10. Motivos para sonreír

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El chico loco tiene un nombre, y ese es Izuku

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El chico loco tiene un nombre, y ese es Izuku. Katsuki no podía dejar de pensar en él y en la extraña reacción que tuvo su cuerpo al verlo sonreír. El chico le había demostrado una vez más aquella indiferencia hacia todo su alrededor que a Katsuki tanto le molestaba.

¿Por qué era tan difícil sacarlo de su cabeza?

Si en un principio no lograba olvidarlo, ahora sabiendo su nombre real todo sería irreversible.

Había intentado distraerse con otra cosa, necesitaba pensar en algo sano, no había podido evitar recordar la escena de la cafetería donde Izuku se había quitado el suéter y mostrado su piel desnuda.

Una vez más, había vuelto a fantasear.

"¿Pero qué me pasa?" "Me he convertido en un maldito pervertido"

Era imposible omitir ese detalle y más cuando recordaba aquellos hipnotizantes ojos que poseía Izuku, y su sonrisa, esa maldita sonrisa que permanecía grabada en su memoria.

Le era complicado ignorar su presencia, entonces, ¿Por qué le había regalado el chocolate? ¿Por qué se había tomado la molestia de hablarle?

Claramente había algo mal en él.

Olvidar a esa chico ya no cabía en sus planes, obviamente sería innecesario hacerlo, Katsuki tenía muy en cuenta que intentarlo era casi igual que dejar de ser popular.

Eso nadie se lo creería, así que lo único que podría hacer, era pasar por desapercibido la existencia de Izuku, que por supuesto, le costaría mucho trabajo, después de todo, Katsuki tenía la leve esperanza de volver a hablarle.

Eso nadie se lo creería, así que lo único que podría hacer, era pasar por desapercibido la existencia de Izuku, que por supuesto, le costaría mucho trabajo, después de todo, Katsuki tenía la leve esperanza de volver a hablarle

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-Perfecto, excelente -decía el profesor de álgebra -Nunca me decepcionas, Katsuki.

Las chicas del salón se emocionaron cuando el chico sonrió y caminó hasta su asiento, era común que todos lo adoraran, ser el más guapo y popular de la escuela tenía sus ventajas.

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