Su sonrisa. (Fanfic Rubius) Hot.

Pizza, pelis y algo más.

Me despierto tumbada en el sofá con el libro que había intentado leer en la cara. Desayuno rápido y dedico toda la mañana a seguir ordenando cosas hasta que por fin, vacío todas las cajas. Decido que sería buena idea dar una vuelta por los alrededores.

El barrio es grande, con edificios nuevos y grandes parques llenos de jardines. A dos manzanas de mi casa encuentro un skatepark, lleno de chicos haciendo trucos con sus skates y bicis. Me gusta este sitio, seguramente vuelva cuando me aburra.

Llego a casa, me ducho y como. Ya no tengo más ganas de ordenar cosas así que me tumbo en el sofá a ver la tele

El sonido del timbre me despierta. Miro la hora y són las 18:45. Mierda, Rubén. Corro hacia la puerta.

- Creía que no estabas en casa -y ahí estaba él, sonriendo como siempre-.

+ Me he quedado dormida, sorry...

-No importa, ¿sigue en pie lo de esta tarde?

+ Obviamente! Dame 5 minutos y me preparo.

Le sonrio y cierro la puerta. Salgo corriendo por mi pasillo hasta mi cuarto. Me pongo una camiseta de los Celtics verde, unas mallas negras y una vans verdes. Por encima me pongo una sudadera negra con el logo de Grimey en rojo. Me planchó y peino rápidamente el pelo y me hecho colonia. Salgo de casa y me quedo en el rellano. Respiro hondo y pico al timbre. Casi inmediatamente, Rubén abre la puerta:

- ¿Me estabas esperando? -digo riéndome-.

+Mmm... Puede. Anda pasa. -me abre más la puerta y entro.

Su casa es, obviamente, igual que la mía. Está decorada con cuadros y pósters de animes y videojuegos. pasamos al salón y me empieza a enseñar las consolas:

+ ¿A qué prefieres jugar primero?

- Me da igual, se me da bien todo... -se ríe- Si quieres te lo demuestro...

+ Al Call of Duty entonces.

Nos pasamos casi dos horas jugando, intento jugar todo lo mejor que puedo. Nos reímos por cualquier tontería.

+ ¿Jugamos a otra cosa? -me pregunta-.

Me acerco a la estantería y cojo el Mario Karts.

- ¿Preparado para que te dé una paliza?

Jugamos hasta las 21:30h. El tiempo había volado. Tenemos hambre, así que pedimos pizzas. Cuándo llegan, estamos viendo Old Boy, su película favorita. Nos comemos las pizzas mientras la vemos, tumbados en el sofá, unos junto al otro.

Me entra calor y me quito la sudadera, me quedo en tirantes. Mira a Rubén y me doy cuenta de que me mira el hombro. Se acerca más a mí:

+¿Tienes un tatuaje?

-Emm.. Si. ¿Quieres verlo?

+ Please.

Me pongo de espaldas a él, me quito la camiseta lentamente. Nunca he tenido problema en mostrar mi cuerpo, a demás, era la única forma de que se viera el tatuaje entero, ya que me recubre toda la espalda y sube por mi hombro derecho:

+ Uau...

- Es una rama de cerezo, me lo hice en honor a mis abuelos. Se marcharon hace 3 años... -mientras hablo, coloca su mano en mi espalda- Para ellos era su "cerecita" -comienza a acariciarme cada línea del dibujo con la yema de los dedos, un escalofrío me recorre el cuerpo-. Ellos me han criado y... -se me quiebra la voz-.

Me pongo la camiseta y me quedo de espaldas a él. No quiero que me vea las lágrimas que ahora mojan mi mejillas. Me retiro las lágrimas con las palmas de las manos y me doy la vuelta. Él está ahí. Mirándome serio. Su sonrisa ha desaparecido del rostro. Me mira a los ojos. Me siento culpable por haberle borrado esa perfecta sonrisa, mucho. Mis ojos temblorosos no osan mirar los suyos:

+ Ven.

Me tumbo muy pegada a él y reposo la cabeza en su pecho, su olor me vuelve a embaucar. Pasa un brazo por mis hombros y me abraza. En este momento no quiero estar en ningún otro lugar, quiero estar aquí, entre su brazo y su pecho. Se acaba la película.

Se sienta mejor en el sofá y yo me retiro. Me mira y me sonríe. Me doy cuenta de que sus ojos son marrones verdosos, me encantan. Yo también sonrío. Se acerca más a mí, cada vez más. Cuando tengo su rostro a pocos centímetros me mira a los ojos. Sé lo que quiere hacer, y yo quiero que lo haga:

- Hazlo.

Me sonríe y lo hace. Me quita la gorra, coloca una mano en mi mejilla y la otra la hunde en mi pelo. Sus labios tocan los mios. Me besa lentamente, dejando que nuestras lenguas dancen suavemente a un mismo compás. Nadie me había besado así antes, con tanta dulzura y delicadeza. Sus labios son finos y suaves. Se me relaja todo el cuerpo y las mariposas de mi estómago se vuelven locas. Gimo levemente. Coloco mi mano en su nuca y le beso con más intensidad. Me empieza a empujar hacia atrás hasta que se coloca encima mio, sin aplastarme, aguantándose en sus codos. Pongo mis manos en su espalda y las meto debajo de su camiseta, notando su espalda y como se contraen sus músculos. Antes me equivocaba, ahora si que no podría estar mejor. Finalmente separa sus labios de los mios. Nos volvemos a sentar:

+ Necesitaba hacerlo, lo siento. -nos reímos-.

Suspiro. Ha sido increíble.

+ ¡Cógelo! - Me lanza su movil y lo atrapo con facilidad.- Guardate tu número. -y me guiña un ojo-.

Saco el mio de mi sudadera y le digo que haga lo mismo.

Miro la hora, son las 00:30:

- Mierda. Mañana tengo que madrugar, tengo que ir a recoger unos papeles a la uni en la que estudiaré.

+ Jo.

Realmente no quiero irme, quiero quedarme y volver a besarle y sentirle.

Me acompaña hasta la puerta:

+ Si fuera por mí, no dejaría que te marcharas.

- Si fuera por mí, no me marcharía.

Se hacerca a mí, pero le pongo el índice en los labios. Me acerco a su oreja y le susurro:

- Tss, no tan rápido.- y le muerdo el cuello.

Me doy la vuelta y camino hacia mi puerta. Antes de llegar me doy la vuelta y antes de que cierre la suya le digo:

- ¡EH! -abre la puerta y me mira- Eres un manco jugando al Mario Karts.

Me vuelve a enseñar una de esas sonrisas que me derriten y cierra la puerta.

Me meto en casa. Me ducho rápidamente y me pongo el pijama. Me meto en mi cama y pongo la alarma en el móvil. Al cojerlo tengo un WhatsApp de "Vecino buenorro":

+ Espero que sueñes conmigo eh...
- Calla y juega más al Mario Karts ✔✔
+ ¿Mañana más?
- Te voy a volver a ganar... Mm✔✔
+ No me refería a jugar...❤