coloreado de un opaco gris, la gente lo disfruta, se pasean envueltos en enormes y cómodos abrigos, Jongin observa como los puestos callejeros se llenan de clientes gustosos de recibir una bebida y comida caliente. Parece todo tan normal, tan común, un día como cualquier otro...que por un momento vuelve meses atrás en su vida, donde era un CEO chiflado, totalmente impulsivo, odioso e idiota, resentido con la vida, con las personas, con KyungSoo, que tenía como mayor preocupación que mujer lo acompañaría en la noche, tan distinto a su vida ajetreada que actualmente lo domina y que él trata de enderezar.

¿Enderezar?... ¿Realmente él puede hacerlo después de haber hecho tantas cosas mal, roto reglas que aunque no estuviesen escritas, estaban dichas y flotaban en el aire repitiéndose una tras otra, después de haber ido en contra de lo aceptable y morder el fruto prohibido, no una, sino mil veces? Joder, realmente su vida estaba sin rumbo, solo a la espera de nuevos giros, con un inesperado clímax.

Ni siquiera tiene algún pensamiento ahora mismo, solo sabe que lo que está pasando actualmente tenía que suceder en algún momento, y lo aceptase o no su hermana, él no iba dar marcha atrás con KyungSoo, porque aunque sabe que ahora mismo su vida es una jodida mierda, y volvería a pasar por todo una vez más si con ello consiguiera que KyungSoo permanecería a su lado.

¿Enfermo? ¿Degenerado? ¿Anormal? Muy probable, no puede negarlo, las cosas que ha hecho no son aceptables frente al resto, ni por asomo, pero ¿quién le explica a su corazón que está yendo en contra de tanto, por no decir de todo? ¿Cómo se le hace entender a algo que no escucha y solo siente? No hay explicación, solo atiende las ordenes que él le dicta y todo lo que su corazón le hace llegar es "Mantener, sostener, proteger, cuidar, amar a KyungSoo". Y no está abierto a discusión.

Estuvo tan roto por tanto tiempo que ahora que tiene a su lado lo único que es capaz de curar cada herida abierta, no piensa soltarlo nunca, arriesgue lo que tenga que arriesgar. Esta más que decidido. No es una promesa, es un juramento. Para él, para KyungSoo, para todo aquel que amenace con lastimar lo que él más ama.

Y sabe que estas palabras van acompañadas de acciones cuando una de las residencias de su amigo JongDae entran en su campo de visión, sabe que lo que ahí le espera no será fácil de sobrellevar ni mucho menos de tratar, pero no piensa dar su brazo a torcer y mucho menos en este punto. No se doblegara, nadie escavara en su conciencia y le hará dar un paso atrás. Ni siquiera su hermana.

―Max, estaciona enfrente. Subiré al departamento sólo ―Jongin extiende órdenes.

―Por supuesto, señor.

Después de que la orden es acatada, Jongin baja del auto, mira el enorme edificio de 15 pisos y suspira. Este es un problema que no se veía enfrentar tan pronto y ahora mismo era innecesario, porque tiene otros tantos que solucionar. Max lo espera al costado del automóvil y asiente cuando Jongin le mira, Jongin le regresa el gesto, y antes de emprender su camino, acomoda su chaqueta como si ésta le diera más determinación.

Mientras sube por el ascensor, su nerviosismo se incrementa. Yuri es una grave complicación que él debe hacer lo posible por manejar. Jongin debe poder controlarse y no ser tan impulsivo como usualmente lo es. Ella es una persona importante para KyungSoo y para él y perderla, sería desgarrador para ambos.

Su pulso se acelera cunando el ascensor se detiene y abre sus puertas. Siente que el aire no entra. Con su mano derecha restira con movimientos bruscos la parte del cuello de su playera en una acción para que él aire entre porque siente que se asfixia. Camina fuera y se dirige a su punto de reunión. Cuando esta frente a la puerta, suspira para después sonar el timbre.

― ¡Tíoooo! ―la voz de Kyungmin lo saluda cuando la puerta es abierta del otro lado. Unos brazos se envuelven alrededor de su cintura y si antes sentía que no respiraba, ahora menos.